La primera imagen que transmite Dubái es la de unos niños ricos a los que les gusta la arquitectura y han mandado fabricar unas maquetas de edificios curiosos; pero, como son niños, se olvidaron de que las maquetas son a escala —a pequeña escala— y han construido los edificios de verdad. Los edificios «más» algo del mundo. Burj Khalifa es la torre más alta del mundo. Burj Al Arab tiene la recepción más alta del mundo. El complejo comercial de Dubái (Dubái Mall) es el más visitado del mundo y el más grande en número de tiendas...
Cuando no logran descubrir en qué lo que han hecho es «más grande del mundo» buscan a ver si es el más grande de la península arábiga, sino de los Emiratos y por fin del propio Dubái… Y se lo dicen a Guinnes y les dan el diploma y figura en sus libros…
Asusta un poco la cantidad de mezquitas que han construido; se las han pedido a los mejores arquitectos y algunas son auténticas maravillas; aunque a los no islámicos nos está vetada la entrada. Acabo de recordar que la guía del «Big Bus» insistió muchas veces en que Dubái y Abu Dhabi eran muy tolerantes religiosos pues permitían que hubiera templos de otros cultos, como por ejemplo católicos; eso sí, en sus mezquitas —salvo contadas escepciones—, como prueba de apertura y de tolerancia, no permiten entrar a los no islámicos…
Sorprende, en un entorno tan moderno, encontrar muchas mujeres vestidas de negro de pies a la cabeza e incluso totalmente tapadas con burka. Supongo que es otra prueba de la tolerancia, a nadie se le obliga a ir vestido del modo occidental pueden ir con el traje tradicional… 🙂
Ante una pequeña crítica mía a la cantidad de mujeres vestidas completamente de negro,… una compañera de viaje me dijo que tampoco podían quejarse demasiado pues en sus casas, en fiestas que hacen con las amigas, lucen las joyas que tienen y los vestidos de marca,… Muchas joyas, muchos vestidos de Dior, Ives Saint Laurent, etc. Me daba la sensación de que envidiaba su vida, sobre todo por las joyas. Me sorprendió; yo que soy un poco más simple, me parece que las jaulas, aunque tengan barrotes de oro y estén adornadas con lámparas de diamantes, no dejan de ser jaulas; pero, claro, eso soy yo, que tengo un cierto ramalazo a la intolerancia. Ella se fijaba en que las varillas de la jaula eran de oro, yo en que era una jaula.
Por suerte para mí, sacrifiqué las compras en el «Dubai Mall», pues por muy grande que sea y muchas tiendas que haya no dejan de ser tiendas, de esas que se encuentran en todas partes desde Nueva York a Singapur pasando por Zurich,… y me fui a dar un paseo en dhow por la ría de Dubái; vi los dhows con su carga de frigoríficos, televisores y hornos de microondas y recordé las viejas aventuras de piratas de Emilio Salgari; vi los embarcaderos; vi gente en sus barcas; en sus coches;… ví autobuses llenos de obreros; vi trabajadores en las carreteras; vi un precioso museo etnográfico; me maraville con las «torres de los vientos» y la inteligencia de los humanos de hace cinco mil años; vi un campamento simulado de beduinos, y me fui a corretear en 4×4 por el desierto; vi camellos y las flores del desierto —¡en el desierto hay flores—; vi… Sacrifiqué una comida en el Burj Al Arab a todo lujo y tomé un bocata de atún con mayonesa en Paul.
Por suerte, Dubái es mucho más que el delirio paranoico de unos jóvenes que de mayores quieren ser arquitectos. Dubái merece una visita más calmada que la que hemos hecho nosotros, pero probablemente, si volvemos, no nos verán en el «Dubái Mall», salvo para ver el espectáculo de luces en sus fuentes.
La primera vez que estuve en Dubái fue en 2013, en un crucero de la vuelta al mundo. Lo que dije entonces pueden verlo aquí:
En esta nueva versión, sigo la idea general de aquel post aunque corrijo y añado algunas cosas.
BURJ KHALIFA y DUBAI MALL
Ahora el orden de la visita es un poco diferente, nuestra primera parada es Burj Khaliffa y Dubai Mall.
Por la noche, esperábamos una visión distinta de Burj Khalifa, pero lo que vimos fue inesperado. La torre surgía de entre la noche a retazos: manchas de luz separadas por la negra noche.
ISLA PALMERA. HOTEL ATLANTIS
Dentro del complejo hotelero hay un centro comercial con algunas tiendas, una acuario e incluso un restaurante desde el que se ven los peces.
A veces en los viajes no es nada fácil encontrar un baño. En los bajos del hotel Atlantis los hay esplendidos y gratuitos.
Tras esta breve vista de Atlantis iluminado, nos vamos hacia Wafi. Al salir me sorprenden cuatro coches eléctricos de la marca Tesla. Eléctricos en el golfo Pérsico.
LUZ Y SONIDO EN WAFI
Tal como ya hemos dicho, Wafi son unos grandes almacenes en los que destaca la decoración de tipo egipcia aunque no es la única.
Por la noche ofrecen un espectáculo soberbio de luz y sonido que dura en torno a una hora. El espectáculo no es en un lugar en concreto, es en todo el recinto: a izquierda, derecha, delante, detrás, arriba, abajo… El número de proyectores para hacerlo es enorme. No me atrevo a dar una cifra pero seguro que son cientos de «gobos«.
