He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó el 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
La Isla de La Toja, La Toja Grande, de Loujo o de Los Baños de Loujo1 (en gallego y oficialmente Illa da Toxa,2 Illa da Toxa Grande3 o Illa de Louxo[cita requerida]) es una isla española perteneciente a la provincia de Pontevedra, en Galicia. Está situada al este de la villa de El Grove, con la que está unida por un puente decimonónico. Posee un núcleo de población llamado Isla de La Toja, perteneciente a la parroquia de San Martín, que contaba con 83 habitantes empadronados en 2022.4 Tiene una superficie de 110 hectáreas.
wikipedia. entrada isla de la toja [1]
Nuestro autobús cruzó a la isla de la Toja a través del puente del siglo XIX.
Desde la parada del autobús fuimos paseando hacia el monumento más popular de la isla de Toxa: la capilla de San Caralampio de Toja.
Para mí, y sospecho que para otros muchos, lo más sorprendente de esta capilla es que está recubierta de conchas de peregrino (vieiras).
La Capilla de la Isla de A Toxa data del siglo XII, sin embargo en el siglo XIX fue reconstruida y recubierta con conchas de vieira. Posee planta de cruz latina y nave única.
Anteriormente estuvo dedicada a San Sebastián pero tras la reforma se coloca como imagen principal la Virgen del Carmen. En esta capilla se da culto el famoso San Caralampio, un mártir del s. III, que es patrón de las enfermedades de la piel, de ahí el patronazgo y culto en este lugar especial de aguas termales como terapias para curar la piel en los balnearios de esta isla de A Toxa, de ahí que la gente, desde muy antiguo, acude a esta capilla pidiendo la protección de este Santo
Turismo rías baixas. entrada Capilla de San Caralampio [2]
Las conchas le dan ese aspecto tan bonito y distintivo. Creía que era un homenaje al Camino de Santiago, pero resulta que no es así. La razón por la que la capilla está cubierta de conchas de peregrino es totalmente pragmática: para evitar que el agua entre por las paredes. Es similar a lo que ocurre en el norte de Portugal que tienen sus edificios alicatados. La cerámica impide que entre el agua, es una protección contra las humedades. Lo mismo ocurre en esta capilla, las conchas protegen contra las humedades y, además, le da ese aspecto tan original.
En el interior lo que hay es una capilla sumamente sencilla. Quizá esa sencillez le da un encanto especial.
Al lado de la puerta de entrada, en el jardín, se encuentra la escultura de un burro moribundo que está patas arriba.
En las placas que se ven abajo, se narra la leyenda del burro que hizo que se descubriesen las propiedades medicinales de las aguas de la Toja. Bruno Padín Portela, Dr. en historia, nos cuenta muy bien la leyenda de la Toja. Os paso sus palabras:
Cuenta la leyenda que un campesino llevó a su burro, lleno de costras, mataduras y dolores, casi moribundo, a la isla con intención de abandonarlo allí hasta que muriese. Lejos de cumplirse el fatal pronóstico, la sorpresa llegó cuando, tras cierto tiempo sin visitar el lugar donde había dejado al burro, el hombre regresó y no solo observó que el animal no había muerto, sino que lucía un aspecto espléndido. La alegría era doble. Por un lado, el borrico se había recuperado y, por el otro, podía servir para trabajar en las tareas propias del campo, ya que en esta época los animales tenían un peso esencial en las labores agrícolas.
Bruno Padín portela. Visitogrove. entrada o burro da toxa [3]
El campesino intrigado trató de saber qué había pasado y descubrió que el animal se había bañado en un charco lleno de barro caliente. El milagro lo había hecho el barro caliente. Y de esta leyenda surgen las propiedades sanadoras de las aguas de la Toja que dio origen al balneario de la Toja [4].
Tras la visita, volvimos al autobús y emprendimos la vuelta al hotel. Al día siguiente empezaríamos nuestro regreso a Fuengirola.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó el 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
Tras visitar la isla de Ons, ya se acercaba la hora de comer, y lo previsto era subir a un barco, de nombre El Barco de Pepiño, que sale del puerto de O Grove [1], y allí disfrutar de una mariscada, mientras el barco navegaba y se acercaba a las bateas para que pudiésemos ver el procedo de cría de mejillones [3].
En las Rías Bajas [2] (Rias Baixas) hay varios puertos desde los que salen barcos en los que se celebran comidas, normalmente mariscadas o degustación de mejillones. Naturalmente, los mejillones recién recolectados de las bateas en las que se crían. Nosotros cogimos nuestro barco en el pueblo de El Grove (O Grove). Allí mismo, en el puerto, había varios anuncios de cruceros gastronómicos.
Además de la comida, hay bebida, donde no puede faltar la sidra. Se visitan las bateas y después hay música y baile. En algunos hay el interesante ritual de «La queimada [4]» en el que se quema orujo, en un ambiente oscuro para que se vean bien las llamas. El que hace la queimada suele recitar unos versos, en los que se habla de brujas. Cada día hay menos de estos rituales por los problemas de incendios.
Nosotros habíamos escogido el viaje ofrecido por el «Barco de Pepiño [5]».
Tras los mariscos y los mejillones vino el postre. Una tarta de Santiago [6].
Tras la tarta nos sirvieron una copita de crema de orujo [7].
Mientras comíamos, el barco se había acercado a una de las bateas donde se crían los mejillones.
Después hubo música y baile y todo ello animado por Pepiño. El viaje resultó agradable, aunque, por poner un pequeño defecto, los espacios para sentarse y comer eran muy pequeños. Los clientes estábamos muy apelotonados.
Ya volviendo a El Grove pudimos ver los vuelos de las gaviotas.
Tras bajarnos del barco, volvimos al autobús para nuestra siguiente etapa: La isla de la Toja.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó el 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
Es posible visitar la Isla de Ons bajo autorización de la Junta de Galicia, al igual que para acceder a las Islas Cíes.
wikipedia, entrada isla de ons. [1]
Se trata de una pequeña isla en la ría de Pontevedra, por lo tanto, pocas dudas hay de que para llegar a ella hay que hacerlo en barco. Nosotros salimos desde el puerto de «El Grove» y fuimos con la naviera «Cruceros Rías Baixas». El nombre del barco era «Delfín Primero».
Nos embarcamos en dirección a la isla de Ons. Atrás dejamos «El Grove»:
En el barco hay una mapa que, a juzgar por su color, es bastante viejo. En él se ven las islas a las que nos acercamos.
Atracamos en el puerto y nos dirigimos hacia los edificios más próximos.
