Conferencia Carlo Scopelliti: «El misterio de las columnas de Hércules»

14 de enero de 2013

La anterior conferencia de Scopelliti me pareció muy buena, con buenas bases argumentales y con un hilo conductor muy claro. En este caso ya no me ha gustado tanto pues ha sufrido una importante deriva hacia la pseudociencia, hacia las hipótesis sin pruebas, la concatenación de hipótesis que te llevan a lo que tu quieras… y en cuanto al hilo argumental, al hablar en la mesa de la cena, me dí cuenta de que al mezclar fenicios con griegos, aunque él lo hizo bien, logró liar a los oyentes.

En fin, en resumen lo que él quería era contestar a varias preguntas:

1)¿Dónde están las columnas?

2) ¿Por qué Hércules da una prohibición de ir más allá de las columnas de Hércules: Non Plus Ultra? (y ¿por qué Hércules y no Poseidón el dios del mar?)

3) ¿Qué había más allá de las columnas para que Hércules se enfadara?

Scopelliti comenta que en todos los mitos siempre hay una raíz real y trata de buscarla. Obviamente mi postura es un poco menos absoluta que la de Scopelliti: creo que en algunos mitos hay un trasfondo histórico, pero no en todos.

Primer pilar. Para el conferenciante el primer pilar es el «Peñón de Gibraltar». Gibraltar viene del árabe: el monte de Tarik. Pero antes se llamaba Calpe.

Segundo pilar: Es Ceuta, que antes se llamaba Abila (en este momento no tengo conexión a internet para poder verificar la ortografía castellana).

Así que los dos pilares era el Peñón de Gibraltar y Ceuta. Y había una prohibición lanzada por Hércules, que dice. NON PLUS ULTRA.

¿Quién es ese Hércules que asume funciones de dios del mar?

Para empezar, nos dijo que había muchas veces que los dioses o héroes de una civilización cuando se encontraban con otra con dioses o héroes parecidos a los suyos propios le renombraban con el propio. Nos puso como ejemplo Krisna, un dios positivo al que alguna vez los griegos identificaron con Hércules. Con esto quiere llegar a la conclusión de que aunque se llame Hércules no significa que sea el Héracles griego o el Hércules romano.

A continuación nos habló de un gran tempo dedicado a Hércules que estaba en Chiclana (Cádiz) –colonia fenicia– y que en el tempo se han descubierto capiteles que no son de estilo griego sino fenicio, estatuillas, exvotos, etc, que apuntan a que no se trataba del Hércules griego sino del «Hércules caditanus». El Hércules de Cádiz.

También nos dijo que según iban hacia estratos más viejos los arqueólogos descubrieron estatuas de tipo fenicio y que ponían H.C. (Hércules Caditanus) y que representaban al rey fenicio Melkart. De hecho Melkart se traduce como, Malik=Rey, Art=ciudad (falta verificación en otras fuentes). Luego Melkart es el rey de la ciudad. ¿De que ciudad? Igual que para los romanos «la urbe» era Roma, para los fenicios era Tiro. Así que la estatua del supuesto Hércules es la del Rey de Tiro.

La razón de la prohibición

Ahora ya empieza a estar más clara la razón e la prohibición, los fenicios no querían que nadie pasase la columnas para evitar que destruyeran las ciudades que tenían allí y pare evitar que sus rutas comerciales que les llevaban al Reino Unido y a Marruecos fueran descubiertas.

Para Scopelliti el «NON PLUS ULTRA» era una especie de «guerra psicológica , para asustar a los marineros griegos.

El viaje de Piteas

Hubo un capitán griego al que las amenazas no le arredraron y pasó más allá de las columnas de Hércules, se llamaba Piteas.

Las fuentes clásicas no le hacen mucho caso pues en el relato de su viaje dice que ha ido al norte, muy al norte y que ha llegado a una isla donde el Sol no se pone, que está siempre en el firmamento. Ese dato que para los antiguos era extraño y les hacia dudar de su veracidad, a nosotros nos lo confirma. Había llegado en verano al círculo polar ártico. Lo que no sabemos es a qué isla.

En alta mar. El valor de los exploradores

10 enero. Acabamos de subir a cubierta y hemos mirado al mar. Tan solo agua y otro crucero que iba un poco detrás de nosotros. Tal vez nos lo encontremos en Madeira. Es difícil sentirse solo con   un barco en el que van cuatro mil personas. Pero al mirar a los cuatro puntos cardinales y no ver nada más que agua, ni siquiera un pájaro o un pez volador, hemos pensado en el valor de los primeros exploradores.

Nosotros sabemos a dónde vamos y sobre todo sabemos que existe y conocemos sus coordenadas. Pero, aquellos hombres que se atrevían a ir más allá de las islas conocidas, hacia occidente, sin saber lo que había más allá, sin saber si el mundo se acabaría o no, sin saber si caerían por una gran cascada o si un monstruo gigante les comería, exige un gran valor.

Gracias a ellos hoy podemos navegar con toda seguridad. Gracias a Colon América se hizo conocida para los europeos. Gracias a Magallanes y Elcano quedó demostrado que la tierra era redonda.

Gracias.