3. Medicinas

Cuando empiezas a pensar en un viaje de tanta duración y a una cierta edad, el tema de las medicinas no es trivial. Para las enfermedades puntuales que te puedan ocurrir en el barco hemos contratado un seguro que incluye el pago de las consultas y de las medicinas que tengamos que comprar. Pero no incluye las medicinas que tomamos de forma periódica. Por ejemplo, esas medicinas para las migrañas, o para alta tensión, o para el colesterol.

Incluso nos han advertido que hay medicinas que pensamos llevar que no podemos sacar del barco pues en ciertos países las consideran drogas. Concretamente algunas relacionadas con los calambres musculares que en algunos países árabes consideran drogas similares a la cocaína.

Dado que hemos estado pagando toda la vida a la Seguridad Social sería del todo absurdo que las medicinas de enfermedades crónicas no nos las pagara dicho seguro por el mero hecho de que nos vamos de viaje  Bueno, sería absurdo pero es lo que es. Nos explicamos. Por nuestros problemas de salud estamos tomando sistemáticamente, día a día, una serie de medicamentos con precios nada baratos. Hemos ido al Servicio Andaluz de Salud a pedir que nos den dichas medicinas no hasta que se acabe, que es lo normal, sino para cuatro meses. ¡Ha sido imposible! El sistema andaluz es muy moderno, con una tarjeta chip que hace que te den lo que necesitas y nada más; ni siquiera tenemos que ir al médico a pedir recetas, pero NO TIENE PREVISTO el que puedas estar ausente unos meses. Los médicos no puedan adelantar las recetas, los farmacéuticos tampoco. Es decir, que si te vas a dar la vuelta a mundo, no tienen ninguna forma de adelantar las medicinas en el Sistema Andaluz de Salud.

Se nos ocurren muchos medios de solucionarlo, pero ninguno parece que se le haya ocurrido al Servicio Andaluz de Salud, ¿o sí, y prefieren que el que vaya de viaje –que puede ser para atender a un pariente enfermo en otro país– pague?

Mucha tarjeta chip, mucho ordenador,… pero MUY POCA FLEXIBILIDAD.

Creemos que lo automático está muy bien, pero los humanos somos muy complejos, con problemas muy diversos que los programas de ordenador al uso no son capaces de resolver. Por favor, ¡dejen que el buen sentido de los médicos de cabecera tengan algo que decir! No se puede poner todo en unas normas, lo mismo que no se puede poner todo en un programa de ordenador… Por favor: dejen que los humanos apliquen el sentido común.

Nosotros venimos de Euskadi, con un sistema de recetas que no es tan moderno como el del S@S pero que en casos especiales te pueden dar recetas hechas a mano que cubran las necesidades especiales de un viaje.

Señores de S@S, por favor, añadan una forma de escaparse de la inflexibilidad de su magnífica tarjeta sanitaria.