Tras el viaje nos apetecía tomar algo. Allí, en los primeros edificios con los que nos encontramos hay una bar: «Casa Checho». Allí tomamos algunas bebidas.
Empezamos un paseo, acompañados de una joven guía, que nos fue explicando lo que veíamos. El primer lugar donde paramos fue en la iglesia del pueblo (iglesia de San Joaquín). Se trata de una iglesia de estilo moderno, construida en 1848 [2]. Se trata de un edificio muy sencillo, donde destaca la ornamentación en azul.
A la entrada de la iglesia hay un crucero de piedra, que a mí me ha gustado.
Crucero. En la cara que vemos está la virgen coronada con el niño. En la cara posterior, que no vemos, está el Cristo crucificado [3].
Un poco más adelante nos encontramos con un típico hórreo.
Un poco más adelante nos encontramos con otro hórreo.
Otro hórreo:
Aquí la guía-monitora nos habló de una rana de la isla de Ons que cambia de ovípara a vivípara, según la humedad del ambiente. Por más que he buscado no he logrado encontrar ninguna referencia a ella. Normalmente las ranas son ovíparas, es decir, ponen huevos que posteriormente se desarrollan.
Pero hay algunos anfibios que, aunque ponen huevos, estos se desarrollan en el interior de la madre, por lo que nacen ya desarrollados. Ese tipo de reproducción se llama ovovivípara.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó el 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
En la entrada anterior estábamos en el monasterio de Poyo. De allí nos fuimos a ver Combarro, también del municipio de Poyo.
Una primera observación que tenemos que hacer es que Combarro es de Galicia y no hay que confundirlo con Combarros que es de León.
La cantidad de hórreos y de cruceros que hay en Combarro es muy notable. Hay tantos que es imposible, para el objetivo de este blog, mencionarlos todos. Así que haré una selección de lo que a mí me ha gustado, pero dejando muy claro que lo que muestro aquí es tan solo una pequeña parte de lo que hay.
Nuestra entrada a Combarro fue por el puerto deportivo (o Marina) de Combarro.
La isla de Tambo está en la ría de Pontevedra. Es una isla muy pequeñita, pero que tiene algunas cosas curiosas, como, por ejemplo, un faro con escaleras exteriores. Lamentablemente, como casi siempre, el tiempo no nos permitió ir a verla. Una disculpa excelente para volver a Combarro.
Nuestra excelente (ya lo he dicho varias veces) guía, nos señaló que en el puerto crecía el «perejil de mar» también llamado «hinojo del mar». Es una planta comestible. No me pude resistir y probé un poco. Es ácida. De hecho tiene vitamina C (que es ácida) y por ello fue utilizada para combatir el escorbuto.
Tras dejar la marina nos dirigimos al centro de la ciudad. Sin duda los hórreos son un sello distintivo de la misma.
Hórreos, hórreos y más hórreos. Hórreos de piedra, de ladrillo, de madera… Hórreos cuyas patas se han suprimido y ahora son una muro, hórreos al lado del mar, hórreos llenos de gatos,… hórreos…
Como ya henos dicho antes, los tornarratos eran las piezas que se colocaban para que los ratos (ratones) no pudieran subir al lugar donde estaban almacenados los alimentos.
No todo en Combarro son hórreos. Me da la sensación de que ha pasado de ser una ciudad marinera a ser una ciudad turística, por lo que hay muchos bares, restaurantes, tiendas de souvenirs, etc.
Allí mismo veo que ofrecen el champán Bollinger que, si no recuerdo mal, era el preferido del agente 007. Me sorprendió que en una taberna de Galicia ofrecieran el champán francés preferido de James Bond.
Un hórreo, cerca del mar, en vez de alimentos tenía gatos. Muchos gatos. Incluso pedían dinero para cuidar (y capar) a los gatos.
Seguimos viendo hórreos y cruceros. Hórreos bonitos, hórreos feos,… hórreos de todo tipos. Los cruceros, sin embargo son todos bonitos.
Ya cansados nos paramos en un bar a descansar y tomar algún producto de la zona. Paramos en la cafetería bocatería «A Batea» [2].
Después pedí un chupito de orujo de hierbas. Me sorprendió el gran tamaño del «chupito». Estaba bueno.
Después nos fuimos a la estación de autobuses para volver al hotel y cenar. Había acabado nuestro quinto día de excursión.
Una vez más, el tiempo que tuvimos nos supo a poco. Tendremos que volver a Combarro para ver más cosas, para degustar sus platos, etc.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó el 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
Tras comer, de nuevo en Sansenxo, emprendimos viaje para ver el monasterio de Poyo (o Poio en gallego).
Hoy el monasterio también es una hospedería. Pero antes de llegar al monasterio, me gustaría que se fijasen en el enorme hórreo que se al fondo.
Como pueden ver, el hórreo es enorme. Es el mayor de Galicia en superficie. Fue construido a finales del siglo XVIII. Tiene un largo de 33,46 metros y un ancho de 3,368 m, es decir de 123,13 m2 . Pero no es el mayor en longitud, ese honor le corresponde al hórreo de Carnota (provincia de Coruña) que tiene 34,74 m de largo, aunque es más estrecho, por lo que su superficie es menor [1] y [2]. Este hórreo se destinaba a guardar el maíz y otros cereales.
Antes de llegar al monasterio nos encontramos con una especie de capilla en la que hay una estatua de la virgen con el niño. Pero no se trata de una capilla, sino de la traída de agua al monasterio. La obra se hizo en 1733. El agua venía de unas minas situadas a casi 700 m de distancia y se hacía por medio de una tubería de piedra. En la parte superior hay dos escudos de piedra, uno es el del monasterio de Poyo y el otro es el del monasterio de Montserrat.
Ya llegamos al monasterio.
Aunque estoy acortando a «monasterio de Poyo», realmente, su nombre completo es «monasterio de San Juan de Poyo». Inicialmente era un monasterio benedictino, aunque hoy está ocupado por los padres mercedarios. Desde 1971 está declarado «Bien de Interés Cultural». La fecha del monasterio es difícil de conocer. Hubo un monasterio inicial en el siglo VII y en el año 942 fue reconstruido en el lugar que ocupa hoy en día. «En 1581 comenzaron las obras de la iglesia actual y del claustro procesional, desarrollándose entre 1600 y 1612» [3].
Cuando llegamos nosotros, la visita al monasterio ya estaba cerrada. Para ver el monasterio con su interesante claustro procesional y jardines, hay que sacar una entrada cuyo precio es 2,50 € individual y 2 € en grupo.