Ahora nos vamos a la Grecia clásica, aun edificio con aires del Partenón, que se viste de colores.
Estas imágenes estáticas son tan solo una muestra del juego de colores e imágenes que nos hacen ver en el centro comercial de Wafi; pero les falta movimiento. También sacamos unos minutos de vídeo para que se apreciara ese movimiento. Lo tienen aquí. Dura 1 minuto, suficiente para que vean el ritmo y escuchen la música del espectáculo.
El espectáculo nos gustó mucho y nos quedamos con la sensación de que había que volver. Nosotros vimos un trozo de la parte egipcia y otro de la griega, pero el espectáculo ocurría en muchos sitios a la vez, aunque la música era única. Nos dieron ganas de volver al día siguiente, pero era imposible pues a esas horas de la noche ya estaríamos volando a Madrid.
Cogimos el autobús de vuelta que nos llevó hasta Paul. A aquellas horas ya no había autobús que nos llevara hasta el barco y allí cogimos un taxi que por siete euros nos llevó al barco.
Esa noche nos fuimos a la cama con un grato de sabor de boca. El día había sido largo y cansado, pero habíamos visto muchas cosas… y se nos habían quedado sin ver muchas más.
Subimos al bar y nos tomamos unos cócteles con alcohol: con Curaçao, tequila, y ron. Y después a la cama, mañana también teníamos un programa intenso. Muchas horas de vuelo.
La primera vez que visité Dubái fue en el año 2013 en un crucero de la vuelta al mundo. La entrada que hice entonces pueden verla en este enlace: https://viajes.ares.fm/?p=4558.
Lo que hago en esta nueva versión es modificar ligeramente lo que escribí entonces, con algún dato nuevo.
Nuestra siguiente parada era en el centro comercial Dubái Mall que está al lado del Burj Khalifa:
Los habitantes de Dubái dicen que el «Dubai Mall» es el centro comercial más grande del mundo; pero ya sabemos que tienen tendencia a hacer que todo lo suyo sea «lo más grande». No cabe duda de que es enorme: más de 1 200 tiendas, que venden de todo: moda, fotografía, electrónica, computadores, tablets, teléfonos móviles … y unos 200 restaurantes, cines….
Hasta donde nosotros hemos investigado, el Dubai Mall es el más grande del mundo en número de tiendas, pero en superficie hay otros que le ganan, aunque están haciendo obras de ampliación. Hoy tiene una superficie de un poco más de medio millón de metros cuadrados en seis pisos de tiendas. También hay tres plantas de aparcamiento…
Parece ser que los grande almacenes de Dubai son los más visitados del mundo, con cien millones de personas al año.
Para las personas que quieren comprar es uno de los puntos obligados de visita. Por otra parte entre el Mall y el Burj Khalifa hay un lago con unos preciosos juegos de luz. Lamentablemente para nosotros, teníamos poco tiempo y debíamos elegir. Así que elegimos no ver el espectáculo de las fuentes de Burj Khaliffa y sí ver los del centro comercial WAFI, que mostraremos un poco más adelante, en otro post.
Aquí tienen unas imágenes de lo que es la «fuente de Dubái» –que se inauguró el mismo día que el Dubai Mall: octubre 2008– y algunas fotos de sus juegos de luz, que insisto, no hemos visto nada más de refilón, al pasar el autobús por allí. Las fotos que vienen a continuación son de wikipedia.
Al atardecer vimos la torre Burj Khalifa, así:
Mirando hacia el lado contrario de la torre, al fondo, al otro lado de la ría, se ven las torres gemelas, que vimos durante nuestro viaje en dhow, aunque ahora la iluminación es totalmente distinta.
Volviendo la mirada a la torre, vemos:
No vamos a mostrar más fotos del atardecer en esta torre porque habíamos decidido volver por la noche y pensamos que las fotos nocturnas podían ser interesantes.
Ahora nuestra intención era ir al intercambiador —al lado de la cafetería PAUL— para hacer más o menos el mismo viaje que acabamos de hacer: playa Jumeira, Burj Al Arab, Isla Palmera, Hotel Atlantis, Dubai Mall, Burj Khalifa… pero de noche, para acabar en el centro comercial Wafi viendo su espectáculo de luz y sonido.
En al camino hacia el intercambiador volvimos a ver edificios ya conocidos, pero otra luz.
Pasamos por Wafi
Y así llegamos a la cafetería PAUL donde cambiamos de autobús. AL lado de la cafetería está el intercambiador.(El tour nocturno tiene un precio aparte).
Nota fotos. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
En 2013 visité por primera vez Dubái, en un viaje de la vuelta al mundo. Mis impresiones de entonces pueden verse en el siguiente enlace:
He vuelto a visitar Dubái en 2018 en un crucero de Pullmantur desde Atenas a Dubái. En esta entrada básicamente repito lo ya dicho en 2013, pero modificando algunas cosas.
Al salir del museo ya era muy tarde y teníamos hambre. Nuestra siguiente parada era la zona de la playa Jumeirah, el hotel «Vela» —Burj Al Arab—, Burj Khalifa, el Souk Madinak Jumeirak —famoso por los productos electrónicos— y la Isla Palmera de Jumeirah.
