Lunes 25 de marzo de 2013
Poco después el Sol empezaba a estar muy bajo en el horizonte:
Domingo 24 de marzo de 2013
A media mañana nuestro barco estaba en la bahía de Cochín. Allí vimos árboles, edificios interesantes, redes de pesca «chinas» y un tráfico incesante de barcos que llevan pasajeros de uno a a otro lado.

Un edificio muy singular en la bahía de Cochín. Obsérvese la boya marina que nos marca el camino a seguir.

Entrando en el agua vemos esta especie de «pier». No estoy seguro pero creo que se trata de un embarcadero.
Hay un brazo de tierra y atracan barcos a los dos lados. En el lado contrario al nuestro podemos ver un trasatlántico.
Es interesante ver que se han hecho muelles en mitad del mar. Sin duda de ese modo se aumenta la capacidad de puerto, pero lo que no me queda claro del todo es cómo salen los tripulantes hacia la ciudad. Supongo que en barquitos, pero nunca logré verlos.
Una mirada hacia atrás nos permite ver que la bahía está cuajada de islas y de los vaporcitos que transportan pasajeros de una orilla a otra.
Por fin empezamos a vislumbrar el puerto en que atracaremos.
Como fácilmente pueden ver es un campo sin nada. No es una terminal de cruceros. Se trata de un muelle de contenedores. Está bastante lejos de la ciudad.

Esta foto es interesante pues nos muestra que al fondo, a la salida del puerto hay multitud de taxis y de «tuc-tuc» que nos esperan.
Llegamos al puerto a las 12 del mediodía. Tuvo que subir la policía y revisar los pasaporte; cuando pudimos salir era más tarde de las 13. Como lo sabíamos, previamente habíamos comido. Nuestra intención era aprovechar toda la tarde para ver lo más que pudiéramos de Cochín. Por suerte, la dirección del crucero lo tenía previsto y habían adelantado el horario de comidas. Ese día pudimos empezar a comer a las 11:30 de la mañana. Para los franceses y los alemanes no era demasiado raro, no tengo que decir que para los españoles sí que lo era.
Ya saben ustedes que normalmente hay que pelear un precio con los taxistas –lo llaman regatear–, pero en este caso había una cosa que a mí me gustó mucho. A la izquierda (mirando desde el barco hacia el muelle) había una caseta de taxis. Allí te daban un recorrido y un precio y un taxi venía a buscarte. Había coches y tuc-tuc. Nosotros, que en esta ocasión éramos cuatro, elegimos un taxi. Por visitar los doce puntos más significativos de Cochín nos cobraban 20 Euros –podía pagarse en Euros–. Aceptamos, subimos al coche y empezamos a recorrer la ciudad.
Ví una simple curiosidad. «Airtel». Así empezó llamándose Vodafone en España. ¿Qué querrá decir Airtel en Cochín? El aspecto general del cartel recuerda al de Vodafone.
En unos pocos minutos llegamos a un pequeño templo hinduista de nombre Amangixa. Nos paramos a sacar unas fotos –en el contrato estaba establecido que podíamos pedir al chófer que parase donde quisiéramos para sacar fotos.

Pequeño templo, muy acogedor que lleva el nombre de Amangixa.. El fuerte contraluz hizo que sacar fotos no fuera nada sencillo.
A mi los templos hindúes me dan cierta sensación de casa de muñecas. No quiero faltar al respecto, pero esos dioses de colorines me parecen las muñecas peponas de la época franquista.
Continuamos viaje.

Psmos por un mall malabar. Recuerden que Kerala está en la costa malabar y que su idioma oficial es el malabar.
Tras visitar esta tienda continuamos viaje hasta el Palacio de Mattancherry, también conocido como palacio holandés.
Dentro del museo estaban prohibidas las cámaras así que no puedo mostrarles nada. En cualquier caso me pareció un museo muy malo. Básicamente se trataba de leer la historia de Cochín en grandes paneles. Y, sinceramente, para leer prefiero hacerlo en un libro que de pié rodeado de una gran multitud.
Enfrente del palacio holandés estaba este tempo hinduista.
Nuestra siguiente parada fue una tienda de artesanía. Entre otras muchas cosas había ajedreces de ónice y algo que me sorprendió mucho: instrumentos de navegación antiguos, magníficos y por muy buen precio.
Al lado de esta tienda había otras de especias:
Nuestro siguiente punto era la iglesia de San Francisco. La más antigua cristina.
En la carretera vimos estos árboles: ¿se trata del famoso árbol del pan?
LAS REDES CHINAS
La siguiente parada nos llevó a «las redes chinas». Se trata de un sistema de redes –inventado por los chinos– para pescar. La clave de estas famosas redes es que están colgadas con contrapesos –como un ascensor– y que subirlas y bajarlas cuesta muy poco. Se bajan –se sumergen en el agua– con un cebo dentro. Se espera a que lleguen los peces y cuando se ve que hay unos cuantos se sube la red sin ninguna dificultad por los contrapesos. Los pescados se exhiben en una mesa que está al lado y los puedes comprar. Unos metros más allá hay un puesto donde el pescado que has elegido te lo limpian y lo asan o lo fríen a tu gusto. ¡Más fresco imposible!
Tal como ya había dicho, nada más pescar se ponen a la venta en un tenderete.