Ante la imposibilidad de entrar, dejamos el monasterio y nos fuimos a ver el pueblo de Combarro. La próxima entrada irá de ese bonito pueblo.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó el 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
Santiago de Compostela, en los últimos años se ha convertido en uno de los lugares más visitados de España, tanto por turistas, que, como nosotros, van a ver la ciudad por curiosidad, para ver sus monumentos y disfrutar de una buena comida, y por peregrinos del Camino de Santiago.
En el año 2022 llegaron a Santiago más de 435 000 peregrinos, lo que significo un gran incremento respecto al año anterior, y fue el récord de número de visitantes [1].
Tantos visitantes hace que el tráfico tanto de coches como de autobuses esté muy reglamentado.
Nosotros, que íbamos en autobús, tuvimos que bajarnos en la estación de autobuses. Por suerte, está muy cerca de la catedral.
Nuestra guía nos llevó hasta la iglesia de San Francisco y allí nos dio unos pocos detalles de la misma. No recuerdo todo lo que dijo,
En 2015, en la aprobación por la Unesco de la ampliación del Camino de Santiago en España a «Caminos de Santiago de Compostela: Camino francés y Caminos del Norte de España», España envió como documentación un «Inventario Retrospectivo – Elementos Asociados» (Retrospective Inventory – Associated Components) en el que en el n.º 859 figura el monasterio de San Francisco de Valdedios.1
WIKIPEDIA. entrada: Convento de San Francisco (Santiago de Compostela) [2]
Aunque el monasterio es del siglo XIII, se hundió a principios del siglo XVIII y hubo que levantar otro: el actual, que es del siglo XVIII. La fachada que vemos es de estilo barroco y fue diseñada por Simón Rodríguez y ejecutada por Manuel Caeiro.
Unos metros más adelante entramos en la plaza del Obradoiro, qué es donde se ubica la fachada más conocida y más fotografiada de la catedral de Santiago. Atención a la palabra obradoiro. Es una palabra en gallego que podríamos traducir como taller. Aquí era donde trabajaban los canteros que construyeron la catedral. Pero, en esa plaza, no solo está la catedral, hay otras cosas, empecemos por el lado norte. Allí está el Parador de Santiago de Compostela, llamado Hostal de los Reyes Católicos.
La iluminación solar que había cuando llegamos permite destacar la fachada plateresca. Lo que hoy es un Parador, nació como hospital de peregrinos. Debemos tener en cuenta que en la Edad Media, la peregrinación era tremendamente dura. Si hoy queremos hacer el viaje desde Flandes hasta Santiago, es duro, pero hoy no hay ladrones, y los caminos son bastante buenos. Imagínense cómo era en la Edad Media. El viaje tardaba muchos meses, incluso años. Los peregrinos sufrían todo tipo de penalidades y, como era de esperar, muchas enfermedades, por lo que se estableció una cadena de hospitales de peregrinos a lo largo del Camino. El primero se cree que fu fundado por el rey Alfonso III en el año 883 en Villarmilde, Asturias.
Ya sabemos que hubo varias epidemias de peste negra, una enfermedad terrorífica. En las épocas de peste, cuando los peregrinos llegaban a la plaza el Obradoiro, los metían en el hospital y allí estaban cuarenta días (la cuarentena), para asegurarse de que no eran portadores de la peste.
Volviendo a la actualidad, la guía, nos contó una cosa que me hizo gracia. A los diez primeros peregrinos que lleguen, por la mañana, al Parador (con todos los sellos del Camino bien puestos) les dan comida gratis. Solo a los diez primeros, pues llegan al día más de tres mil. Por lo que conozco de los Paradores, la comida suele ser excelente. En mi opinión, es uno de los puntos fuertes de los paradores.
Ni que decir tiene que también está el escudo de armas de Aragón, pero creo que del Hostal de los Reyes Católicos ya hemos visto bastante. Nos vamos a otro lado de la plaza, al lado sur. Allí esta el Colegio de San Jerónimo, un colegio mayor para estudiantes de arte pobres, que hoy pertenece al rectorado de la universidad de Santiago.
En San Jerónimo hay muchas cosas muy interesantes, tan solo muestro unas pocas fotos.
Al oeste tenemos el ayuntamiento de Santiago de Compostela, ubicado en el antiguo pazo de Rajoy.
Por desgracia, en nuestra visita estaba en obras y lleno de andamios:
Es interesante la escultura en lo más alto del edificio, muestra a Santiago en su caballo blandiendo una espada.
Y ya, por fin, nos fijamos en la imagen más popular de la plaza. La más fotografiada. La fachada del Obradoiro (es decir la que a la plaza del Obradoiro) de la catedral de Santiago de Compostela.
A la hora en la que estábamos, el sol estaba detrás de la fachada del Obradoiro por lo que la luz no era buena para obtener detalles de la misma.
Ya hemos visto tres lados de la plaza del Obradoiro que es cuadrada. Hemos visto al norte el parador, hospital del Rey; al sur El colegio Mayor de San Jerónimo (rectoría de la actual universidad) y al oeste el pazo de Rajoy (ayuntamiento). Solo nos falta el este, y allí es donde está la catedral. La llamada fachada del Obradoiro, puesto que da a esta plaza.
Les ruego que se fijen en la torre de la derecha de la catedral. Parece escalonada. Luego hablamos de ello.
Al ver esta fachada nos damos cuenta de que hay muchos estilos: románico, gótico y barroco. Las razones de tantos estilos son las habituales. Los templos van cambiando en el tiempo. Además, en este caso, es que como cada vez iban más peregrinos hubo que ampliar la iglesia.
El actual templo se construyó en el emplazamiento hubo una iglesia primitiva, que contenía el sepulcro de Santiago y un altar. Después hubo una iglesia prerrománica, cuya consagración fue en el año 899. En el verano del año 997 Almanzor atacó la ciudad de Santiago de Compostela y quemó el templo prerrománico. En el año 1075 se empezó a construir el templo románico del que todavía quedan restos. Como se quedó pequeño poco a poco se fue agrandando, cada vez de acuerdo con los estilos predominantes en su momento, por lo que hay una gran parte gótica y algunas fachadas barrocas.
Desplazándonos hacia la derecha de la foto, es decir hacia el sur, logré sacar otra foto de la fachada del Obradoiro, con otra luz, un poco mejor.
Y ahora les pido que se fijen en la torre escalonada de la que hablaba más arriba:
No está claro el simbolismo de estas torres (hay dos). Parece un elemento discordante con el gótico o con barroco. Para algunos, tienen un significado religioso, simbolizando la ascensión. Para otros, es un homenaje a la arquitectura americana precolombina [4].
La Quintana es la segunda plaza más grande de Santiago de Compostela.
