A bordo no hay cerveza de barril

De hecho el que haya o no cerveza de barril a bordo es una insignificancia, pero nos ha llamado la atención por la razón del hecho. Resulta que en muchos de los puntos que tocamos no hay barriles de cerveza, por lo tanto para poder ofrecerlo durante todo el viaje Costa necesitaría un almacén enorme; almacén que el barco no tiene. Así que han decidido que «cañas» no tienen. Eso sí, no hay problemas con cervezas en bote.

Cambio de hora

Hoy a las tres de la mañana la hora oficial del barco se ha atrasado una hora, de esa forma nos ponemos con la hora de Madeira –de hecho, la hora de Portugal y de Londres–, que está mucho más acompasada a la hora solar que la que usamos en España, que es un poco absurda, pues usamos la hora de Centro-Europa (GMT+1) cuando parece obvio que somos GMT puesto que el meridiano de Greenwich –el que marca el origen del GMT– cruza la península de norte a sur.

Desayuno matutino

me he levantado a las seis de la mañana (hora GMT) y se me ha antojado tomar un café. He subido a la cubierta 9, donde está el autoservicio, y he descubierto que había café y que ya estaban preparando frutas y pastelitos. Como mi antojo era solo de café, lo he cogido, lo he tomado y me he ido.

Conexión WiFi

Siempre en los barcos la conexión Wifi era carísima. En esta ocasión como se trata de dar la vuelta al mundo, nos han hecho una oferta especial que lo hace bastante más asequible: 10 horas por 82 Euros. Eso hace que cada hora salga a 8,2€. Nos parece mucho más asequible que las tarifas habituales pero sigue siendo un poco cara.

De momento no compramos las horas. Como estamos casi seguros de que en los puertos que bajemos habrá establecimientos con WiFi nuestra idea es dejar todo preparado en local para que la actualización del blog sea muy sencilla, bajar, encontrar un sitio con WiFi y hacer la actualización.

Ya veremos si funciona

Idioma, nacionalidades y periódicos

El crucero sale de Savona en Italia y el idioma oficial es el italiano, pero tal vez un poco sorprendentemente, la nacionalidad más abundante es la alemana, con 900 pasajeros, seguido de la francesa con 500. Españoles vamos 145, aunque eso no significa que no nos atiendan en nuestro idioma. Hay una encargada de todos los pasajeros de lengua española y portuguesa, las excursiones son en español, etc. Y no debemos olvidar que gran parte del personal es filipino y muchos de ellos hablan filipino que no deja de ser muy parecido al español.

En este crucero nos hemos encontrado con algo que no era habitual en otros: mucho personal es indonesio. Hay menos filipinos y más indonesios.

En cualquier caso no hay ningún problema con el idioma. Es más, el pasajero que lo quiera puede recibir el periódico completo que desee: La Vanguardia, el ABC,… El precio es poco más de dos euros por ejemplar. Ni que decir tiene que las furgonetas de reparto no llegan al barco. Lo que hacen es enviar un archivo pdf y en el barco lo imprimen. Una cosa muy interesante es que no se trata de una versión reducida del periódico, es la versión completa.

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Postal desde Madeira

Madeira es la isla más grande de las Azores. Se trata de una isla volcánica geológicamente muy joven. Se estima que se creó hace poco más de conco millones de años. Viajar por sus estrechas y retorcidas carreteras nos enseña su naturaleza agreste y sus enormes picos formados de lava que surgen del fondo del océano. Además de esas carreteras, en Madeira hay muchos teleféricos que te llevan a distintos sitios, y que te permiten, desde las alturas, ver lo escarpado y belleza salvaje de su orografia. Es una isla tan joven que a la erosión no le ha dado tiempo a suavizar las escarpadas puntas o a crear playas. No hay grandes playas; no obstante, desde las alturas de la carretera de vez en cuando se ven unas solitarias calas con una playa. Dan ganas de bajarse y darse un chapuzón, pero la mayoría de ellas son inaccesibles. Aunque en algunos casos el viajero se encuentra con agradables sorpresas, como por ejemplo un pequeño teleférico que te permite bajar hasta el borde del mar. Bajamos a una de ellas y, como es natural, preguntamos cuándo subía. La respuesta fue que cuando nosotros quisiéramos subir nos pusiéramos cerca de la parada e hiciéramos una seña con los brazos, ellos lo veían a través de una cámara de video y nos enviaban el aparato. En Madeira hay muchos teleféricos.
Las placas tectónicas, son como enormes barcos que flotan sobre la roca fundida del interior de la Tierra y que transportan en sus lomos a los continentes. Si miramos en un mapa que nos permita ver el fondo del mar, como por ejemplo Google Earth, nos damos cuenta de que las Azores están sobre la placa tectónica africana, lo mismo que las islas Canarias.
El origen de Las Azores es lo que se llama un «hot spot» –un punto caliente– que no es nada más que una especie de «agujero» en la placa tectónica por el que sale lava. Con el tiempo la lava crece y llega a crear una isla. El punto caliente está quieto, pero las placas se mueven –la placa africana se desplaza hacia el este–. Por esa razón las islas aparecen más o menos en línea recta. La más antigua está más al este y la más moderna al oeste. Madeira es la que está más al oeste de las Azores: la más joven.
Madeira es una preciosidad que te permite ver la belleza salvaje de una joven isla volcánica.

