He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó el 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
En algunas de las excursiones pasamos muy cerca de Padrón y la guía nos contó cosas interesantes. No pudo faltar el dicho de «los pimientos de Padrón, unos pican y otros no». El hecho de que unos pican y otros no es cierto, pero no es misterioso, simplemente es la forma en la que crece la planta, cuanto más vieja es más picante tiene. Por eso mismo, los pequeños no suelen picar y los grandes sí. Los recogidos a final de temporada, entre finales de agosto y finales de octubre, son más picantes.
Pero esto no fue lo que me llamó la atención. Lo fue que nos dijo que los pimientos vinieron de América (eso no era nuevo para mí) y que fueron los frailes de diversos monasterios los que los fueron aclimatando y dando origen a las distintas denominaciones, una de ellas «pimientos de Padrón» (eso sí era nuevo para mí).
Hoy son famosos los pimientos y su derivado: el pimentón de Extremadura. Su origen está muy relacionado con el monasterio jerónimo de Guadalupe. Fue el propio Colón quien llevó a los monjes jerónimos muestras de ají (allí llamaban a los pimientos) considerándola tanto un condimento para la comida como una medicina. De hecho, hoy en día, muchas cremas para quitar el dolor tienen capsaicina, obtenida de los pimientos.
Tras cultivarlos en el monasterio jerónimo de Guadalupe, los monjes los llevaron a los demás monasterios de la orden.
El cultivo del pimiento se benefició de esta extraordinaria red de monasterios jerónimos para su expansión en España. Así llegó, en primer lugar, a Yuste y, más tarde a La Ñora (Murcia), a La Rioja, a Andalucía y al resto de España (Zapata et al., 1992)
Bartolomé garcía, teresa; coleto martínez, José miguel; velázquez otero, rocío. HISTORIAS DE LA PLANTAS II: LA HISTORIA DEL PIMIENTO.
Parece ser que los pimientos de Padrón no están relacionados con los monjes jerónimos sino con los franciscanos. Al venir de América, algunos franciscanos, con sus plantas de pimientos, fueron a parar al convento de San Francisco de Herbón [sí de Herbón, no de Hebrón, que es lo primero que me ha venido a la mente], en Padrón. Y de allí surgieron los famosos pimientos del Padrón, que unos pican y otros no [1]. La adaptación al clima de Galicia fue realizada con mucha paciencia mediante selección artificial.
Es interesante estudiar la historia del pimentón. No se trata nada más que de pimientos secados y molidos. Los hay dulces y picantes. En una época donde las especias tenían precios astronómicos el pimentón permitía algo parecido a un precio muchísimo inferior. Además, descubrieron las propiedades bactericidas de los pimentones picantes por lo que se hicieron casi imprescindibles en embutidos.
Nada más. He verificado que lo que nos dijo la guía era real.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó el 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
La ruta que seguimos fue aproximadamente la que figura en el mapa:
Salimos de Sanxenxo cuando todavía era de noche. El tiempo era bastante malo había llovizna y una fuerte niebla.
Poco después el tiempo fue mejorando y ya pudimos ver claramente los cielos rojizos del amanecer, aunque seguían cayendo algunas gotas de agua.
En Pontevedra pasamos por encima del río Miño.
Al pasar por Ribadavía pudimos ver plantaciones de viñas de ribeiro y también vimos una bodega: Viña Costeira, que hace, entre otros, vinos con los varietales de ribeiro, albariño y mencía.
Un detalle curioso es que en la provincia de Orense pasamos primero por el pueblo de Melón y un rato después por el de Sandías.
Melón está en la zona de uvas de ribeiro, por lo que vimos bastantes viñas de esa variedad.
En Sandías hay un torreón en muy mal estado, que se ve bastante bien desde la carretera.
El motivo de la existencia de esta torre de vigilancia es que está muy cerca de la frontera con Portugal.