Para entrar a ver la iglesia hay que pasar por la fachada que se llama «de las platerías». Se trata de una fachada lateral orientada al sur. Su nombre se debe a que en la plaza que tiene enfrente había muchos talles de orfebres.
Ya vemos que hay unos cuantos escalone para subir. Para los que nos cuesta subir escalones, hay que decir que dando una vuelta por una calle lateral se sube sin escalones.
Cuando estuve en museo del incienso (The Museum of the Frankincense Land), en la ciudad de Salalah, en el emirato de Omán, me llamó la atención descubrir que el incienso del botafumeiro se enviaba desde Omán. Hay varias calidades de incienso, para Santiago iba el de mayor calidad. También me sorprendido que la famosa ciudad de Petra, y el imperio Nabateo, debían su prosperidad, en parte, al tráfico de incienso desde Omán a Europa. Pero, obviamente, esa es otra historia. [5] y [6]
Tras ver unas cuantas cosas más decidimos dejar la catedral e ir a ver otras cosas, como por ejemplo el famoso colegio de Fonseca. Sí, el de la canción: «Triste y sola, sola se queda Fonseca, triste y llorosa queda la universidad». Se refiere a ese colegio.
Enfrente había un bar y ya, cansados, pedimos unas bebidas y no podía faltar una ración de pulpo.
Y con esto dimos por terminada nuestra visita a Santiago de Compostela.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó el 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
Los romanos construyeron un puente de piedra para cruzar el caudaloso río Lérez. La ciudad fue creciendo en torno a ese puente. Después se hicieron otros, pero aquel primero empezó a conocerse como «puente viejo», en latín «pontem veteram», y de ahí, tras varias modificaciones, quedó en Pontevedra.
Hoy la ciudad de Pontevedra tiene varios puentes. Nuestro autobús cruzó, hacia la parte antigua a través del puente de la Barca.
Desde el autobús es muy difícil conseguir algunas fotos, pues nunca se para en el enfoque que nosotros queremos. Vi una iglesia bonita, la Capilla de San Roque, del siglo XIX, pero lo único que pude fotografiar fueron las ventanas de una de sus paredes.
En Pontevedra hay unos jardines que se llaman de Marescot. Hay un escultor —amigo de nuestra guía— llamado Santiago Castro Soage que hace esculturas de madera. Una de ellas la hizo para conmemorar a su amigo Gerardo. La gente suele ver un duende, pero Santiago dice que él ve a Gerardo. La figura es muy singular. Véanla ustedes.
En los mismos jardines vemos un gran monumento.
Detalle del monumento a los héroes de Puentesampaio.
El monumento es muy bonito. Muy épico. Pero supongo que la mayoría de ustedes, como yo mismo, no tenemos ni idea de quiénes y qué son dichos héroes. He tenido que acudir a mi buscador favorito —Duck Duck Go— para enterarme de que:
La Batalla de Puente-Sampayo fue un enfrentamiento armado de la Guerra de la Independencia Española que tuvo lugar en la localidad gallega de Puente-Sampayo, actualmente perteneciente al municipio de Pontevedra), entre el 7 y 9 de junio de 1809.
wikipedia. entrada batalla de puentesampaio.[1]
Así que me enteré de que el monumento se refiere a unos héroes españoles que lucharon contra la invasión napoleónica.
Quizá les haya sorprendido que mi buscador favorito no sea Google. Pues así es. No lo es. Sé que Google da mejores resultados que Duckduckgo, pero también sé que Google guarda todos los datos de mis búsquedas y los usa para «publicidad ajustada a mi perfil», pero, ¿qué quieren que les diga?, prefiero peores resultados pero que nadie guarde mis datos. Creo que la primera vez que me enfadé porque alguien guardara mis datos fue con Amazon, cuando tan solo vendía libros, en la prehistoria, cuando tenía que acceder a través de un módem de 600 bits por segundo, a una cuenta estadounidense. Me enfadó cuando me recomendó unos libros y casi, casi me compré todos. Me molestó enormemente que una empresa fuera capaz de adivinar lo que me iba a gustar. ¡Y acertó! Me preocupó ser tan transparente. Pero me estoy alejando del tema, continuemos andando por Pontevedra.
El arcoíris en los mismos jardines.
Basílica Real Santa María la Mayor
Seguimos andando, y al fondo vemos la la Basílica Real de Santa María la Mayor.
Al fondo basílica Real de Santa María la Mayor.
La basílica de Santa María la Mayor, es del siglo XVI. Es de estilo gótico, aunque tiene una cierta influencia del estilo manuelino portugués.
Seguimos avanzando hacia la basílica, y me encuentro con un edificio que tiene una pared lateral completamente recubierta de tejas. El edificio no tiene nada de especial. Simplemente las tejas en una pared me sorprenden, pero intuyo que es debido a la humedad, a la lluvia. Para evitar que entre agua, las tejas pueden ser una buena solución, como son los alicatados en los edificios del norte de Portugal, o incluso las conchas en la iglesia de la Toja.
Edificio con pared lateral recubierta de tejas.
Al ir avanzando hacia la basílica, nos encontramos con un un jardín con estos extraños frutos, o lo que sea:
Al mirar en Google Lens, me dice que esta planta es australiana y que se llama Lilly Pilly. Pues bien, me lo creo.
Crucero delante de la basílica.
Los muros de la basílica hacen que el crucero se vea desmerecido. Me desplazo un poco y saco la misma foto del crucero, pero desde otro ángulo.
Crucero delante de la basílica.
Fachada de la basílica.
Encima de una de las puertas existe esta decoración:
Decoración encima de una de las entradas (puerta sur). Observen que aquí también está el niño a la derecha.
En una de las paredes de la basílica hay una sencilla Virgen con el niño en brazos que me ha sorprendido un poco. Lo habitual es representar a la Virgen con el niño en el brazo izquierdo, en esta imagen lo tiene en el derecho y se me ha hecho raro; aunque es cierto que hay muchas esculturas con el niño en esa posición.
Virgen en los muros de la basílica.
En otra pared de la basílica vemos otra imagen de una virgen. Al verla en piedra nos parece extraña, pero si pensamos en cómo sería pintada, entonces, rápidamente, recordaríamos a la Virgen de Guadalupe.
Virgen de Guadalupe. Todavía quedan restos que nos hacen ver que era policromada.
También hay un reloj de sol y un grafiti.
Reloj de sol. Las marcas de horas se ven muy mal, pero teniendo en cuenta la hora solar, creo que funciona bastante bien.
Un grafiti dedicado a José Antonio Primo de Rivera. No solo es ahora cuando los que se creen artistas ensucian las paredes.
