20 a 24 de abril de 2013
Si la historia de Marsella siempre ha estado ligada a su puerto, decidimos ir a dar un paseo por el mismo. Y quisimos empezar por la parte más cercana a la boca del puerto, donde hay un faro. Allí hay un palacio que se llama el «Palacio del Faro» que tiene unos agradables jardines con unas curiosas esculturas.
Para ir primero cogimos el metro desde la estación de Saint Charles y luego un autobús que iba hacia el «pharo».
Recepción del Palacio del Faro
El dedo señala la ubicación del palacio a la entrada del puerto, al sur.
Escultura en los jardines del Faro
Desde el jardín del Faro hay una exclente visión de casi toda la vieja ciudad de Marsella. nada más cruzar la boca del puerto, al otro lado, está el «Fort Saint Jean»:
Fort saint Jean visto desde los jardines del Palacio del Faro
Palacio del Faro
Primer plano Fort Saint Jean, al fondo la Catedral de Marsella, y el edificio rectangular, negro, forma parte del plan de rehabilitación del puerto viejo, zona J4
Canguro boxeador en los jardines del Faro, con el fondo del Fuerte, el J4 y la catedral
En el jardín hay unos indicadores con imágenes de lo que se ve. Aquí tenemos un ejemplo: imagen de la catedral:
Imagen de la catedral en los indicadores el jardín del Faro
Y lo que se ve es:
La Catedral
En una esquina del jardín, la más próxima al puerto, está esta impresionante escultura en homenaje a los héroes víctimas del mar.
Homenaje a los héroes víctimas del mar en el Palacio del Faro
Esta impresionante escultura es obra de Auguste Carli.
El puerto visto desde el palacio del Faro
Un detalle de «Notre Dame du la Garde»
En un lateral del jardín está el «Instituto de Medicina Tropical del Servicio de Salud de las Fuerzas Armadas ‘LE PHARO'»:
Instituto de Medicina Tropical
Salimos de los jardines del Faro y nos dirigimos hacia el fondo del puerto. Lo primero con que nos encontramos es con la Abadía fortificada de Saint Victor.
Abadía fortaleza de Saint Victor
Las ventanas que hay bajo las torres almenadas son de las campanas de la abadía (dura 3 minutos).
Seguimos andando y nos encontramos con el Fort D’entrecasteaux:
Fort D’entrecasteaux
Enfrente está el puerto deportivo de Marsella:
Puerto de Marsella
En estos momentos se nos hizo la hora de comer –tengan en cuenta que en Francia se come mucho antes que en España– y empezamos a buscar un restaurante, poco después nos encontrábamos con un restaurante árabe que ofrecia un buffet libre oriental por 13€:
Anuncio del buffet libre del restaurante Habibi. Al mediodía los siete días de la semana
Restaurante Habib
Miramos el interior y nos gustaron la limpieza, la comida que ofrecían y la amabilidad con que nos trató una camarera que hacía honor al nombre del establecimiento. Habib en árabe es cuando una chica le dice a un chico algo parecido a «cariño» o «querido». Habibi es la versión de chico a chica: «cariño», «querida».
Interior del Habibi. En los laterales los recipientes calientes con la comida.
Comimos muy bien puesto que podíamos elegir lo que quisiéramos y había muchas cosas muy bien hechas, incluyendo macarrones, carne de pollo, carne de vaca,… y un montón de postres.
UN EXTRAÑO GRUPO
Mientras estábamos dentro nos ocurrió algo extraño. Estábamos solos y nos la prometíamos muy felices pues siempre el estar sin ruidos se agradece. De repente entró un grupo de unas quinces personas bastante estrafalarias, con ropas antiguas y usadas y con cierto aire de hippie de finales de los 60. El que parecía el jefe nos saludo y nos deseo «bon appétit». pensé que ya la habíamos formado, que íbamos a tener un ruido infernal; pero sorprendentemente no fue así. Se sentaron hablando muy poco y muy bajito. Cada vez que nos juntábamos para ir a coger algo, eran extremadamente amables y educados.
Y fueron ellos los que nos descubrieron que otra habitación interior, estaba el buffet libre de postres. Se ve que no era la primera vez que iban a ese local.
Fue una experiencia rara. Donde me esperaba ruidos hubo silencios. Y ellos fueron extremadamente educados. Me pregunto quiénes serían.
CONTINUAMOS EL PASEO
- El puerto visto de la puerta del restaurante. Al fondo la torre de la iglesía «Notre Dame des Accoules«
Alrededor del puerto circula el típico «tren» turístico:
Al fondo del puerto, digamos que donde se cierra el «cul de sac» están los barquitos turísticos que llevan al archipiélago de las Fioul y la isla de If.
Vaporcitos para el archipiélgao de Fiuol, incluyendo la Isla de If
Pensamos que no era una mal idea ir a ver la famosa isla de If, pero los horarios no eran los más adecuados. Decidimos dedicar el día siguiente a visitar con calma la isla de If. Y ese día lo dedicamos a seguir deambulando por las calles.
Enfrente de la taquilla de los vaporcitos hay una vaca de esas que se han puesto tan de moda; no sé muy bien por qué. A mi me parecen feas.
En la plaza, a unos cinco metros del suelo, hay un enorme espejo.
En una esquina McDonalds hace una oferta que para Francia me parece muy barato:
Oferta de MacDonalds
El espeo y la entrada del metro producen una curiosa imagen:
Aquel día estaban desmantelando unas jaimas donde había habido una feria de algún país árabe que ahora no recuerdo.
Los pasillos de esa estación de metro son bastante espectaculares:
Pasillos metro de Marsella
Volvimos al hotel, paseamos por los alrededores, … y nos llevamos la impresión de que estábamos en un país árabe. Mezquitas, carnicerías halal, pasteles árabes, Kebab (al swarna),…
Compramos unas cuantas cosas en tiendas que estaban abiertas a las nueve de la noche, cenamos en un chiringuito de la estación,… y nos fuimos a dormir.
* * *
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