Tenderete de venta de pescado. Al preguntar en inglés por el precio, nos contestó en perfecto castellano.
Hasta aquí hemos mostrado lo positivo, por desgracia también hay aspectos negativos. Si en vez de enfocar a lo alto de las redes, lo hacemos al suelo, nos encontramos con este desagradables espectáculo que, además, huele.
Preferimos alejarnos de aquel sitio recordando las bellas imágenes de las redes chinas a esa suciedad.
VUELTA AL BARCO
En nuestro camino de vuelta al barco vimos algunas cosas interesantes.
NOTA SOBRE FOTOS. Todas las fotos de este post son nuestras y permitimos usarlas libremente siempre que se diga que están tomadas del blog viajes.ares.fm. Si las quieren en más resolución, pónganse en contacto con nosotros:
Domingo 24 de marzo
En la mañana del domingo 24 de marzo llegamos a la India, concretamente al estado de Kerala, que está al suroeste de ese país. Su ubicación coincide con la «Costa Malabar».

Ubicación de Kerala. Mapa de Wikipedia. La isla que está al sur, un poco a la derecha de Jerala, es Sri Lanka
Es el estado más alfabetizado de India y es un lugar de veraneo pues dispone de bellas playas, montañas altas con pistas de esquís y preciosos lagos. Su principal puerto es Cochín y uno de los lagos más visitados es el de Alappuzha también conocido con el nombre de Alleppey.
Nuestro barco atracó en Cochín y como íbamos a estar dos días, aunque el primero tan solo por la tarde, decidimos dedicar el primer día a conocer Cochín y el segundo ir hasta Alappuzha. Y eso es de lo que vamos a hablar en los posts que vendrán a continuación.
Domingo 24 de marzo
En la mañana del domingo 24 de marzo llegamos a la India, concretamente al estado de Kerala, que está al suroeste de ese país. Su ubicación coincide con la «Costa Malabar».