Entramos en la iglesia y al mirar al exterior esto es lo que vemos:
Vista del exterior desde el interior de la basílica.
Interior de la basílica
Techo de la basílica
Capilla de la Virgen del perpetuo socorro. Observen que el niño está en la izquierda (que es lo más habitual).
Las tallas del púlpito me parecieron excelentes.
Detalle del púlpito.
Otro detalle del púlpito.
Representación del paño de la Verónica.
Iglesia de la Virgen Peregrina
Nuestro siguiente destino era la iglesia de la Virgen Peregrina. Es un trayecto corto, aproximadamente 500 m. Antes de llegar vimos algunas cosas interesante, como por ejemplo, esta fuente.
Fuente de Sesmeros.
En realidad tiene cuatro caños. Esta fuente es de hierro fundido y tiene más de cien años, fue adquirida a instancias del técnico municipal Sesmeros [3].
Después pasamos, aunque tan solo lo vimos de lejos, sin poder acercarnos, las ruinas de Santo Domingo [4].
Ruinas de Santo Domingo.
Los frailes dominicos construyeron el templo en el siglo XIII como templo gótico. En los siglos XIV y XV intentaron una reconstrucción en estilo neoclásico, pero quedó sin concluir.
Santuario de la Virgen Peregrina.
Ya comenzamos a ver el templo de la Virgen Peregrina. Se empezó a construir en 1778.
y se trata de una de las edificaciones más simbólicas y relevantes de la Ciudad de Pontevedra. Está dedicada a la Virgen que, según la tradición, guiaba a los peregrinos desde Bayona hasta Santiago.
Declarada monumento histórico-artístico en 1982, mezcla un barroco tardío con formas neoclásicas, como su retablo mayor, erigido en 1789. La forma de su planta está inspirada en una concha de vieira, símbolo por antonomasia de los peregrinos, con finalización en cruz. Esta forma circular se asocia a la tipología imperante en los templos portugueses de la época.1Fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento el 13.
wikipedia. entrada Iglesia de la Virgen Peregrina [5].
Santuario de la Peregrina (Siglo XVIII)de la Virgen Peregrina
El nombre completo incluye «de la Virgen Peregrina», pero normalmente se acorta a «de la Peregrina».
La única nave. En ella se puede apreciar la forma de vieira. La foto está sacada desde la entrada (parte ancha de la concha) y el altar está en la parte estrecha.
Altar mayor, con la imagen de la Virgen Peregrina.
Cúpula central.
Cúpula y ventana.
Detalle de la cristalera.
Siguiendo el paseo por Pontevedra
Salimos del templo, y nos hicimos la foto en el casi inevitable gran cartel con letras enormes que se está poniendo de moda en todas las ciudades.
Letrero de Pontevedra.
Loro Ravachol.
El loro Ravachol es el símbolo del carnaval de Pontevedra.
este ave, que fue animal de compañía del farmacéutico Perfecto Feijoo, vivió en la ciudad entre los años 1891 y 1913. De hecho, la estatua en cuestión fue instalada en la misma zona en la que se encontraba la famosa botica de Perfecto.
Thalia Garcia. ¿Qué revelan las esculturas urbanas sobre la historia de Pontevedra? El Español 18/9/22 [6]
Siguiendo el paseo pasamos por delante de la Casa Consistorial:
Casa Consistorial, Pontevedra.
Ya un poco cansados decidimos parar en un bar y tomar algo. El azar nos llevó a un establecimiento que se llamaba Al-Andalus, lo que no deja de ser curioso, teniendo en cuenta que veníamos de Fuengirola. Tomamos unos vinos blancos (godello). Acompañaron los vinos con unos pinchitos de tortilla de patatas, que estaba muy buena,
Bar Al-Andalus, Pontevedra.
Un godello.
Dos pinchitos de tortilla de patata (gratis). Cada copa de vino 2,80€
Habíamos quedado con el autobús en la iglesia de San Roque, aquella de la que tan solo pude sacar las ventanas. En esta ocasión también pude sacar la cruz del tejado.
Cruz del tejado de San Roque.
Queda para otro viaje poder sacar la iglesia completa. ¡Tengo que volver!
Ya en el bus, volvimos a cruzar el río Lérez
Río Lérez
Y volvimos a nuestro hotel (Nuevo Vichona) en Sanxenxo. Y allí cenamos. Nos fuimos a la cama bastante cansados. Así había terminado nuestro cuarto día de excursión.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó en 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
En la entrada anterior estábamos en el pazo de Fefiñanes. El pazo y la iglesia de san Benito conforman la plaza de Fefiñanes. Allí está en punto de parada de un tren turístico. Sacamos las entradas, nos montamos y salimos a hacer una visita rápida a Cambados.
NOTA AÑADIDA EL 24 DE OCTUBRE: El mes de Mayo, la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN) nombró a Cambados como «Ciudad del vino» de 2024. Es la primera vez que se hace ese nombramiento.
La entrada, que nos muestra la ubicación del tren en la plaza de Fenfiñanes. Ya ven que el precio para adulto en grupo es de 5€. Se llama Pavi Tren.
Desde mi puesto en nel tren se veía muy bien la torre de Fefiñanes.
Así era el «tren».
Salimos por la rua Real y lo primero que vimos fueuna Taberna, con una portada muy bonita. Hace diez meses que aquí estaba el restaurante «A de Luis», pero Luis se jubiló y ahora está nueva taberna, cuyo nombre es algo así como Taberna 7 dos solo, o algo similar.
Taberna en rua Real 16.
Después pasamos por Parador de Turismo de Cambados, que está ubicado en nlo que era el pazo de Bazán.
Parador de turismo de Cambados. Antes era el pazo de Bazán, que ahora ha sido transformado en Parador de turismo.
La siguiente vista fue una escultura en honor al escultor Francisco Asorey [1]. Es obra del Lucas Míguez y fue realizada en 2011.
Pasamos por el famoso pazo de Ulloa, que enfrente tiene una rotonda con un cruceiro de piedra.
Pazo de Ulloa, con un crucero en la rotonda.
Detalle del crucero.
Al lado mismo del pazo de Ulloa está el museo del vino.
Museo del vino.
Aquí hicimos una parada de cinco minutos para poder el famoso cementerio de Santa Mariña de Dozo, según el escritor Álvaro Cunqueiro «el cementerio más melancólico del mundo». La iglesia de Santa Mariña de Dozo fue mandada construir por el señor feudal López Sánchez de Ulloa, en el siglo XV.
Nada más verlo, ya desde la distancia, los arcos desnudos de una iglesia antigua me llamaron la atención. Ver los arcos, sin muros es algo así como ver el esqueleto de la iglesia.
