Viernes, 5 de abril de 2013
Coger las excursiones que te ofrece el barco te da seguridad. Sabes lo que vas a ver y cómo lo vas a ver. Eso a veces es gratificante y otras no lo es tanto. El ir en taxi te suele dar libertad. Vas cuando quieres, a dónde quieres y estás el tiempo que quieres,… mientras que en la excursión de Costa es menos libre; te llevan a los sitos que ellos quieren durante el tiempo que ellos quieren. Normalmente los sitios están bien elegidos y los tiempos también, pero no es lo mismo ir por libre.
Nosotros habíamos decidido ir «por libre» la mayor parte del tiempo. Y si había autobuses turísticos el tipo «subir-bajar», nos gustaban pues te permite ir a tu aire y te llevan los sitios más importantes de una ciudad. Cuando la oferta de Costa se adaptaba perfectamente a nuestros deseos, cogíamos la de Costa.
Nuestra experiencia era que al bajar del puerto un montón de taxistas nos ofrecían «tours» que nosotros podíamos modificar por precios muy razonables. Eso ha sido así durante todo el viaje; pero éramos conscientes de que ese modo de proceder tiene un riego. Es menos seguro que las excursiones de Costa. Por ejemplo, en Dubai, a una pareja de nuestro grupo de amigos, el taxista les pidió más dinero en mitad de un barrio marginal. Nuestros amigos se bajaron y no le pagaron más y el resultado final fue muy bueno. Un vecino les llevó –gratis– a la Gran Mezquita. Pero, pasaron algún mal momento.
Nosotros sabíamos que si no cogíamos la excursión de Costa nos arriesgábamos a que fuéramos mucho peor. Hasta ese momento todo nos había salido muy bien, pero sabíamos que algo podía salir mal. Y eso es lo que nos ocurrió en Salalah… tal vez porque nos negamos al chantaje.
Salimos del barco y, lo mismo que en Mascate, era obligatorio ir hasta la entrada del puerto en una lanzadera. El puerto no tiene ningún atractivo, no hay una terminal, ni un bar, ni nada de nada… solo desierto. No hay buses «subir-bajar»; no hay ofertas de taxi, de esas que suele haber en otros puertos, le llevo a tal y tal y tal,.. por x Euros. Solo había un tipo de taxis sin ninguna oferta.
Aspecto del puerto, visto desde el barco.
Al llegar a la entrada del puerto nos encontramos con un letrero que nos gustó; eran los precios oficiales que nos tendría que cobrar un taxi por ir desde el puerto hasta ciertos puntos; entre otros la capital de la provincia Salalah.
Y allí vimos que un viaje de ida y vuelta era de 15 dólares USA. Nos acercamos a los taxis, le decimos que queremos que nos llevan a Salalah y nos dicen que sí, que por 50 Euros. Nos negamos. Les señalamos el letrero y se encogen de hombros. Decimos que nos vamos. Entonces el taxista habla con una persona mayor con chilaba –nos dio la sensación de que era el jefe– y este hizo una seña. Entonces otro taxista se nos acercó y nos dice que nos lleva por 30 Euros.
Ni que decir tiene que treinta eros no era mucho. Pero nos surgieron las dudas, ¿y la vuelta? ¿Encontraremos taxi? ¿Cómo lo necesitaremos urgentemente no nos cobraran 100 €? En vista e que no hay tarifa cualquier cosa es posible.
Un matrimonio argentino nos dice que a ellos les han pedido 100 dólares.
Nos sentamos, charlamos, y decidimos volver al barco y quedarnos sin ver Salalah.
Así que no hemos visto Salalah.
La bandera de Omán a la entrada del puerto.
Una vista desde el puerto. Da la sensación de que tras esa colina, antes del acantilado de roca, hay una playa. Es cierto, la hay.
Es una playa pequeña, pero coqueta, a la que se puede llegar andando sin problemas. Nosotros no fuimos, pero nuestros amigos Isabel y Jesús, sí que lo hicieron y nos han prestado estas fotos:
Playa el puerto de Salalah. Gentileza de nuestros compañeros de viaje Isabel y Jesús. (No pongo los apellidos pues no sé si ellos estarían de acuerdo).
Playa el puerto de Salalah. Gentileza de nuestros compañeros de viaje Isabel y Jesús. (No pongo los apellidos pues no sé si ellos estarían de acuerdo).
Allí, en el puerto, vemos unas instalaciones de comunicaciones:
Volvimos, y cuando estábamos a punto de subir al barco, vimos un clásico dhow.
Subimos al barco. Desde arriba el puerto es bastante desolador.
Al otro lado, hacia el mar, nos encontramos con que las barcas salvavidas estaban haciendo maniobras. Probablemente de entrenamiento del personal.
Un poco a la izquierda, las grúas descargaban un contenedor.
Nos fuimos a comer tranquilamente y nos encontramos con la sorpresa de que estaba bastante lleno. Muchos habían hecho lo mismo que nosotros; al ver la inseguridad de los precios de los taxis se habían vuelto al barco.
En el mar, el oleaje nos traía manchas marrones, probablemente escapes de petróleo.
CON LO QUE SABEMOS HOY EN DÍA
lo que hubiéramos hecho es coger una de las excursiones de Costa, pues tienes la seguridad de duración, y calidad y costo.
Ellos ofrecían:
Salalah y alrededores.
Tranquila Salalah.
Visita de Salalah occidental y oriental
Playa de Salalah.
Habríamos escogido la de Visita a Salalah occidental t oriental que incluye una visita a las excavaciones arqueológicas y la ladea de Taga que es famosa por sus sardinas. Y habríamos probado las sardinas.
Pero todo es ficción. No lo hicimos.
A las 18:00 salimos para Shar el Sheikh en Egipto, pero como verán en los días siguientes nunca llegamos.
Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
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