En los templos griegos y romanos se usaba abundantemente el incienso. Incluso se usaba en los baños. Curiosamente el nombre de perfume vine del incienso: per fume, que se traduce como por humo. El buen olor se transmite por el humo. (Más detalles aquí).
Incluso se cuenta que Alejando Magno tras conquistar Tiro y Gaza consiguió 500 talentos de incienso y se los envió a un antiguo maestro que le había regañado por quemar demasiado. (Referencia aquí). Un talento era una medida de peso entre los hebreos; es aproximadamente 40 kg. Por o tanto estamos hablando de que Alejandro envío veinte toneladas métricas de incienso a su maestro.
El incienso no se producía en Grecia, procedía del desierto de Dhofar, del antiguo puerto de la ciudad de Salalah, de la que hemos hablado en nuestra entrada anterior, que se llamaba Khor Rori.
Khor Rori está dentro de lo que se ha llamado La tierra del incienso, que ha sido inscrita como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.
Normalmente el incienso se exportaba por mar desde el puerto de Khor Rori, al como habíamos visto en el mapa del Museo del Incienso que habíamos visto en la entrada anterior. La ruta marítima hacia Europa salía de Khor Rori, iba al sur de lo que hoy es Yemén, golfo de Adén, atravesaban el estrecho Bab el Mandeb y de allí tomaban rumbo norte por el Mar Rojo hasta más o menos lo que hoy es Suez. Allí la ruta se bifurcaba, por un lado iban por la rama oeste hacia Port Said y desde allí por ruta terrestre hasta Alejandría. La otra rama iba hacia el noreste, subía por el Golfo de Áqaba, hasta el puerto de Áqaba y de allí, por tierra iban a Petra y después a Gaza. Por eso, Aejando Magno se encontró con mucho incienso en la última ciudad.
La ruta marítima no era la única, también había una ruta terrestre, en la que participaban decenas o cientos de camellos. Para poder usar los oasis tenían que pagar un peaje que se añadía al precio del producto.
La ruta, aproximadamente, seguía estos caminos:
Es curioso que lo que hoy son las ciudades de La Meca y Medina eran puntos de paso obligados por su disponibilidad e agua.
Y observen que tanto la ruta terrestre, como la marítima que iba a Gaza pasaban por Petra. Allí, previo pago, recibían agua, comida, alojamiento, etc. Los servicios no eran baratos por lo que los nabateos se hicieron muy ricos.
De Alejandría a Grecia o Roma normalmente se hacía por vía marítima.
El cristianismo heredó la costumbre del incienso y tras la caída del Imperio romano, por lo que la necesidad de incienso no solo no disminuyó sino que aumentó. Y la prosperidad de Salalah y de Petra continuaron.
En el Museo del Incienso de Salalah se conservan muchas cosas relacionadas con este producto. Entre otras cosas, un ejemplar muy grande de Boswellia sacra.
También se conservan varios astrolabios de los usados por los marinos.
Tras ver el Museo el Incienso y enterarnos un poco de la historia de Salalah, volvimos al barco donde pudimos disfrutar de una magnífica puesta de sol.
Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
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4 de febrero de 2019
Salalah es la segunda ciudad en población del Sultanato de Omán. Es la ciudad importante más al sur de Omán.
Un poco de geografía
Hoy Salalah es una importante ciudad con casi 200 000 habitantes. Tan solo superada en Omán por su capital: Mascate.
El puerto
El incienso
Durante muchos años, el puerto de Salalah fue muy importante debido al incienso. Su época de esplendor fue durante el siglo XIII, pero el siglo XIX fue absorbido por el sultanato de Mascate. Salalah era la capital del sultanato de Dhofar, que hoy es una provincia de Omán. Geográficamente Dhofar tienen tres zonas: la costera, la montañosa y una llanura desértica. En esta última es donde crece la planta del incienso: Boswellia sacra.
El incienso es la resina de dicho arbusto. Par conseguir la resina se hace un pequeño corte o se quita una parte de la corteza del tronco o de una rama y empieza a salir un liquido lechoso que se llama olíbano. Se deja secar y el resultado es el incienso.
El incienso se ha utilizado como ofrenda en muchas religiones desde la India hasta Europa. Más delante veremos que el incienso del famoso butafumeiro llegaba a Galicia desde Salalah a través de la ruta del incienso.
