Oman (7): Navegando con precaución por los piratas

3 de abril de 2013

Entre los días 3 y 7 de abril, para prevenir posibles abordajes de piratas, de los que está infestado el mar de Arabia, navegamos sin luces y en silencio de radio

El 3 de abril de 2013 recibimos una comunicación del capitán en el que se nos informaba de que desde el día 3 hasta el día 7 –en que entraríamos en el mar Rojo– volveríamos a la navegación de precaución contra piratas: sin luces de adorno, sin radio salvo lo estrictamente necesario, militares armados a bordo,… y una serie de normas para los pasajeros: si se avisa de ello acudir a los puntos de encuentros tal y tal.

Esa noche, cuando navegábamos para Salalah, nos cruzamos con bracos sin luces que parecían fantasmas. Me recordaron al «Holandés Errante».Y, por otro lado, volvimos a ver un cielo espléndido. Sin las luces de barco que nos molestaran –mejor dicho sin que la mayoría de las luces del barco nos molestaran– se veía un cielo mucho mejor que los días normales. No obstante la luz de la pantalla gigante de la piscina molestaba en todo el barco.

No llego a entender porque Costa no la apaga por las noches. Por el día es molesta, pero por la noche es tremendamente molesta.

Varias veces intenté ir a leer a la zona de aquella piscina –la cubierta– y tuve que irme pues los fogonazos de luz que pegaba el video eran tremendamente molestos. Incluso estando de espaldas. En parte los culpables del malestar eran los fotógrafos del barco a los que no se los ocurrió otra cosa que cerrar los planos en blanco. Cada vez que había un blanco, el fogonazo. No llego a entender que se apaguen todas las luces y que se deje encendida una pantalla que proyecta sus haces muy lejos en la distancia. La pantalla es como un gran foco con decenas de miles de leds.

Vimos estrellas. Vimos la Osa Mayor muy baja en el horizonte, pero la Menor y la Polar había que imaginárselas. A su lado Cefeo y Casiopea, allí Andrómeda y Perseo…

Pero era un cielo precioso.

Y sin luz en el barco, de vez en cuando mirando al norte descubríamos unas luces, eran los pueblos de la costa, o los pescadores que las usan para ver y/o para deslumbrar a los peces.

A lejos vi lo que parecía ser un gran barco iluminado por delante y por detrás; al acercarnos resultaron ser dos barquitos de pesca. Al amanecer pude ver una sombra un poco oscura entre las sombras, era un petrolero.

Amaneció. Aquel día será entero de navegación. No llegaríamos hasta Salalah hasta el día 5 de abril.