Ubicación de Kerala. Mapa de Wikipedia. La isla que está al sur, un poco a la derecha de Kerala, es Sri Lanka
Es el estado más alfabetizado de India y es un lugar de veraneo pues dispone de bellas playas, montañas altas con pistas de esquís y preciosos lagos. Su principal puerto es Cochín y uno de los lagos más visitados es el de Alappuzha también conocido con el nombre de Alleppey.
Nuestro barco atracó en Cochín y como íbamos a estar dos días, aunque el primero tan solo por la tarde, decidimos dedicar el primer día a conocer Cochín y el segundo ir hasta Alappuzha. Y eso es de lo que vamos a hablar en los posts que vendrán a continuación.
Sábado 23 de marzo de 2013
Ya habíamos visto un templo hindú, otro budista y la catedral católica; tan solo nos faltaba ver la mayor mezquita de Colombo, que se llama Jami-Ul-Alfar. Está en una calle estrecha por lo que sacar fotografías resulta muy difícil. Por internet he encontrado una muy buena:
Nosotros también sacamos fotos con iluminaciónn mala, pero que permiten hacerse una idea del lugar donde está ubicada la mezquita. Por dentro estaban en obras y no permitían el paso.
Este era el último lugar que visitar en Colombo, tal como habíamos acordado con el taxista y le pedimos que nos llevara al barco. Al llegar muy educadamente nos dijo que nos habíamos pasado de las seis horas que quería más dinero y que le diéramos algo de propina. Nuestra respuesta fue que aquel era el precio acordado y que, además, le habíamos invitado a comer en Mount Lavinia. Que lo sentíamos mucho, que nos había gustado mucho sus explicaciones, pero que habíamos acordado un precio y eso era lo que le dábamos.
Así que nos embarcamos rumbo a la India. Allí nos encontramos con un papel donde nos informaban de que podía haber piratas en el mar, que en caso de ataque por parte de los mismos que siguiéramos las instrucciones. Los piratas trajeron algunas consecuencias interesantes que les iremos contando.
Sábado 23 de marzo de 2013
Nuestra siguiente etapa fue ir al templo budista de Gangaramaya.
Una sorpresa fue que el taxista que nos llevaba nos explicó que el era uno de los profesores de budismo de dicho templo y que él iba a hacer de guía y explicárnoslo. Lo hizo muy bien, mereció la pena.
Como de costumbre hay que descalzarse y en este caso hay que pagar una entrada –creo recordar que dos dólares USA por persona– pero las cámaras están permitidas y son gratis.
A la entrada del templo hay restos de piedras antiguas:
En el templo también hay un museo con multitud de cosas bastante variopintas. Muestro algunas de ellas.
Vimos muchas más cosas, pero creo que con esto ya se pueden hacer una idea.
Sábado 23 de marzo de 2013
Al salir del barco un grupo folclórico nos espera con música y bailando.
Al laado del barco, había unos mercadillos que vendía artesanías. Entre otras cosas vendían las mismas máscara de madera que compramos treinta años antes y que estuvieron colgadas de las paredes de nuestra casa muchos años.
Fuimos hasta la zona de taxis donde alquilamos una furgoneta para seis personas por 60 dólares estadounidenses y que se comprometió a llevarnos durante seis horas a los lugares que le indicamos.
El primer lugar fue el templo hinduista de Sivasubramaniya que está en lel barrio conocido como Isla de los Esclavos.
Allí tuvimos que descalzarnos como es habitual, aunque no entiendo porque consideran que es más respetuoso entrar descalzo que con zapatos, y tuvimos que pagar una entrada para poder sacar fotos.
Al salir volvimos a coger el taxi y por las calles vimos los famosos taxis de tres ruedas que llaman «tuc-tucs», debido al ruido que hace su motor: tuc-tuc-tuc…
Sábado 23 de marzo de 2013
Tras pasar por las islas de Nicobar seguimos navegando varios días hasta llegar a Colombo, la capital comercial de Sri Lanka –el país que hasta 1972 conocíamos por Ceylan y que anteriormente tuvo varios nombres, uno de ellos Serendib, de donde viene nuestra palabra serendipia.
Habíamos estado tanto en la isla de Sri Lanka hace aproximadamente treinta años y vimos cosas muy interesantes, como por ejemplo los grabdes budas esculpidos en la roca de Gal Vihara, en la población de Polannaruwa, o el desfile de más de seiscientos elefantes den la ciudad de Kandi, o la roca fortaleza de Sigiriya, excelentes playas,… Incluso tuvimos la enorme suerte de llegar a Kandy el día que se celebraba para parada de los elefantes y pudimos ver el grandioso desfiles de los elefantes adornados e iluminados. ¡Precioso! También estuvimos en espectáculos de danzas cingalesas, vimos andarines sobre fuego, personas que se colgaban de unos anzuelos cosidos en su espalada, etc, etc.
Si todo es tan interesante, pueden preguntase ustedes, entonces ¿por qué mi promesa de no volver? La respuesta es que por el aceite coco. Toda la comida la preparaban con aceite de coco. El primer día me resultó un sabor agradable aunque un poco dulzón, el segundo empezó a resultarme monótono el saborcillo dulzón del aceite de coco,… Intenté no comoer nada que tuviera aceite. Pedía arroz blanco sin nada: ¡blanco! Y me trajeron arroz blanco adornado con aceite de coco «para darle un poco de sabor». Harto vi en una tienda que había galletas Cookies danesas. las compré. Y al comerlas sabían a aceite de coco. En la lata había una nota que decía que eran galletas para Ceylan hechas con aceite de coco…. Prometí no volver nunca más.
Pero, en esta ocasión el barco paró en Colombo y decidí volver a ver la ciudad y quizá descubrir rincones nuevos, eso sí, me prometí no comer nada por si las moscas –quiero decir por si la comida tenía aceite de coco.
20 de marzo de 2013
Nuestra siguiente parada fue el templo de Chalong
En aquel templo hay una curiosidad que me llamó mucho la primera vez que estuve, hace cuatro años. Se trata de una torre de ladrillos en la que de vez en cuando llega una persona y enciende una traca de petardos. El ruido es fuerte aunque está apagado por ocurrir dentro de la torre. No sé su significado.