2. Parada técnica en Ginzo de Limia (Xinzo de Limia)
El nombre de Ginzo de Limia siempre me ha resultado muy sonoro. No tenía ni la más remota idea de lo que significaba, pero me sonaba bien. Hoy ya sé lo que significa. Ginzo o Xinzo (en gallego) es un nombre propio. «De Limia» significa que está al lado del río Limia. Este río es muy interesante, también lo llamaban el río del olvido. La razón nos la explica muy bien Wikipedia:
Este río fue llamado Lethes por los antiguos romanos, al confundirlo con el legendario río Lete (río del Olvido) del Hades, de la mitología romana, el cual se creía que tenía la propiedad de borrar la memoria de quienes lo cruzaban. En 138 a. C., el general romano Décimo Junio Bruto intentó deshacer el mito, que dificultaba las campañas militares en la zona. Se dice que cruzó el río Limia y entonces llamó a sus soldados desde el otro lado, uno a uno, por su nombre. Estos, asombrados de que su general recordara sus nombres, cruzaron también el río sin temor, acabando así con su fama de peligroso. En sus orillas construyeron el campamento de Aquis Querquennis del que se conservan restos actualmente.
wikipedia. entrada: Río_Limia [1]
Nosotros paramos en la estación de servicio de Cepsa en Xinzo de Limia, que también tiene un bar-restaurante llamado Antelia.
3. Parada técnica en «La Gran Casona» de Puebla de Sanabria
Puebla de Sanabria es una ciudad muy interesante. Uno de sus mayores atractivos es el Lago de Sanabria, que durante muchos años fue un lugar de veraneo y de recreo para muchas personas de los alrededores, incluyendo León, que ya no está tan cerca.
Debido a que nosotros estábamos allí simplemente de paso no pudimos ver nada. El lugar donde comimos se llama «La Gran Casona» y está al lado del hotel J. Enrimary o Gran Casona, de los modos se encuentra.
La estatua tiene un letrero, pero su tipografía es tan enrevesada que no soy capaz de saber qué es lo que pone. He consultado a la oficina de turismo de Sanabria para ver si pueden ayudarme. Ya les diré algo cuando tenga la respuesta.
La parada fue simplemente para ir a los servicios y tomar alguna cosilla. Mi lección fue un vino blanco con uva mencía.
En este lugar también había productos típicos de la zona, por ejemplo, la famosa cecina de León.
4. Almuerzo en Hotel Helmántico, Salamanca
Al hotel Helmántico llegamos ya bastante tarde. Eran más de las tres así que lo primero que hicimos fue ir al comedor. Allí comimos unas estupendas lentejas con chorizo, un lomo de credo, postre y todo acompañado con agua y vinos.
En el hotel Helmántico no solo comimos, sino que íbamos a pasar en él la noche. Sería al día siguiente cuando volveríamos a emprender viaje hacia el sur, hacia Fuengirola. Así que subimos a las habitaciones.
5. Breve visita a Salamanca
Tras dejar dejar las maletas en la habitación, el autobús nos llevó hasta el centro de Salamanca, más concretamente hasta delante del museo de art nouveau y deco Casa Lis.
Decidimos ver la Casa Lis. Para subir a la puerta pasamos por la Cruz de los ajusticiados. El motivo de tal nombre es que allí en la parte alta de la cruz colgaban las cabezas de los ajusticiados, para que los visitantes vieran las leyes tan duras que había en la ciudad.
AL lado de la cruz de los ajusticiados hay una sencilla piedra de forma cilíndrica. Se trata del soporte que usaban para cortar cabezas.
Piedra para cortar cabezas al lado de la Cruz de los ajusticiados.
Una vez pasada la cruz subimos para entrar en el museo Casa Lis. Por desgracia no permiten sacar fotos por lo que no puedo mostrarles ninguna de sus colecciones: vajillas, copas, muñecas, pinturas, esculturas, muebles, etc. Tan solo saqué una en el bar, donde no ponía que no se podían sacar fotos.
Cristaleras del bar de la Casa Lis. Las de todo el edificio son parecidas.
Detalle de los cristales pintados en el bar. Observen la flor de Lis en verde.
Detalle de una lámpara en el bar. Este es un ejemplo de lo que se puede ver en el interior del museo.
Subiendo por la calle de curioso nombre Tentenecio se ve al fondo la torre de la catedral.