Para ir hacia aquella zona teníamos que ir en nuestro autobús de la «línea roja» teníamos que ir hasta una zona que actúa de intercambiador y allí coger otro de la «línea azul».
Por el camino volvimos a ver varias de esas curiosas paradas de autobús totalmente cerradas y con aire acondicionado dentro.
También pasamos por un muelle de carga de dhows. Tal como ya habíamos dicho, los dhows modernos tienen la forma de los antiguos. En vez de moverse a vela lo hacen con motor. Siguen haciendo comercio con India y África, lo mismo que han hecho los últimos siglos, pero lo que ha cambiado es la mercancía. Fíjense en la actual:
Pasamos por una mezquita en mitad de la ciudad, de la que no recuerdo su nombre (la fonoguía del autobús lo dijo, pero no lo recuerdo).
Y por fin llegamos al intercambiador allí mismo había una cafetería de tipo francés, que se llamaba PAUL y que en su publicidad decía que era una «boulangerie». Decidimos probar suerte y comer algo rápido pues nos quedaba mucho por ver y muy poco tiempo de autobús (el último a las 19:00). PAUL es una cadena de establecimientos francesa que en la ciudad de Dubái hay varios. En cada mesa había una botellita de aceite de oliva español.
Entre varias cosas había unos bocadillos que en la carta tenían buena pinta. No parecían baratos, pero tampoco extremadamente caros. Pedimos los bocatas y al traérnoslos nos dimos cuenta de que eran muy baratos pues eran enormes. Todos pedimos lo mismo: bocadillo de atún con mayonesa.
Todo lo hay en el plato, más la cesta de pan, más la botella de aceite de oliva –español, según nos aclararon– forman parte del bocadillo. De un bocadillo. No recuerdo el precio pero era alrededor de los 5 €.
Después un postre —una fruta— y quedamos más que satisfechos.
Salimos y llegaba el autobús de la línea azul. Nos montamos y en el camino nos tropezamos con varias estaciones del metro, pues sigue nuestra misma ruta; desde el centro hasta la Isla Palmera Jumeirah.
El metro en su vía:
Se nos había olvidado señalar la ruta que íbamos a seguir:
Nuestra ruta iba desde la ría que se ve arriba, a la derecha, hasta la izquierda a la Isla Palmera Jumeirah.
Al bajar por la costa esperábamos ver la playa Jumeirah, la Isla Palmera Jumeira y pasar por la torre Burj Khalifa que, hoy todavía es el edificio habitado más alto del mundo.
Todos estos sitios, vistos desde el autobús decepcionan enormemente. Por ejemplo, de la Isla Palmera no ves nada global, solo detallitos. Recorrimos la isla de lado a lado por el eje central, pero desde allí no hay forma de ver su forma, ni casi nada. Para verla bien no cabe duda de que hay que hacerlo desde el aire. Con la torre más alta del mundo pasa algo parecido, se ve una base muy grande y un edificio alto, que no impresiona si no te dicen que tiene más de ochocientos metros de alto —dicen que tiene 825—. Debe ser impresionante la vista desde la mitad de la torre. Hay un ascensor que te lleva, pero, además de que pierdes el autobús y hay que esperar al siguiente, cuesta 26 € por persona, con reserva previa. Si no has reservado —como era nuestro caso— 40€. Está claro que si has dado la vuelta al mundo, 40 € no dejan de ser «pecata minuta», pero el principio me resulta molesto: ¿Por subir en un ascensor 40 €? Decidimos que no, que emplearíamos el dinero en algo mejor.
Tuvimos una primera vista de Burj Kalifa a lo lejos
Pasamos por Mercato, teóricamente una de las galerías comerciales más importantes de Dubái.
Una de las paradas era la de la playa pública de Jumeira, pero no bajamos pues íbamos con el tiempo muy justo.
Y a lo lejos, el hotel «Vela», Burj Al Arab. Todo en Dubái tiene que ser el más «algo» del mundo. Este es el hotel que tiene la recepción a más altura del mundo y, según su publicidad, es el hotel más lujoso del mundo: «de siete estrellas». Yo a eso no lo hago demasiado caso, pues tal como acabo de decir en Dubái, todo es lo «más» de algo.
Al margen de que en vez de poner la recepción en la planta baja la han puesto en lo alto, destaca su forma de vela, que tiene una plataforma de helicópteros… y que te decepciona desde el suelo —al menos a mí me decepcionó—. Al haber visto en las fotos aéreas un edificio impresionante, desde sus pies no lo parece tanto.
También pasamos por dos torres gemelas muy bonitas para mi gusto. Son las torres Al Kazim:
Tal como había dicho, la isla Palmera no impresiona. Decepciona un poco. ¿Dónde están las «ramas» de la palmera, dónde las casas unifamiliares con playa delante, …?
Vista desde el aire llama muchísimo la atención:
Mapa con fotografía desde satélite de Google.
La idea de las islas es muy interesante, cada rama de la palmera tiene dos hileras de casas unifamiliares que miran al agua. Digamos que entre ellas se dan la espalda, pero cada una de esas hileras mira al mar y delante de cada casa hay playa donde podrían tener su barquito. La idea me parece estupenda. Se multiplican enormemente los kilómetros de playa. Lo que me preocupa es el coste de mantenimiento. Hacer que una isla artificial no se desmorone no debe ser nada barato.
