Alea jacta est: los dados están en el aire

El día 6 de enero cogimos el AVE Málaga-Barcelona, pues nuestro embarque para la vuelta al mundo ser en el puerto de aquella ciudad.

Hemos ido en un AVE de la marca Talgo. Asientos cómodos, servicio de bar razonable y a buenos precios (teniendo en cuenta lo complicada que es la logística de un tren), amabilidad de la tripulación, pero… el espacio reservado para equipajes es ridículamente pequeño. Bastan cuatro pasajeros con maletas medianas para llenarlo del todo. ¿Es coherente?

En fin, llegamos sin novedad a Barcelona, y nos disponemos a ver un poco la ciudad y mañana iremos al puerto a embarcar.