Detalle de la entrada al cementerioOtro ángulo de la entrada al cementerio
Entrada donde se ve en detalle el «esqueleto» de la iglesia.
Tumbas y la iglesia en esqueleto.
Arcos de la iglesia. Mirando hacia el altar.
Arcos de la iglesia mirando hacia la puerta.
Arco y altar mayorDetalle del altar mayorPuerta que todavía se conserva bienDetalle del muroEste crucificado tan rústico y desgastado me ha encantado Cruz a la salida
Arco y cruz
Tras esta pequeña pausa volvemos a montar en el autobús para seguir nuestra ruta por Cambados.
Pasamos por una plaza desde la que se ve lo que fue el antiguo pazo de Montesacro, del siglo XVII, que después fue convertido en asilo de ancianos y que hoy se ha puesto a la venta.Si a usted le sobran un millones de euros, podría tener una preciosa casa señorial.
Pazo de Montesacro y capilla, dentro del terreno del pazo, dedicada a la virgen de Valvanera. Ambos edificios son de estilo Barroco y son del siglo XVIII.
El tren turístico nos acercó a la playa y pudimos verla en marea baja. Además, como estamos muy cerca del equinoccio de otoño, tenemos mareas muy grandes (mareas equinocciales). Cada mes (en realidad un poco menos de un mes, pues ocurren trece veces al año) hay mareas muy potentes que se llaman vivas. Las mareas vivas correspondientes a los equinoccios (aproximadamente 21 de marzo y 21 de septiembre) son mucho más fuertes. Y en el hemisferio norte son más fuertes las de otoño que las de primavera, debido a que el agua del mar está más caliente [3]. Por lo que estábamos en una época del año con mareas, tanto alta como baja, fortísimas.
La excelente guía nos contó que hay dos de las islas Cíes [4] que están separadas, pero que en la marea baja del equinoccio de otoño se puede ir de una a otra andando, pues aflora un camino transitable. Eso nos dijo la guía, he tratado de verificarlo y me ha sido imposible. Sí he encontrado lo contrario. Hay tres islas. Dos de ellas, la isla de Monteagudo y la isla de Montefaro, normalmente están unidas por una estrecha franja. Los días de marea alta muy viva, como las de otoño, la franja desaparece y las islas quedan incomunicadas [5]. Seguiré buscando para ver si encuentro lo que decía la guía. En mi búsqueda he descubierto que en mitad de la ría, en 2004, se puso una estatua del capitán Nemo (de Veinte mil leguas de viaje submarino, Julio Verne) con dos buzos a sus pies. Nemo se ve siempre, los buzos se ven tan solo con marea baja y no se ven enteros, para verlos completos hay que esperar a las supermareas equinocciales [6]. No tuve ocasión de ver este monumento, pero me gustaría hacerlo.
Playa con marea baja.
Los barcos varados en la arena siempre me dan cierta nostalgia, aunque en este caso, sé que unas horas después, cuando suba la marea, volverán a flotar y a balancearse alegremente.
La especie de ruinas, con forma de triángulo que se al fondo, es la Torre de San Sadurniño, que, en su día fue un faro.
En Cambados se pesca y se cogen mariscos, en la siguiente foto hay redes-trampa para peces y mariscos.
Al fondo la población de Cambados.
También pasamos por algunas rotondas que tienen representaciones de cosas típicas de Galicia.
Rotonda con una prensa de uva.
Paquecito con hórreo:
Hórreo como elemento decorativo.
Ya se nos había hecho muy tarde y era hora de volver a comer a nuestro hotel (hotel Nuevo Vichona en Sanxenxo). Voy a ser muy breve. Tuvimos un primero, un segundo y un postre:
Callos a la gallega.
Sardinas.
Postre. No recuerdo lo que era.
Nada más en esta entrada. En la próxima nos iremos a Pontevedra.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó en 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
Nada más desayunar salimos hacia Cambados. Nuestra primera visita fue al pazo de Fefiñáns (en gallego, Fefiñanes en castellano), pues teníamos una hora previamente acordada.
Pazo de Fefiñanes
Ruta desde Sanxenxo a Cambados. Son tan solo 19 km. Mapa gentileza de Google Maps.
He de confesar que hasta esta visita no tenía muy claro qué es lo que significaba la palabra pazo. Por supuesto que había oído hablar del «pazo de Meiras», que tenía algo que ver con Franco. Pero no tenía nada claro qué era un pazo.
Al llegar a la plaza de Fefiñáns, en Cambados, creo que entendí lo que era. A ver si soy capaz de describirlo. Una especie de palacio, con varios edificios, con iglesia, y un terreno donde se cultivaba algo. En el caso de Fefiñáns el cultivo era de uvas de Albariño. Lo que me hizo recordar un «chateau» francés.
Entrada al pazo de Fefiñáns.
El edificio es una especie de L al revés, me explico, tal como lo estamos viendo una especie de 7. Nos falta el lado de la derecha. En esta foto se ve:
Edificio de la derecha. Destaca la torre almenada.
Al ver esta foto, y teniendo en cuenta que íbamos, entre otras cosas, a una degustación de vinos, ese edificio me ha recordado una copa. Perdón.
¡Chin, chin! À votre santé.
Ya sabéis, la copa hay que cogerla por el pie (tallo), sin tocar el cáliz, para que el calor de tu mano no aumente la temperatura del líquido. ¡Chin, chin!
Partes de una copa
Pero ese 7 no es lo único del pazo. A la izquierda de nuestra vista también tenemos una iglesia que forma parte del mismo.
Iglesia del pazo de Fefiñáns. Iglesia de San Benito. Antiguo templo románico, remodelado en el siglo XV. El Pazo y la iglesia fueron declarados Bien de Interés Cultural en agosto de 2012 [1].
La visita al pazo hay que reservarla con antelación y es guiada. Cuando llegó nuestra hora, entramos. Nada más hacerlo, en el portal vimos este asiento.
Asiento a la entrada del pazo.
La iglesia de San Benito desde una ventana del pazo.
En el pazo hay muchas salas dedicadas a diversas actividades, por ejemplo hay una sala de música, otra de café, y una sala de los papeles pintados. A mí, esta última me ha llamado la atención. En cada pared hay un papel pintado a mano, único. Hay una pared dedicada al Indostán (río Ganges), otra a los ríos (del autor Dufour, principios del siglo XVIII)
Sala de los papeles pintados.
Sala papeles pintados.
Columnas de madera con adornos representando uvas y parras.
En la sala de música pudimos ver una cítara, que es un antecesor de la guitarra.