En la página de Salamanca Empresarial, describen muy bien la razón de ese nombre:
La calle Tentenecio debe su nombre a un hecho milagroso atribuido a San Juan de Sahagún. Se cuenta que paseando el fraile por las proximidades de la catedral escuchó gran griterío y vio que la gente corría despavorida. La causa eran las embestidas de un toro bravo que corría por la calle. El fraile se plantó ante el toro y le dijo, “tente necio”, y el toro se quedo quieto y no opuso resistencia a su retorno al corral. Por lo que la calle pasó a llamarse Tentenecio.
Salamanca Empresarial. Entrada: tentenecio [3].
En el llamado Patio Chico, en la parte trasera de la catedral hay dos medallones. Uno de ellos es el que viene a continuación:
Medallón representando a San Pablo en el Patio Chico detrás de la catedral
Catedral. Fachada a Patio Chico.
Torres vistas desde Patio Chico.
Fachada principal.
Enfrente de la fachada principal de la catedral está el palacio de Anaya, de estilo neoclásico.
Palacio de Anaya. Salamanca.
Al fondo, universidad pontificia de Salamanca.
Murallas de Salamanca.
Volvimos a montar en el autobús para regresar al hotel. Por el camino pudimos ver una preciosa puesta de sol:
Puesta de sol en Salamanca.
Y ya bastante anochecido llegamos al hotel para cenar.
Hotel Helmántico.
6. Cena en hotel Helmántico
Para la cena tuvimos de primero una sopa con huevo escalfado, trocitos de jamón, etc.:
De primero una sopa con huevo escalfado, trocitos de jamón, etc.
De segundo: bacalao al pilpil:
De segundo bacalao al pilpìl.
Y de postre un helado.
Y para terminar un helado
Terminada la cena nos fuimos a dormir. Mañana nos espera un larguísimo viaje.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó el 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
La Isla de La Toja, La Toja Grande, de Loujo o de Los Baños de Loujo1 (en gallego y oficialmente Illa da Toxa,2 Illa da Toxa Grande3 o Illa de Louxo[cita requerida]) es una isla española perteneciente a la provincia de Pontevedra, en Galicia. Está situada al este de la villa de El Grove, con la que está unida por un puente decimonónico. Posee un núcleo de población llamado Isla de La Toja, perteneciente a la parroquia de San Martín, que contaba con 83 habitantes empadronados en 2022.4 Tiene una superficie de 110 hectáreas.
wikipedia. entrada isla de la toja [1]
Ubicación de la isla de Toja. Mapa gentileza de Google maps.
Nuestro autobús cruzó a la isla de la Toja a través del puente del siglo XIX.
Cruzando el puente que nos lleva desde El Grove a la Isla de la Toja.
El Grove visto desde la isla de la Toja.
Desde la parada del autobús fuimos paseando hacia el monumento más popular de la isla de Toxa: la capilla de San Caralampio de Toja.
Ermita e San Caralampio de Toja.
Para mí, y sospecho que para otros muchos, lo más sorprendente de esta capilla es que está recubierta de conchas de peregrino (vieiras).
La Capilla de la Isla de A Toxa data del siglo XII, sin embargo en el siglo XIX fue reconstruida y recubierta con conchas de vieira. Posee planta de cruz latina y nave única.
Anteriormente estuvo dedicada a San Sebastián pero tras la reforma se coloca como imagen principal la Virgen del Carmen. En esta capilla se da culto el famoso San Caralampio, un mártir del s. III, que es patrón de las enfermedades de la piel, de ahí el patronazgo y culto en este lugar especial de aguas termales como terapias para curar la piel en los balnearios de esta isla de A Toxa, de ahí que la gente, desde muy antiguo, acude a esta capilla pidiendo la protección de este Santo
Turismo rías baixas. entrada Capilla de San Caralampio [2]
La capilla de San Caralampio.
La fachada principal. La entrada a la capilla.
Las conchas le dan ese aspecto tan bonito y distintivo. Creía que era un homenaje al Camino de Santiago, pero resulta que no es así. La razón por la que la capilla está cubierta de conchas de peregrino es totalmente pragmática: para evitar que el agua entre por las paredes. Es similar a lo que ocurre en el norte de Portugal que tienen sus edificios alicatados. La cerámica impide que entre el agua, es una protección contra las humedades. Lo mismo ocurre en esta capilla, las conchas protegen contra las humedades y, además, le da ese aspecto tan original.
