Viernes 18 de julio de 2014
Nosotros fuimos a la playa que está a la izquierda del punto Westerpplate. Allí vimos a los habitantes de Gdańsk disfrutando de un día de playa.
En el camino, nuestra guía nos contó que de jovencita había sido recolectora de ámbar. Ya en un post anterior había hablado del ámbar y de la ruta del ámbar, pero es una historia tan interesante que pienso que merece la pena volver a insistir en ella.
El ámbar del Báltico
Todos sabemos que el ámbar es una resina fosilizada procedente principalmente de coníferas, aunque una pequeña cantidad es de plantas con flores (angiospermas).
Nuestra guía nos enseñó una foto de cuando ella más joven [joven era] recogiendo ámbar en la playa. ¿Cómo es posible que en la playa de Gdańsk haya ámbar? La pegunta no es baladí pues que yo sepa los pinos –y otras coníferas– no crecen en el mar. Así es, pero debemos tener en cuenta que el mar Báltico es un mar joven, un bebé. No hace mucho –geológicamente hablando– todavía era una llanura llena de pinos. Estamos hablando del pleistoceno, época que comienza hace dos millones y medio de años y termina hace unos diez mil años. Pues bien, en el pleistoceno el Báltico era una llanura en la que abundaban los pinos que producían resina para protegerse de heridas e infecciones. Creo que merece la pena que volvamos a decirlo: para protegerse de heridas e infecciones; es decir, la resina es una medicina en contra de ciertas plagas. De hecho, la resina se ha usado para curar heridas e incluso para «curar» el que el vino se picara. De ahí los vinos retsina.
La resina de los árboles se fosilizó y se convirtió en ámbar. Después, el nivel del mar creció y la llanura del Báltico se convirtió en un mar salobre somero. Por eso, de vez en cuando, una tormenta o algo similar desentierra la resina fosilizada, que flota, y el oleaje la lleva a la playa.
Hay ámbar en varios otros lugares del mundo, por ejemplo, Nicaragua y República Dominicana, pero el que antes descubrieron los humanos es el del Báltico. hay ámbar tallado hace 30 000 años y que se conserva en Hannover, Alemania.
Toda visita a República Dominicana incluye ver una tienda de ámbar.
El ámbar flota. Cuando una cosa se hace valiosa siempre hay gente dispuesta a falsificarla. Hay plásticos muy similares al ámbar. Tanto que no es fácil saber si es ámbar o plástico. Una prueba es el flotamiento. Si no flota no es ámbar. Si flota puede ser ámbar o no, pero si no flota no lo es.
Aquí, en Gdańsk, desde tiempo inmemorial ha habido recolección de ámbar y su venta a todo el mundo. Lo mismo ha ocurrido en otros países como Estonia, Lituania o Letonia; aunque las malas lenguas dicen que hay que tener mucho cuidado con el de Tallín –Estonia– pues parece ser que le índice de fraude es bastante alto. ¡No, por favor, no estoy diciendo que todo el ámbar de Tallín es falso! ¡Estoy diciendo que hay que tener cuidado!
La Playa
Es curioso, cuando pienso en gente en la playa, con sombrillas y un coctail en la mano siempre pienso en el sur. En Málaga o en el Caribe. Nunca pienso en el Báltico. Si embargo vean estas fotos.
Al fondo, entre las sombrillas, se un edificio. Voy a acercarme a él (fotográficamente hablando):
El punto Westerplatte
Los alemanes de Hitler simularon un ataque de los polacos a un puesto fronterizo alemán. Con esa falsa excusa, pues de hecho la invasión de Polonia estaba en los planes de Hitler desde el principio, el 1 de septiembre de 1939 vetusto el buque escuela Schleswig-Holstein bombardeó el puesto polaco de Westerplatte. Y ese fue el origen de la Segunda Guerra Mundial.
Me resulta sumamente extraño estar aquí, en la playa, en un esplendido día de veran, mirando al museo donde se explica el origen de la Segunda Guerra Mundial que acabo con tantos millones de víctimas…
Es muy extraño, sobre todo para nosotros, españoles, que siempre vimos muy lejana la Segunda Guerra Mundial. Nos afectó muy directamente el alzamiento fascista de Franco que indirectamente está ligado a la S-G-M, pero no nos afectó demasiado directamente.
Me quedo un rato pensando… La barbaridad nazi fue tan fuerte que hizo reaccionar a la humanidad y hoy tenemos cosas como la carta de Derechos Humanos o la Unión Europea que son consecuencias directas de este desastre. Son reacciones para que «nuca más vuelvan a producirse».
Extraño, muy extraño.
Volvemos a la ciudad antigua
Pasamos por un bar gastronómico, con nombre de luces:
Con el autobús volvemos a pasar por el monumento de las tres cruces, pero ahora la luz es mucho mejor:
El hotel: un viejo silo de grano adaptado
Y llegamos a nuestro hotel. Un viejo silo de grano que se ha adaptado a sus nuevas funciones de hotel. El resultado ha sido excelente.
La guía nos dejó. Nos quedamos solos. Todavía faltaba bastante tiempo para cenar así que decidimos volver a los sitios que habíamos visto, pero ahora a nuestro aire.
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