Además de las Islas Palmera también existe un mapamundi, hecho con islas, que no se ve nada bien desde la costa.
La idea de este mapamundi es que como Dubái quiere un turismo de lujo de todo el mundo, pretende que cada turista-rico que venga se compre una isla en su país de origen o en el que le gustaría vivir. Nos dijeron de un actor australiano que ha comprado su isla en «Australia», pero no sé si creérmelo. Me explico, también en la «La Palmera» nos comentaron dos o tres artistas de Hollywood que habían comprado su chalecito. No digo que no haya sido así, pero me suena mucho más a que se lo han regalado a cambio de poder decir que lo han comprado… pero no tengo ninguna prueba.
Las islas artificiales se han construido sacando la arena del fondo y poniéndola en los lugares adecuados. El sacar la arena se hace con máquina similares a las dragadoras. La única diferencia es que en vez de echar la tierra encima de barcazas, aquí se deposita sobre el fondo y se hace una montaña que va creciendo hasta que sale a la superficie y queda una isla. La técnica se llama del arcoíris, pues muchas veces al caer los chorros de arena y agua se forman dichos arcos.
Seguimos nuestro viaje por la isla, que tal como ya he dicho me decepcionó lo poco que se puede ver de su estructura.
El Hotel Atlantis está ubicado en la parte más alta de la palmera y su estructura es muy peculiar. Son dos torres simétricas unidas por un puente.
Cruzamos la puerta del hotel y por detrás el sol ilumina muy bien.
Atlantis quiere ser un homenaje a la Atlántida de Platón, pero en mi opinión se pasan. Lo cuentan todo como si fuera una realidad. Me hubiera gustado mucho más si en algún lugar mencionasen «el mito».
En el hotel también hay un centro comercial y un acuario. Paseamos un rato por él, pero dedicaré una entrada específica a este hotel.
Ya de regreso, desde lejos pudimos ver una imagen de los muchos rascacielos que hay en Dubái.
Ya sabemos que en Dubái todo tiene a ser «lo más… del mundo» y en el caso de la torre en espiral que vemos en el centro de la imagen, no podía ser de otro modo, es la torre en espiral más alta del mundo. Es la torre «Cayan», inspirada en el ADN. Me hace gracia esa manía de «lo mas… del mundo». No me extrañaría que las personas dubaitíes de estatura normal las llamasen «los enanos más altos del mundo».
Pasamos por una torre de apartamentos con el curioso nombre de «la plaza del silicio»:
Pasamos por la pista de esquí de Dubái. Sí, en Dubái se puede esquiar con nieve de verdad, no con nieve química. Se esquía en un edificio totalmente cerrado en el que el que se crea nieve artificial —de agua— en una pista que tiene bastante altura.
Y, por fin, sobre la vía del metro otro de los emblemas de nuestro viaje: la torre más alta del mundo.
Este post se está alargando demasiado. Así que acabamos aquí. Continuaremos con algunas fotos de la torre más alta del mundo.
Nota fotos. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
En 2013 visitaba por primera vez Dubái y me llamaron poderosamente la atención las llamadas «torres del viento». Lo que escribí en el año 2013 lo pueden ver e el enlace que hay a continucación:
Lo único que he hecho en esta nueva versión es añadir algunos detalles.
A unas pocas decenas de metros del Museo de Dubái, hay una «Torre de viento». Una de aquellas que fotografiamos desde la ría.
De hecho hay un museo con varias de dichas torres. Es la casa museo de Sheikh Saeed al Maktoum, pero, por desgracia nosotros no tuvimos tiempo para ir a verlo. Solo pudimos fotografiarlo desde la ría.
Las «Torres de los vientos» que en árabe se llaman Badgirs son un ejemplo de cómo cuando la gente tiene un problema inventa soluciones imaginativas. Y no ahora, ya lo hacían hace cinco mil años.
En el Diario Vasco, Félix, escribe una columna semanal. La del 10 de julio de 2013, decía así:
Torres de viento
Autor. Félix Ares
Torres que en los desiertos logran mantener una habitación a temperatura agradable
Llevan construyéndose desde hace más de cinco mil años y son una prueba del ingenio de aquellos arquitectos. Las torres funcionan con viento y sin viento y lo hacen por la noche y por el día. Hay torres de muchos tipos pero el más normal tiene la base cuadrada –prisma cuadrangular– y en su interior hay dos muros construidos en forma de x que la dividen en cuatro prismas triangulares. Normalmente son de adobe por lo que la torre-chimenea tiene una gran masa lo que hace que tarde en calentarse y también tarde en enfriarse (gran inercia térmica).Hacía muchos años que había leído sobre las torres de viento que permitían en las zonas desérticas que la temperatura en una habitación fuera agradable, e incluso había leído que en Afganistán con una torre similar había fabricado hielo. Por fin las he visto en Dubái.