Detalle de las conchas en las paredes.
En el interior lo que hay es una capilla sumamente sencilla. Quizá esa sencillez le da un encanto especial.
Interior de la capilla. Al fondo, la Virgen con el niño dentro de una concha.
Interior de la capilla. En las paredes, en madera de color oscuro, los pasos procesionales.
Detalle del techo.
Al lado de la puerta de entrada, en el jardín, se encuentra la escultura de un burro moribundo que está patas arriba.
Burro moribundo en la isla de la Toja.
En las placas que se ven abajo, se narra la leyenda del burro que hizo que se descubriesen las propiedades medicinales de las aguas de la Toja. Bruno Padín Portela, Dr. en historia, nos cuenta muy bien la leyenda de la Toja. Os paso sus palabras:
Cuenta la leyenda que un campesino llevó a su burro, lleno de costras, mataduras y dolores, casi moribundo, a la isla con intención de abandonarlo allí hasta que muriese. Lejos de cumplirse el fatal pronóstico, la sorpresa llegó cuando, tras cierto tiempo sin visitar el lugar donde había dejado al burro, el hombre regresó y no solo observó que el animal no había muerto, sino que lucía un aspecto espléndido. La alegría era doble. Por un lado, el borrico se había recuperado y, por el otro, podía servir para trabajar en las tareas propias del campo, ya que en esta época los animales tenían un peso esencial en las labores agrícolas.
Bruno Padín portela. Visitogrove. entrada o burro da toxa [3]
El campesino intrigado trató de saber qué había pasado y descubrió que el animal se había bañado en un charco lleno de barro caliente. El milagro lo había hecho el barro caliente. Y de esta leyenda surgen las propiedades sanadoras de las aguas de la Toja que dio origen al balneario de la Toja [4].
Tras la visita, volvimos al autobús y emprendimos la vuelta al hotel. Al día siguiente empezaríamos nuestro regreso a Fuengirola.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó el 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
Tras visitar la isla de Ons, ya se acercaba la hora de comer, y lo previsto era subir a un barco, de nombre El Barco de Pepiño, que sale del puerto de O Grove [1], y allí disfrutar de una mariscada, mientras el barco navegaba y se acercaba a las bateas para que pudiésemos ver el procedo de cría de mejillones [3].
En las Rías Bajas [2] (Rias Baixas) hay varios puertos desde los que salen barcos en los que se celebran comidas, normalmente mariscadas o degustación de mejillones. Naturalmente, los mejillones recién recolectados de las bateas en las que se crían. Nosotros cogimos nuestro barco en el pueblo de El Grove (O Grove). Allí mismo, en el puerto, había varios anuncios de cruceros gastronómicos.
Un ejemplo, es el de cruceros do Ulla. El restaurante marinero en barco cuesta 35€ para adultos y 20€ para niños.
Otro ejemplo es el del barco La Toja, que además de la mariscada ofrece la «ceremonia» de «La Queimada».
Otros barcos ofrecen viaje en catamarán, con suelo de cristal, para poder ver los fondos.
Además de la comida, hay bebida, donde no puede faltar la sidra. Se visitan las bateas y después hay música y baile. En algunos hay el interesante ritual de «La queimada [4]» en el que se quema orujo, en un ambiente oscuro para que se vean bien las llamas. El que hace la queimada suele recitar unos versos, en los que se habla de brujas. Cada día hay menos de estos rituales por los problemas de incendios.
Nosotros habíamos escogido el viaje ofrecido por el «Barco de Pepiño [5]».
El barco de Pepiño en el muelle y en el primer plano la pasarela para llegar a él.
Detalle del Barco de Pepiño. Cruceros Rías Baixas.
A cada uno de nosotros nos sirvieron la bandeja que pueden ver la foto.
Detalle de una ostra.
Mejillones.
Vino blanco Albeiro.
Tras los mariscos y los mejillones vino el postre. Una tarta de Santiago [6].
Tarta de Santiago. La he abierto para que se vea el inetrior.
