Sábado 23 de marzo de 2013
Ya habíamos visto un templo hindú, otro budista y la catedral católica; tan solo nos faltaba ver la mayor mezquita de Colombo, que se llama Jami-Ul-Alfar. Está en una calle estrecha por lo que sacar fotografías resulta muy difícil. Por internet he encontrado una muy buena:
Nosotros también sacamos fotos con iluminaciónn mala, pero que permiten hacerse una idea del lugar donde está ubicada la mezquita. Por dentro estaban en obras y no permitían el paso.
Este era el último lugar que visitar en Colombo, tal como habíamos acordado con el taxista y le pedimos que nos llevara al barco. Al llegar muy educadamente nos dijo que nos habíamos pasado de las seis horas que quería más dinero y que le diéramos algo de propina. Nuestra respuesta fue que aquel era el precio acordado y que, además, le habíamos invitado a comer en Mount Lavinia. Que lo sentíamos mucho, que nos había gustado mucho sus explicaciones, pero que habíamos acordado un precio y eso era lo que le dábamos.
Así que nos embarcamos rumbo a la India. Allí nos encontramos con un papel donde nos informaban de que podía haber piratas en el mar, que en caso de ataque por parte de los mismos que siguiéramos las instrucciones. Los piratas trajeron algunas consecuencias interesantes que les iremos contando.