Se emplean en edificios con planta baja y sótano y se elevan muy por encima de los mismos. En la parte superior de la torre hay cuatro grandes ventanales con mecanismos para abrirlos o cerrarlos. Normalmente se abren el que está en dirección del viento (barlovento) y su opuesto (sotavento) y se cierran los otros dos. Por el ventanal de barlovento penetra aire más frío que el del edificio y la corriente se conduce primero a la planta baja y después al sótano. En el sótano suele haber un pequeño estanque con agua, o simplemente esteras o telas humedecidas, que al evaporarse y sumarse a la corriente de aire lo enfría. Como el aire frío pesa más que el caliente se queda en el sótano. El aire cálido se escapa por la parte de sotavento de la torre debido a que en ella se ha creado una baja presión –efecto chimenea– que arrastra al aire caliente hacia el exterior. De ese modo, el aire circula y se renueva en el interior del edificio. En resumen: renovación, se enfría en el sótano y se queda en las habitaciones, y el aire caliente se expulsa por la chimenea.
Sin viento, el color oscuro de la torre hace que absorba mucha radiación solar, por lo que el aire en su interior se calienta y se va hacia arriba succionando el aire caliente de abajo.
Por la noche, el aire exterior suele ser más frío que el interior. El aire frío bajará por una parte de la chimenea y los adobes transferirán parte de su calor al mismo. Por lo tanto, lo que llega a las habitaciones es aire caliente. Cuando los adobes se enfrían, normalmente ya ha acabado la noche.
En zonas húmedas no funcionan pues las paredes se llenan de microorganismos que producen enfermedades.
* * * * * * * * * * *
En una columna periodística no se puede poner mucho más por la escasez de espacio y porque no se pueden poner fotos. Pero aquí no tengo esta limitación, así que voy a comentar algunas cosas que me tuve que dejar en el tintero.
Para entender el mecanismo de la torre que «caza» los vientos lo mejor es un dibujo. Me voy a basar en uno de Wikipedia, la que se refiere a las «Torres de viento» y a los «Captadores de viento«. Lo sigo bastante aunque hay algunas modificaciones.
Hay torres de los vientos de muchos tipos: con cuatro lados, con solo dos, con seis, con ocho… El más habitual es de cuatro.
El de cuatro lados permite abriendo o cerrando ventanas que de algún modo se oriente hacia el viento. Las torres de madera y arpillera se pueden girar. Normalmente las torres están hechas de adobes, con paredes gruesas, lo que les da una gran inercia térmica. Es decir, que por día se calientan, y por la noche entregan ese calor al aire que baja hacia la habitación.
(La imagen de arriba se basa en un dibujo de Wikipedia. Las flechas negras indican simplemente la circulación del viento. En la parte baja, la flecha roja indica aire caliente, la amarilla aire templado y la azul claro aire frío y el agua del canal es azul claro por estar fría.)
En este caso, que el viento sopla por la derecha, se abren dos ventanas: la que está orientada hacia el viento y la trasera. El viento que llega penetra por la ventana de barlovento y es dirigido hacia las habitaciones de abajo. El viento en la parte de sotavento de la chimenea, por efecto Bernouille, produce una baja presión; es decir, hay un efecto de aspiración. El viento que entra por la derecha, que presiona hacia abajo, más el viento que se «chupa» hacia arriba por la izquierda, hacen que haya circulación de aire. Además, en los casos más completos de «Torre de los vientos» se construye encima de una canal que lleva agua. Y se hace otra chimenea que lleva el aire desde el exterior hasta el interior de las habitaciones. La fuerza que mueve ese aire es la baja presión creada en lo alto de la chimenea.El aire caliente y muy seco del desierto, al pasar por encima del canal de agua hace que esta se evapore. Para evaporarse necesita mucha energía (si no me confundo, y no sería la primera vez, para evaporar un gramo de agua se necesitan 550 calorías). Esa energía sale de enfriar lo que hay alrededor, entre otras cosas en el propio aire. Así que aunque el aire entre al canal caliente –en el dibujo en rojo–, sale mucho más frío –en el dibujo, color azul–. Es el mismo efecto del botijo: es un recipiente poroso que permite que parte del agua se filtre al exterior, allí, el agua se evapora quitando la energía al propio aire y a las paredes del botijo, por lo que se enfría. Así que vemos que se forma una corriente de aire y que parte del mismo se ha enfriado en el canal, lo que hace que el ambiente en la casa sea agradable. l enfriamiento se debe a dos motivos, uno es el «efecto botijo» ya mencionado, y el otro es que como el agua está fría, transmite ese frío al aire; o dicho de otro modo, le roba calor. El gua se calienta un poco y el aire se enfría lo equivalente.
Por las noches, en el desierto el aire se vuelve frío. Penetra por la chimenea que, como hemos dicho, está hecha de adobe, por lo que conserva el calor del día y lo transmite al aire. El calor que llega a la habitación es templado. Normalmente, cuando las paredes de la chimenea se enfrían, ya es de día y comienza de nuevo el ciclo de aire exterior caliente.
Si el sistema es tan bueno, podría pensarse que es una tontería que no se use en otros sitios. El problema es que donde funciona bien es en los lugares con aire muy seco. Se ha intentado exportar la tecnología a lugares más húmedos y ha habido dos problemas: uno, que no refresca tanto; dos, que las chimeneas son un lugar perfecto para que habiten microorganismos, algunos de los cuales pueden causar infecciones en los humanos.
