22 de enero de 2013
Cartagena fue atacada muchas veces por distintos piratas y para defenderse se crearon las defensas a la entrada del puerto y el Castillo de San Felipe de Barajas. Para hacerlo vinieron los mejores ingenieros de Europa, de Holanda y de España, y diseñaron un castillo con infinidad de detalles para defenderse, que incluían murallas, fosos, puentes levadizos y una cosa bastante original: escondites para que pareciera que allí no había soldados.
La batalla más importante fue la que en 1741 el inglés Edward Vernon se presentó con 186 barcos y 23 000 hombres. La ciudad tan solo tenía 6 barcos y 3 000 hombres. Pero increíblemente el ataque fue rechazado por la ciudad bajo la dirección del guipuzcoano Blas de Lezo, que, digamos de paso, estaba cojo, manco y le faltaba un ojo. En la victoria jugaron astucia, engaños, de todo. Tenían muy pocos cañones ero los movían de sitio para que parecía que tenían muchos,…
Ya íbamos con retraso y tuvimos que dejar atrás el Castillo de San Felipe de Barajas
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