Tratar de mostrar aunque tan solo sea una pequeña parte del contenido del pazo es una labor inmensa. Así que, para terminar, pondré la sala del café.
Sala de café.
Una vez visto el interior del pazo fuimos a las tierras donde, entre otras cosas, se cultivan las uvas albariño con la que hacen el vino del pazo.
Finca del pazo
Hay muchas leyendas sobre el origen de la uvas de Albariño, pero estudios genéticos recientes nos dicen que estas uvas proceden de especies salvajes propias de Galicia. Estas uvas ya se cultivaban en esta zona en la época romana [2], [3] y [4].
Un tema que hay que tener en cuenta es que en Galicia llueve mucho y, por lo tanto, si las vides crecen al nivel del suelo, es muy probable que cojan hongos y las cosechas sean muy malas. Por eso, lo normal en Galicia, y más concretamente en la zona de Rias Bajas, donde estamos, es que las vides de albariño se sujeten en estructuras de madera o metálicas y crezcan a lo alto. En un emparrado [5].
Y eso es lo que vamos a ver.
Un murete de piedra separa la casa de la finca. La piedra es granito.
Murete separador de la casa y la fincaEl musgo de la bola del primer plano demuestra la humedad de la zona
Uvas de albariño en emparrado. Observen los postes de sustentación que son de piedra.
Detalle de cómo crece la parra.
Otro detalle de cómo la parra se extiende muy lejos de sus raíces.
El grosor y las ramificaciones que llegan a alcanzar me parece asombroso.
Un detalle sumamente curioso es que, a veces, para soportar el peso de la cepa se usan troncos de laurel. La razón de ello es que el laurel es bactericida.
Tronco de laurel para sujetar la parra.
En la finca hay un hórreo.
Hórreo
Y aquí tenemos una pequeña aclaración que hacer. En Galicia a ese edificio, con un techo con solo dos vertientes se llama hórreo. Sin embargo, en Asturias a ese tipo de construcción se le llama panera. Allí se llama hórreo al que tiene cuatro vertientes. O dicho de otro modo, que el tejado tiene un solo punto central.
Todos los españoles sabemos para qué sirven los hórreos. También sabemos que como en Galicia hay mucha humedad, para separar los alimentos de ella, se pone el almacén (el cuerpo del hórreo) sobre patas. Y para que no suban los ratones, encima de las patas se pone el llamado «tornarratos», en clarísima alusión a que los ratones se vuelven (tornan).
La guía nos contó algo que me ha parecido divertido. Nos dijo que muchos nórdicos y alemanes le preguntaban si los hórreos eran altares familiares o si allí enterrábamos a nuestros antepasados.
Las preguntas tienen su gracia, aunque la de altares familiares no me parece descabellada, en Tailandia, Camboya y otros países asiáticos vi edificios parecidos, casas de los espíritus. Claro que mucho más pequeños. Pero están sobre cuatro patas y tienen cierto parecido con el hórreo.
Casita de espíritus en Phetchaburi (Tailandia). By Milei.vencel – Own work, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=22768272 (La foto es de Milei.vencel y está obtenida de Wikipedia. Gracias a Milei por permitirnos usarla).
A veces los hórreos tienen bolas y otras cruces. Eso indicaba a quién hay que pagar impuestos.
En la finca no solo hay vides, también hay un pequeño bosque, árboles frutales y el boj. que tiene una madera muy dura.
Un rincón de la fincaUn agradable rincón.Paseo entre los árbolesBoj
Seguimos viendo cosas, como por ejemplo, setas,… y después nos dirigimos hacia un jardín donde íbamos a hacer una cata del vino albariño que producen en la finca.
Vino Gil Armada del pazo de FefiñánsCopa de vino.
El vino que nos dieron a degustar es blanco, ligeramente amarillento, muy aromático, con aromas frutales y herbáceos y tiene un punto de acidez. Esa acidez es una de las cosas que gusta a muchas personas, a mí no demasiado. Prefiero vinos menos ácidos, pero ya se sabe que sobre gustos cada uno tiene el suyo. Parece ser que parte de esa acidez procede de la forma de cultivo en emparrado [5].
En el pazo, en su día también hacían bebidas destiladas (orujo), y por eso nos encontramos con estos alambiques y serpentines.
Alambiques, a la izquierda están los depósitos con serpentines para el enfriado.
Detalle de los alambiquesDetalle de los serpentines
Tras esta degustación cogimos un tren turístico para hacer una rápida visita al resto de Cambados, pero lo dejo para la próxima etapa.
He estado unos días visitando Galicia, en un interesante viaje organizado por CESETUR, junto con Juan Alcaraz. El viaje comenzó en 30 de septiembre en Fuengirola y termino el 7 de octubre, obviamente, en Fuengirola.
En España hay muchos territorios que tienen el nombre de Valencia. Valgan como ejemplo Valencia de Alcántara (Cáceres), Valencia de la encomienda (Salamanca), Valencia de Don Juan (León), … y así una docena más, llegando incluso a Portugal, aunque en vez de Valencia se escribe Valença. Valença do Minho (Valencia del Miño).
Incluso esa pluralidad de «Valencias» ha dado lugar a picarescas. Por ejemplo, cuando yo estudiaba en «los Agustinos» de León, los que podían veranear solían ir a las playa de Gijón. Casi podríamos decir que Gijón era la playa de León. Yo no salía a veranear a ningún sitio, pues mi familia no disponía de dinero para ello. Y lo mismo que yo había muchos alumnos. Uno de ellos fardaba de que veraneaba en Valencia. Muchos le envidiábamos. ¡Fíjate, en Valencia, en las playas del Mediterráneo! (Sí, en mi época sabíamos algo de geografía más allá de la de nuestra región).
¿Cuál no sería mi sorpresa al enterarme que se refería a Valencia de don Juan, en León? Allí tenía familiares.
Me estoy desviando del tema. La razón para que haya tantas Valencias hay que verla en la etimología del nombre. Valencia deriva del nombre romano de Valentia: Valiente. Y, sin duda, hay muchas ciudades que se consideran valientes y que han logrado ponerlo en su nombre.
Volvamos a nuestro relato. Tras la comida nos volvimos a dirigir a Portugal, ahora a la ciudad al lado de Tui, Valença do Miño. De hecho Tui y Valença forman lo que se llama una «eurociudad» [1] desde 2012..
Entrada a Valença do MinhoNos encontramos con el museo arqueológico
Entramos a Valença andando a través de un túnel. Y lo primero que vemos es el museo arqueológico. El día que llegamos había una exposición con un título sumamente sugerente:
Cartel de una exposición sobre Neurobalñistica y PirobalísticaEl mismo cartel, puesto en negativo para que sea más legible
Ya vemos que se trata de una exposición que va desde la neurobalística hasta la pirobalística y que trata de las armas balísticas (desde catapultas a cañones).