En 2013, en un viaje de la vuelta al mundo, veía por primera vez Dubái. En el año 2018, en un crucero de Pullmantur que iba desde Atenas a Dubái, vi esta ciudad por segunda vez. Mis impresiones del año 2013 están reflejadas en este enlace: https://viajes.ares.fm/?p=4450
Lo que hago en esta nueva entrada es mejorar un poco las fotos y retocar ligeramente el texto.
Salimos de una de las salas del museo, y volvemos a cruzar el patio para ir a la otra sala, donde está la exposición de oficios «antiguos». Pongo lo de antiguo entre comillas, porque muchos de ellos los he visto con mis propios ojos.
Ya muy cerca de la otra sala, todavía en el patio, nos encontramos con este curioso tanque de agua hecho con madera:
Un cañón de bronce, limpio y pulido:
A la derecha de la foto anterior hay una barca de las que usaban para pescar en la ría:
Cuando vamos a entrar en la siguiente sala, en la propia puerta nos advierten que los pinchos metálicos no son un adorno y que pinchan de verdad.
Trs pasar la puerta hay que bajar unas escaleras circulares en cuyo patio central hay colgadas algunas aves típicas de la zona:
Tuvimos que pasar por este pasillo:
Después pasamos por el mapa de Ortelius donde estaba representado Dubái. Mapa muy similar al que puse en la primera entrada sobre Dubái.
Y así llegamos a la primera profesión:
Como pueden ver se trata de figuras estáticas, donde se muestra algún aspecto de su trabajo, en este caso, en la parte delantera podemos ver las herramientas utlizadas.
De esta representación me ha llamado mucho la atención que tanto el herrero como su ayudante están con los pies en agujeros, supongo que para poder golpear el yunque con más facilidad. Lo que no llego a entender es porque no hicieron el yunque más alto, pero seguro que tiene alguna razón que a mí se me escapa.
El burro ha sido un animal importante en las zonas áridas. Es un animal dócil, que resiste bien la falta de agua y que es capaz de llevar mucho peso, tal como muestra esta figura. Durante miles de años, el burro fue el vehículo más rápido que existía. Eso sí, llevar tanta carga dañaba sus articulaciones y vertebras. Después, cuando se inventó la noria, fue la fuerza motriz más habitual para la misma. El burrito daba vueltas incansablemente, sin protestar, con tan solo un poco de hierba y agua.
Una imagen habitual. Hombres tomando té y fumando el nargile.
A continuación hay una zona que muestra la vida de los Beduinos en el desierto
BEDUINOS
CONSTRUCCIÓN DE BARCOS Y PESCA DE PERLAS
Después hay una sala donde se describen diversos oficios del mar: constructor de barcos, pescadores de perlas, … Sí, en Dubái había pescadores de perlas y era considerado un buen sitio para su obtención. El viajero veneciano Gasparo Balbi que viajó por la zona entre 1579 y 1588 en su obra Viaggio dell’ Indie Orientali, nos dice que es un magnífico sitio para bucear y encontrar perlas y el nácar de las madreperlas.
RESTOS ARQUEOLÓGICOS DE HACE CINCO MIL AÑOS
Hace cinco mil años estas tierras estaban habitadas y sus habitantes nos han dejado restos de sus obras: collares, vasijas, armas…
TIENDA DEL MUSEO
Para mí una visita obligada antes de abandonar los museos es visitar su tienda y comprar un recuerdo. Normalmente con un precio inferior a 6 Euros. Este museo también tiene su tienda de recuerdos, con muchas cosas muy interesantes (la mayoría con un precio superior a lo 6 €).
Me hizo mucha gracia esta señal de tráfico:
¿Qué tal quedaría a la entrada de su salón?
EN LAS AFUERAS DEL MUSEO DE DUBÁI
Por fin salimos del museo y allí había un hermoso dhow (creo que es un dhow, pero no pongo la mano en el fuego):
HORARIO DEL MUSEO
Del domingo al jueves (ambos incluidos): de 8:30 a 20:30 horas
Enfrente de la puerta de entrada del museo está la parada de los autobuses. Estuvimos dudando de si quedarnos a comer en la zona o ir a otro lugar. Allí al lado había una pizzeria que tenía muy buena pinta. Así que decidimos ir a comer a otro sitio. Como veremos, fue un acierto. Esperamos al autobús, no demasiado tiempo —tuvimos suerte—, nos montamos y salimos hacia nuestra siguiente parada.
Nos vemos allí.
Nota fotos. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
Mi primera visita a Dubái y a su museo fue en 2013. Mis impresiones de entonces pueden verse aquí:
Lo que viene a continuación es más o menos lo mismo que antes pero con unos pequeños retoques.
Fortaleza Al Fahidi
Volvimos a coger el Big Bus y nos paramos en la fortaleza Al Fahidi, que fue construida con fines defensivos en 1787 y que hoy es el hogar del «Museo de Dubái».
Se considera el edificio más antiguo de Dubái (https://turismo.org/museos-en-dubai/). En él hay algunas piezas históricas interesantes pero la mayor parte del museo está dedicada a la etnografía, a mostrarnos formas de vida antiguas —y no tan antiguas— que hoy han desaparecido. Hay antigüedades locales y de los países de África y Asia con los que comerciaba. Las explicaciones están muy bien hechas, aunque en mi opinión un poco largas para leer de pie. Aunque reconozco que este es un problema muy difícil de resolver. Si el texto es grande no apetece leerlo de pie, si es corto falta información.
