22 de enero de 2013
Por el camino vimos que los tendidos eléctricos producían una madeja de cables bastante embarullada. Algo a lo que no estamos acostumbrados en nuestras latitudes pero que no es extraño en Sudamérica. Probablemente haya una razón climáticas para ello, pero no lo sé.
Embarcamos a las 17:30 y unos minutos después el Sol ya estaba casi en el horizonte.
Se volvía a ver el skyline de Cartagena y el Sol detrás de los rascacielos. ¿Cómo era posible si ahora el Sol está en el oeste?
La razón de ello es sencilla. Para verlo tenemos que ver este dibujo.
La A es donde estábamos al amanecer. BG es la península de Boca Grande. Los rascacielos se interponían entre nosotros y el Sol. El Sol estaba en dirección hacia T. Al atardecer estábamos en T, veíamos los rascacielos iluminados por los últimos rayos de Sol que ahora estaban en A.
A las 18:00 el barco arranca y vemos las últimas imágenes de Cartagena.
Decimos adiós a una ciudad en la que los rascacielos de la península de Boca Grande empiexan a pagarse y soñar con hacer cosquillas a los cielos.
CONCLUSIÓN
Para nosotros que no conocíamos Cartagena nos ha resultado una ciudad muy agradable, muy bonita, con muchos museos que conocer, una colina a la que subir, una comida típica que probar… Por desgracia el barco solo paraba un día. La conclusión obvia es que hay que verlo con más calma. Nos lo apuntamos en la agenda como lugar al que hay que volver con muchas más calma aunque «sin maletas». Lo de «sin maletas» lo explicamos en la siguiente entrada.
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