Como reclamo, fuera del edificio, había una catapulta, muy interesante.
Normalmente no me fio casi nada de ChatGPT pues comete más errores que la escopeta del malo. Por eso, cada vez que uso ChatGPT debo dedicar un tiempo enorme para verificar que lo que dice tiene sentido. Muchas veces contesta barbaridades. Al investigar descubro, no con gran sorpresa, que lo que ha hecho Bing-ChatGPT ha sido copiar el primer párrafo de la Wikipedia en el apartado Catapulta. Eso significa que tengo que creer que lo que dice Wikipedia es cierto, lo que es mucho creer. Sigo verificando y encuentro un libro titulado «Catapult a history» cuyo autor es Tracey Rihll, donde se confirma, en parte de lo de Wikipedia. Dice que fue inventada por los ingenieros de Siracusa en el año 400 antes de la era común (a.e.c). No dice nada de Dionisio I. ¿Les tengo que recordar que el grandísimo Arquímedes era de Siracusa, del siglo III a.e.c.?
Una historia de la Catapulta.
Una vez más tengo que lamentar la falta de tiempo y una vez más tengo que decir que es magnífico, así tengo una excusa para volver a Valença do Minho (o dicho en castellano a Valencia del Miño).
Iglesia de Santa María de los Ángeles
Mientras paseábamos, a lo lejos vimos la iglesia de Santa María de los Ángeles (Santa Maria dos Anjos, en portugués). Una iglesia que está en reconstrucción.
Iglesia de Santa María de los Ángeles en reconstrucción.
Iglesia de Santa María de los Ángeles. Construida en la segunda mitad del siglo XIII en estilo románico y consagrada en 1276. En la acera se ve una escultura de la que hablaremos luego.
Entrada a la iglesia de Santa María de los Ángeles
Nos decidimos a entrar y lo que vimos se ve en las siguientes fotos.
Interior de la iglesia.
Detalle del altar mayor.
La nave central de la iglesia vista desde el altar mayor.
Pila bautismal.
Capilla lateral.
No sé si la persona que sujeta al niño es la Virgen o no, sus vestimentas me descolocan, pero su cara claramente femenina me hace pensar que sí lo es.
Crucifijo
No sé quién es, pero la expresión de su cara, de sorpresa y tal vez miedo, me ha gustado.
Techo.
En una capilla lateral se ven estos azulejos.
Detalle de los azulejos
Pila de agua bendita.
En la puerta de esta iglesia hay una enorme cabeza de Santiago hecha en madera de plátano que alude al Camino de Santiago portugués.
Parte frontal de la escultura. Al fondo la puerta de la iglesia.Parte trasera.Vista lateralVista lateral
La escultura está hecha en madera de plátano representa a Santiago Apóstol y es obra del escultor António Nunes y fue elaborada con motosierra y retocada con papel de lija. La obra fue colocada en este lugar en 2023. [2]
El techo de la iglesia culmina en dos bonitas cruces de piedra.
Cruces en el techo de la inglesiaDetalle de cruces en el techoOtra vista del techo
Mirando la fachada de frente, a nuestra izquierda tenemos el edificio de la antigua «Casa de Misericordia», de 1498.
Santa Casa de Misericordia 1498
Continuando el brevísimo paseo por Valença
Muy cerquita de la iglesia vimos un hermoso gato negro, encima de un curioso letrero.
Nao tocar os gatos por favor
Poco después, vimos muchas tiendas de recuerdos. En una de ellas saqué este montón de gallos. El gallo Barcelos que es el símbolo de Portugal.
Gallos de Barcelos
La historia del gallo de Barcelos tiene varias versiones. Es bastante similar a la del gallo de Santo Domingo de la Calzada.
Lo que vienen a decir las leyendas, con ligeras variantes, es que un peregrino gallego que salía de la ciudad portuguesa de Barcelos (cerca de Braga) con destino a Santiago de Compostela. Fue acusado de haber robado a un terrateniente local y fue condenado a la horca. En aquella época se las traían: un robo y a la horca. Fue llevado ante el juez que estaba comiendo pollo. El peregrino dijo que era inocente, ante la indiferencia del juez. Entonces el peregrino dijo que como prueba de su inocencia el gallo se levantaría y se pondría a cantar. Y así ocurrió, justo cuando le estaban colgando. El juez se dio cuenta de su error y salió corriendo. Por suerte, la cuerda del ahorcamiento tenía un nudo y eso salvó al peregrino y desde entonces el gallo es el símbolo de Portugal [3].
La leyenda del gallo de Santo Domingo de la Calzada [4] aparece en varios sitios, entre otros en el famosísimo Codex Calixtinus, del siglo XII, que es una obra muy anterior a las primeras referencias al gallo de Barcelos.
En el Codex Calixtinus hay mucha música con referencia al Camino de Santiago. Como muestra incluyo esta de Youtube.
Ya un poco cansados del paseo, paramos en un bar a tomar uno de sus famosos Vinho verde.
Tiene color verde.
Por su porcentaje moderado de alcohol, es un vino frutado, fácil de beber, muy utilizado como aperitivo o acompañando platos ligeros, como pescados, mariscos, ensaladas, carnes blancas e incluso sushi o sashimi. Es un vino leve y fresco, y menos calórico de lo habitual.
Para mi gusto es un buen vino. En cuanto al color, que Wikipedia dice que es verde, yo diría que tiene el color de un vino blanco, ligeramente verdoso.
Nos paramos en el café bar Portugal, donde ya habíamos estado en otros viajes. Repetimos, pues el lugar nos gustó tanto por el sitio en sí, como por el trato y el precio.
Café bar Portugal
Vinho Verde. Murallas de Monçao. El precio de una copa de este vino: 2,80€.
Vinho verde
Monçao es uno de los lugares de la Denominación de Origen Vinho Verde.
Poco después pasamos por la muy famosa Casa Azul. Es muy conocida por los azulejos que cubren su fachada.
Casa azul de Valença do MinhoDetalle de los azulejos de la Casa azul.
Lamentablemente se nos acabó el tiempo y tuvimos que volver al autobús. Ya muy cerca del mismo, había una tienda de recuerdos donde compramos varias botellas de vinho verde y vimos otras botellas de licores (que no compramos) con un nombre curioso.
En el autobús volvimos a cruzar el río Miño, una vez más el puente de Rande, y llegamos al hotel para cenar.
Mañana nos esperaba un largo día, con muchas visitas.