Tras la tarta nos sirvieron una copita de crema de orujo [7].
Chupito de crema de orujo.
Mientras comíamos, el barco se había acercado a una de las bateas donde se crían los mejillones.
Nos dirigimos hacia una batea.
Batea en la que se crían los mejillones. La madera de los travesaños suelen ser de eucalipto.
Detalle de la batea.
Debajo de las bateas se ven (malamente por los reflejos en el agua) los racimos de mejillones.
Después hubo música y baile y todo ello animado por Pepiño. El viaje resultó agradable, aunque, por poner un pequeño defecto, los espacios para sentarse y comer eran muy pequeños. Los clientes estábamos muy apelotonados.
Ya volviendo a El Grove pudimos ver los vuelos de las gaviotas.
Vuelo de gaviota.
Tras bajarnos del barco, volvimos al autobús para nuestra siguiente etapa: La isla de la Toja.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó el 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
Es posible visitar la Isla de Ons bajo autorización de la Junta de Galicia, al igual que para acceder a las Islas Cíes.
wikipedia, entrada isla de ons. [1]
Se trata de una pequeña isla en la ría de Pontevedra, por lo tanto, pocas dudas hay de que para llegar a ella hay que hacerlo en barco. Nosotros salimos desde el puerto de «El Grove» y fuimos con la naviera «Cruceros Rías Baixas». El nombre del barco era «Delfín Primero».
Barco Delfín Primero de la naviera Cruceros Rías Baixas. Puerto de El Grove.
Cruceros Rías Baixas. Barco Delfín Primero.
Nos embarcamos en dirección a la isla de Ons. Atrás dejamos «El Grove»:
El Grove, desde el barco.
En el barco hay una mapa que, a juzgar por su color, es bastante viejo. En él se ven las islas a las que nos acercamos.
Ría de Pontevedra y a la izquierda, la isla más grande es la de Ons, y la que está debajo es Onza.
La grande es la isla de Ons, la pequeña es Onza.
La grande, isla de Ons. A nuestra izquierda, isla de Onza.
Atracamos en el puerto y nos dirigimos hacia los edificios más próximos.
Puerto y poblado de la isla de Ons.
Al fondo «El Grove». desde el muelle de la isla de Ons.
Detalle de muelle y una pequeña playa.
Muelle. Al fondo el barco que nos ha traído hasta aquí.
Tras el viaje nos apetecía tomar algo. Allí, en los primeros edificios con los que nos encontramos hay una bar: «Casa Checho». Allí tomamos algunas bebidas.
Mostrador Casa Checho en la isla de Ons.
Empezamos un paseo, acompañados de una joven guía, que nos fue explicando lo que veíamos. El primer lugar donde paramos fue en la iglesia del pueblo (iglesia de San Joaquín). Se trata de una iglesia de estilo moderno, construida en 1848 [2]. Se trata de un edificio muy sencillo, donde destaca la ornamentación en azul.
Iglesia de San Joaquín (isla de Ons).
A la entrada de la iglesia hay un crucero de piedra, que a mí me ha gustado.
Crucero en la iglesia e San Joaquín. Isla de Ons.
Crucero. En la cara que vemos está la virgen coronada con el niño. En la cara posterior, que no vemos, está el Cristo crucificado [3].
Un poco más adelante nos encontramos con un típico hórreo.
Hórreo en la isla de Ons.
Un poco más adelante nos encontramos con otro hórreo.
Otro hórreo en la isla de Ons. Las cruces en el tejado indica que los impuestos se pagaban a la Iglesia.
Otro hórreo:
Hórreo en la isla de Ons.
Isla de Onza vista desde la isla de Ons.
Aquí la guía-monitora nos habló de una rana de la isla de Ons que cambia de ovípara a vivípara, según la humedad del ambiente. Por más que he buscado no he logrado encontrar ninguna referencia a ella. Normalmente las ranas son ovíparas, es decir, ponen huevos que posteriormente se desarrollan.
Pero hay algunos anfibios que, aunque ponen huevos, estos se desarrollan en el interior de la madre, por lo que nacen ya desarrollados. Ese tipo de reproducción se llama ovovivípara.