Volveremos.

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Alea jacta est: los dados están en el aire

El día 6 de enero cogimos el AVE Málaga-Barcelona, pues nuestro embarque para la vuelta al mundo ser en el puerto de aquella ciudad.

Hemos ido en un AVE de la marca Talgo. Asientos cómodos, servicio de bar razonable y a buenos precios (teniendo en cuenta lo complicada que es la logística de un tren), amabilidad de la tripulación, pero… el espacio reservado para equipajes es ridículamente pequeño. Bastan cuatro pasajeros con maletas medianas para llenarlo del todo. ¿Es coherente?

En fin, llegamos sin novedad a Barcelona, y nos disponemos a ver un poco la ciudad y mañana iremos al puerto a embarcar.

Ultimando detalles

Antes nunca nos habíamos ido de vacaciones durante meses y hemos tenido que ultimar los detalles. Es increíble la cantidad de cosas que surgen, como por ejemplo, cómo pagar la cuota mensual de copropietarios. Cuando te vas un mes no hay problema, lo haces a la vuelta, pero en cuatro meses la cosa cambia. Lo mismo podemos decir de otros muchos servicios.

Al dar la vuelta al mundo pasas por distintos países con distinta norma telefónica y distintas frecuencias. ¿El teléfono que llevo sirve para todos ellos?…

Incluso hay detalles insignificantes que hay que resolver. Por ejemplo, tenemos un blog en el que hablamos de los bares y restaurantes de Fuengirola que nos gustan (felix.ares.fm). No lo actualizamos todos los días; pero una cosa es no hacerlo todos los días y otra muy diferente dejarlo abandonado durante cuatro meses; así que hemos tenido que advertirlo.

Todas las semanas escribo una columna en el Diario Vasco. Normalmente la envío el día antes de su publicación, pero en un viaje de estas características es difícil saber si voy a poder escribirla y enviarla, así que he tenido que adelantar muchas por lo que pudiera suceder.

En fin, que hay un montón de cosas que surgen que son muy distintas a las de irse de vacaciones un mes.

 

3. Medicinas

Cuando empiezas a pensar en un viaje de tanta duración y a una cierta edad, el tema de las medicinas no es trivial. Para las enfermedades puntuales que te puedan ocurrir en el barco hemos contratado un seguro que incluye el pago de las consultas y de las medicinas que tengamos que comprar. Pero no incluye las medicinas que tomamos de forma periódica. Por ejemplo, esas medicinas para las migrañas, o para alta tensión, o para el colesterol.

Incluso nos han advertido que hay medicinas que pensamos llevar que no podemos sacar del barco pues en ciertos países las consideran drogas. Concretamente algunas relacionadas con los calambres musculares que en algunos países árabes consideran drogas similares a la cocaína.

Dado que hemos estado pagando toda la vida a la Seguridad Social sería del todo absurdo que las medicinas de enfermedades crónicas no nos las pagara dicho seguro por el mero hecho de que nos vamos de viaje  Bueno, sería absurdo pero es lo que es. Nos explicamos. Por nuestros problemas de salud estamos tomando sistemáticamente, día a día, una serie de medicamentos con precios nada baratos. Hemos ido al Servicio Andaluz de Salud a pedir que nos den dichas medicinas no hasta que se acabe, que es lo normal, sino para cuatro meses. ¡Ha sido imposible! El sistema andaluz es muy moderno, con una tarjeta chip que hace que te den lo que necesitas y nada más; ni siquiera tenemos que ir al médico a pedir recetas, pero NO TIENE PREVISTO el que puedas estar ausente unos meses. Los médicos no puedan adelantar las recetas, los farmacéuticos tampoco. Es decir, que si te vas a dar la vuelta a mundo, no tienen ninguna forma de adelantar las medicinas en el Sistema Andaluz de Salud.

Se nos ocurren muchos medios de solucionarlo, pero ninguno parece que se le haya ocurrido al Servicio Andaluz de Salud, ¿o sí, y prefieren que el que vaya de viaje –que puede ser para atender a un pariente enfermo en otro país– pague?

Mucha tarjeta chip, mucho ordenador,… pero MUY POCA FLEXIBILIDAD.

Creemos que lo automático está muy bien, pero los humanos somos muy complejos, con problemas muy diversos que los programas de ordenador al uso no son capaces de resolver. Por favor, ¡dejen que el buen sentido de los médicos de cabecera tengan algo que decir! No se puede poner todo en unas normas, lo mismo que no se puede poner todo en un programa de ordenador… Por favor: dejen que los humanos apliquen el sentido común.

Nosotros venimos de Euskadi, con un sistema de recetas que no es tan moderno como el del S@S pero que en casos especiales te pueden dar recetas hechas a mano que cubran las necesidades especiales de un viaje.

Señores de S@S, por favor, añadan una forma de escaparse de la inflexibilidad de su magnífica tarjeta sanitaria.