La fortaleza está donde indica el mapa:
Si no me confundo, y no encuentro las notas que había escrito para no olvidarme, con la entrada de Big Bus te daban la entrada al museo gratis.
Interior del museo
Nada más entrar nos encontramos con el elemento que ha hecho posible Dubái: las barcas de bajo calado. Si Egipto es un «don del Nilo» hay pocas dudas de que Dubái es un «don de la ría de Dubái».
En una fortaleza no pueden faltar los cañones y las balas.
Tampoco puede faltar una torre de vigilancia.
En mitad del patio hay un pozo para extraer agua:
LA CASA TRADICIONAL
Había dos tipos de casas tradicionales en Arabia (además de las tiendas de campaña hechas de cuero que ellos llaman jaimas). La primera es «Al kaimah». Normalmente tenían una única habitación aunque las dimensiones de la misma variaban. Tenían una cocina en una habitación separada». Las paredes y muros están fabricadas con hojas de palma, lo que permite la circulación del aire. De ese modo se mantiene cálida en invierno y fría en verano.
La segunda es Al Arish, de la que hablaremos más adelante.
El otro tipo se llama «Al arih» y es muy parecida a la anterior pero a la que se ha añadido una «torre de vientos». De las torres de vientos hablaremos en un post posterior. Bástenos por ahora saber que hacen que el aire frío penetre en la habitación, que el aire caliente se vaya y que circule. La torre se hace con piezas de arpillera colocadas en el techo.
En esta maqueta de una casa típica puede verse la torre de los vientos:
Normalmente la gente vivía en este tipo de casas en verano; en invierno preferían el calor de la tiendas.
ARMAS, INSTRUMENTOS MUSICALES, ETC
En un pasillo de la fortaleza nos encontramos con una vitrinas que tienen diversos instrumentos de la vida de hace unas décadas.
Este post se está haciendo demasiado largo. Lo vamos a dejar aquí. En el próximo post seguiremos dentro del Museo de Dubái.
Nota fotos. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
Fue el 1 de abril de 2013 cuando realicé el paseo por la ría de Dubái. Pueden ver lo que dije entonces en esta entrada: https://viajes.ares.fm/?p=4366
En esta nueva versión me limito a retocar unas pocas cosas.
23 de febrero de 2019
Nos subimos al dhow. Presentamos la entrada de Big Bus y entramos sin problemas.
Observen que la gente está sentada en los asientos de los laterales del buque y que en medio hay un cocinero que prepara bocadillos calientes.
Al entrar nos ofrecieron muy amablemente un helado. Nosotros creíamos que era un regalo, pero después pasaron cobrándolo. No era mucho, pero no me gusta esa incertidumbre. Lo que parecía un regalo de bienvenida era una forma de vender.
Pasamos al lado del centro comercial de las Torres Gemelas. Un poco más adelante veremos las dos torres desde lejos.
A lo largo de la ría, en las dos orillas, hay muchos embarcaderos donde los ciudadanos cogen los barcos que les llevan de una a otra orilla. Normalmente van bastante llenos y parece una zona muy concurrida.
A un lado de la ría está el barrio Deria (noreste) y al otro (suroeste) Bur Dubai.
Las torres del viento son unas construcciones típicas oriente próximo que permiten que en el interior de las casas o de las mezquitas haya un ambiente fresco y circule el aire. Es un tema sorprendente y muy interesante al que dedicaremos un próximo post.
Viendo más dhows, más barcas,… regresamos a nuestro puerto. Los segundos finales del viaje pueden verlos aquí.
El tema en sí no tendría ninguna importancia en un país con agua, pero estamos en el desierto. Dubái gasta millones de litros de agua diariamente para mantener estos jardines en mitad del desierto. En Dubái hay poca agua por lo que la obtienen por desalación del mar, con el correspondiente gasto de energía. Si no fuera porque tienen petróleo estos jardines serían un problema.
Aquí se ha acabado nuestro viaje. El tour por la ría, en nuestra humilde opinión ha valido la pena.
Nota fotos. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
La primera vez que visite Dubái, fue en 2013 y mis impresiones de entonces pueden verse aquí: https://viajes.ares.fm/?p=4343
21 de febrero de 2019
Recientemente he hecho un crucero de Pullmantur que iba desde Atenas hasta Dubái y por ese motivo he vuelto a visitar esta ciudad. En el relato de hoy sigo aproximadamente lo que ya dije en el 2013, con alguna variación.
La distancia por tierra desde Mascate a Dubái son aproximadamente 431 km.
Dubái, en tamaño, es el segundo de los Emiratos Árabes Unidos. No se sabe con exactitud de dónde procede el nombre de Dubái, pero hay indicios que apuntan a que su origen está en el árabe o del persa, de la palabra Daba, derivada de Yadub, que significa «cosa que fluye». Si tenemos en cuenta que la vida de Dubái antes del descubrimiento de petróleo se centraba en torno a su ría —la ría Dubái— el nombre parece muy apropiado. La ría es un buen puerto natural y ofrece refugio a los barcos. Eso sí a los barcos de bajo calado pues la ría tiene poco fondo. Eso condiciona el diseño de los mismos y dio origen a los famosos «dhows«. Desde hace varios siglos el tráfico de mercancías desde ese puerto natural ha sido muy importante. Hoy lo sigue siendo, y como veremos, todavía se siguen usando los tradicionales dhow, eso sí, ahora llevan motor y los productos que transportan ya no son sedas o dátiles, ahora son televisores planos y antenas de televisión por satélite.
