Domingo 30 de julio de 2014
Varsovia es la capital de Polonia desde 1596 cuando el rey Segismundo III Vasa la trasladó desde Cracovia.
Hoy en día, el centro histórico de la ciudad es una preciosidad, pero no es antiguo, es una reconstrucción, como gran parte de Polonia. Como dice Wikipedia: «El centro histórico de la ciudad, completamente destruido a raíz del Alzamiento de Varsovia en 1944, fue reconstruido meticulosamente después de la guerra, y en 1980 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco como «ejemplo destacado de reconstrucción casi total de una secuencia histórica que se extiende desde el siglo XIII hasta el siglo XX«.
Hoy en día es una gran ciudad que tiene algo menos de dos millones de habitantes.
Pasear por ella es una delicia.
Nos pilló un día lluvioso. Fuimos en autobúa a diversos sitios de interés, aunque en el camino nos encontramos con cosas como esta: el metro. Varsovia como muchas grandes ciudades tiene metro.
No sé quién hizo el metro de Varsovia, pero a mi sus estaciones me recuerdan a Foster.
Nuestra primera parada fue en el Parque Łazienki, el más grande de Varsovia, en el que, entre otras muchas cosas, está la estatua del gran compositor Polaco: Frédéric Chopin.
La escultura de estilo modernista es obra de Waclaw Szymanosky, que la acabó en 1908. Representa a Chopin sentado bajo un sauce sometido al viento que lleva sus ramas hacia él.
Los fines de semana, hay conciertos gratuitos de piano. Nosotros estuvimos en domingo, pero la lluvia nos impidió acercarnos a oírlo.
Allí la guía nos dijo que cuando los nazis tomaron Polonia prohibieron la música de Chopin «pues era demasiado patriota», «demasiado polaca». Son curiosos los fantasmas de los fascistas.
En el parque no solo hay una escultura de Chopin, en los bancos para sentarse, hay botones que al pulsarlos nos permiten oír la música del gran compositor.
En Youtube están las obras de Chopín. Aquí las siete primeras plonesas.
En este mismo parque está el monumento a Marszałek Józef-Piłsudski, diseñado en 1998 por Stanisław Ostrowski. Commemora al principal responsable de conseguir la independencia de Polonia en 1918.
PALACIO BELWEDER
Continuamos nuestro paseo hasta el Palacio Belweder. Fue construido en 1740 y después reconstruido entre 1819 y 1822. No fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que es uno de los pocos Palacios genuinos antiguos de Varsovia.
La lluvia arrecia y las gotas de agua llegan al objetivo de la cámara.
Un poco más y llegamos al ghetto de Varsovia, que fue el mayor ghetto establecido por los nazis. Llegó a tener 400 000 habitantes, la mayoría de ellos polacos.
Museo de la historia de los judíos polacos en Varsovia
Allí hoy hay un «Museo de la historia de los judios polacos en Varsovia» y nos dirigimos a él.
En el camino, desde el autobús, nos encontramos con un monumento lleno de cruces: Monumento a los fallecidos en los campos de concentración.
La lluvia arrecia y nos montamos en el autobús para seguir viendo la ciudad.
Varsovia, como toda Polonia, está llena de recuerdos a la Segunda Guerra Mundial y al holocausto judío. No en vano ellos, los polacos y sobre todo los polacos judíos, sufrieron en sus propias carnes los desmanes del nazismo. En Varsovia, antes de la Segunda Guerra Mundial, había 400 000 judíos. En toda Polonía había en 1939 unos tres millones de judíos. Hoy en día en toda Polonía quedan menos de 10 000. Sin duda estas cifras son desoladoras.
La historia de los judíos de Varsovia es muy importante, pero, incluso con lágrimas en los ojos, queríamos ver más cosas.
SEGUIMOS NUESTRO PASEO
Pasamos por el Gran Teatro Wileki y los chorros de agua le dan un toque enigmático. Solitario y triste.
Pasamos por un palacio cuyo nombre no recuerdo, pero que se parece a Belwder:
….Continuará
La lluvia se ha vuelto compacta y aunque es mediodía parece de noche. Ya en el barrio antiguo, muy cerca del Palacio Real, nos encontramos con esta torre:
Merece la pena subir a esta torre y ver Varsovia desde lo alto. Pero mejor un día que no llueva.
Al lado de la torre está la iglesia de Santa Ana, donde hay conciertos:
Por dentro la iglesia es así:
Y por fin llegamos a nuestra próxima etapa: el Palacio Real; es el edificio rojo de la derecha:
Pero antes de entrar en él, quiero que se fijen en la columna con estatua arriba, que se ve en el centro de la imagen:
La columna es un homenaje al rey Segismundo III que trasladó la capital de Polonía desde Cracovia a Varsovia en 1596.
La escultura fue construida en homenaje a su padre por el rey Ladislao IV en 1644.
Siguiendo a Wikipedia, nos encontramos con que «La columna fue edificada por el diseñador Augustyn Locci y el arquitecto Constantino Tencalla. La estatua del rey es obra de los escultores Clemente Molli y Daniel Tym.»
En la escultura resaltan varias cosas, aunque es la estatua de un rey, parece la de un peregrino. Eso sí un peregrino con espada. Parece más un símbolo religioso que un símbolo nacional, lo que incide en el buen talante que había entre la monarquía y la iglesia católica.
Y ya, sin más dilación, nos metemos en el Palacio Real.
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Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
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