La mezquita del sultán Qaboos
Ese comercio hizo de Salalah un puerto y una ciudad muy importantes. Hoy sigue siendo un puerto muy importante. Nuestra excursión comenzó en ese puerto y nuestra primera parada fue la mezquita del sultán Qaboos (el actual sultán de Omán). Es una obra moderna, su construcción es tan moderna que su finalización es de 2009; desde entonces atrae mucho turismo y es una de las visitas obligadas a Salalah. Es un mezquita blanca y muy limpia. Atención a los horarios, son bastante restringidos. Los no musulmanes podemos recorrer su interior de 8:00 a 11:00 todos los días salvo los viernes. Como es habitual hay que descalzarse al entrar, y las mujeres deben ir con manga larga y cubrirse el pelo.
En el interior de la mezquita hay muchas cosas grandiosas.
Terminamos la visita a la mezquita y nos montamos en el autobús para ir al mercado de frutas. El conductor llevaba el típico traje omaní.
Palacio del sultán
El sultán vive en un palacio en Mascate, pero también una residencia en Salalah. Tan solo se puede ver por fuera. Es esta:
En la pared podemos ver el escudo de armas del sultán.
En la mitad puede verse la daga omaní. Es una daga curva, como si fuera una j. Su nombre es khanjar.
Mercado de frutas
El mercado de frutas de Salalah tiene fama. La verdad es que me cuesta entender la razón de ello. Para mí eran unos puestecillos de fruta sin más. Tal vez, especulando, creo que la explicación puede estar en que Salalah es uno de los pocos sitios de Omán donde crecen frutas; es una zona más fresca y con más agua que el resto. ???
Entre los puestos, nos encontramos con imágenes que rompen totalmente con el mundo brillante e inmaculadamente limpio de la mezquita. Sol voy a poner una foto,…
Museo del incenso
Nuestra siguiente parada fue el museo del incienso que comprende un museo histórico y un museo marítimo.
Una de las cosas que podemos ver en este museo es un mapa con las rutas marítimas que seguía el incienso.
También hay muestras de las distintas calidades de incienso que van desde la blanca –la más cara– hasta la negra con muchas impurezas, la más barata. Actualmente se consideran cuatro calidades. La tercera es la llamada Ashzri, extraída de los árboles que crecen en el occidente de Dhofar (véase más información aquí). La clase más barata es la llamada Asha’bi, que procede de la vertiente sur y de las mesetas de las montañas costeras de Dhofar:
Todavía mejor es la calidad annajdi, que crece en el altipano de las montañas de Dohar.
El de más calidad es el hojari que podríamos traducir como «el olor del cielo». Yo saqué do fotos de este incienso pero han salido con unos brillos enormes, así que he buscado en internet y he encontrado una foto de xbqs42 en pixabay, que e ha gustado y que permite su reproducción libre de derechos, donde se puede ver la pureza del hojari:
Mercado del incienso (Al-Husn Souq)
El mercado de incienso de Salalah está formado por tiendas que están a ambos lados de una calle. El precio del incienso está fijado por el estado por lo que en todas las tiendas cuesta lo mismo. Es interesante recordar que cuanto más blanco y con menos impurezas es más caro.
En las tiendas venden tanto incienso como incensarios.
En el mercado no solo venden incienso, también venden ropa y otros souvenires.
El mercado del incienso está al lado de una playa de arena blanca deslumbrante, como la mezquita del sultán Qaboos.
Esta entrada se me está haciendo muy larga. Continuaré en la próxima hablando de otros detalles sobre el incienso y su larga ruta para llegar desde Salalah hasta Europa.
NOTA SOBRE LOS DESASTROSOS AUTOBUSES.
En las excursiones de Pullmantur reservas el viaje pero NO puedes reservar la plaza, con lo cual, si sigues las normas siempre llegas cuando los autobuses están llenos pues la mayoría de la gente sale antes de lo que le corresponde. En esta ocasión íbamos tres personas y nos tocó separados; pero eso no es lo malo. Loas asientos eran diminutos, para enanos. Y me tocó la fila de atrás con otras cuatro personas. Intenté sentarme y mi fémur no cabía. Me quise bajar y el guía me cedió el sitio de su lado. El guía me solucionó el problema. Pero hay derecho a que nos vendan autobuses con asientos diminutos y mucho menos a que vendan las plazas de atrás donde se apretujan cinco personas. Eso es inhumano. Presenté una queja a la empresa. Por todo lo demás la excursión estuvo bien y el comportamiento del guía fue excelente. Sugiero a Pullmantur tres cosas: 1) Que la plaza de autobús la den a la hora de contratar la excursión, así no habrá picaresca y la gente no se irá antes de tiempo simulando que son de otra excursión. 2) Que no vendan cinco plazas en la última fila o que lo hagan para personas bajitas a un menor precio. 3) Que cambien de agencia de autobuses en Salalah.
Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con