La primera mención escrita que conocemos de Dubái es de 1095 y se la debemos al geógrafo Abu Abdullah al-Bakri. Citado por Wikipedia.
En el mapamundi de Ortelius, del siglo XVI, aparece la península arábiga con Abu Dhabi y Dubái, aunque no están los nombres —o nos los he llegado a leer–, pero este mapa estaba en el museo histórico de Dubái.
Pero voy a dejarme de datos históricos y geográficos, si quieren ampliar datos, la referencia de Wikipedia es muy buena: Dubái en Wiki.
Ya antes de desembarcar, desde la cubierta superior del barco, pudimos ver que nada más salir de la terminal de cruceros había dos «Big Bus» esperándonos. En Mascate habíamos comprado los billetes para aquella ciudad y para Dubái.
Nuestra intención es hacer el primer tramo de Big Bus que nos lleva desde nuestro barco hasta los dhows, donde podemos hacer un paseo marítimo por la ría. El paseo está incluido en le precio del Big Bus. Por el camino empezamos a ver la ciudad de Dubái.
El Big Bus tiene una parte de arriba sin ventanas, desde el que se pueden sacar fotos sin brillos, pero soplaba demasiado viento y hacía demasiado calor, por lo que decidimos quedarnos abajo. Con lo cual estábamos con aire acondicionado, sin viento, pero en las fotos los brillos de las ventanas son inevitables.
Lo primero que nos llamó la atención fue un curioso edificio que no conocíamos, tenía forma de marco de un cuadro. Y no lo podíamos conocer por que su construcción es muy reciente. Se llama Edificio Marco. Abrió sus puertas al público el 1 de enero de 2018.
Como casi es obligado en Dubái en la publicidad de hotel se dice que es uno de los «hoteles más altos del mundo».
WAFI
Wafi es una ciudad dormitorio ubicada en Dubái. Contiene un hotel con forma de pirámide (el Raffles), un garn centro comercial con 200 tiendas, y en todo ello hay u sabor egipcio.
Isis y Osiris dan la cara al Sol, que se refleja en los cristales de WAFI.
Paradas de autobús con aire acondicionado
Pasamos por varias paradas de autobús.Son feas pero en su interior hay aire acondicionado. ¡Aire acondicionado en las paradas de autobús!
Nuestro siguiente post tratará del «tour» por la ría Dubái.
Nota fotos. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
Desde la terminal de cruceros hasta el centro de la ciudad antigua es un pequeño paseo, pero el Big Bus nos lleva desde la terminal de cruceros hasta el «Mutrah Souq», es decir hasta el «zoco» o mercado de Mutrah que es la ciudad antigua de Mascate. Y después un paseo de unos 25 minutos nos llevan por el paseo marítimo hasta las llamada «cornisa» y al parque Riyam. Si no se quiere ir andando, ese es uno de los recorridos del Big Bus.
Torres de vigilancia
Nada más salir del puerto podemos ver una antigua torre de vigilancia encaramada en las alturas. La armada portuguesa utilizó el puerto de Mascate como escala para sus viajes. Estuvieron aquí durante siglo y medio, hasta 1650, cuando pasó a manos omaníes. Las torres y murallas fueron construidas por los portugueses.
Llegando al mercado, al otro lado del paseo marítimo, hacia el este, podemos ver otra torre y fortaleza.
A la derecha de esas montañas es donde se ubica el palacio del sultán Qabús. Para ver un poco mejor a fortaleza, hago zoom y lo que vemos es esto:
Mezquita Masjid al rasul al A’dham
En el paseo marítimo, cerca del puerto comercial, hay una mezquita cuyo minarete llama la atención por estar construida con cerámica en tonos azules, se trata de la mezquita Masjid Al Rasul Al A’dahm:
Entrada al mercado de Mutrah
El incensario gigante del parque Riyam
Es curioso la costumbre que tienen en los emiratos árabes y en sultanato de Omán de hacer monumentos que son utensilios usuales pero a tamaño enorme. El incensario es uno de ellos, pero es el mismo paseo tenemos una rotonda que representa los cántaros de agua tradicionales de Omán, en tamaño grande y de colo dorado.
Parque Riyam
Probablemente esta rotonda sea una de las imágenes más fotografiadas por estar en el parque Ryam, que es una de las atracciones turísticas, pero no es el único sitio donde hay objetos cotidianos gigantescos. Por ejemplo, en la carretera que lleva al palacio real, tenemos este monumento:
En el parque Riyam y a lo largo de a Cornisa, hay esculturas y templetes con asientos donde los transeúntes se pueden sentar a la sombra si el sol lo permite.
En otra rotonda nos encontramos con una escultura casi abstracta.No sé lo que representa, pero si vemos la foto anterior con los tradicionales delfines y la comparamos con esta, me hace pensar que la segunda son los delfines estilizados.
Ya camino del mercado, que será nuestra siguiente parada, volvemos a ver el tradicional dhow, al lado del yate Al Said de la flota del sultán de Omán.
Nos veremos en la próxima entrada.
Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con