Cuando hablé de Camboya, les expliqué que, por un error de manipulación, todas mis fotos de varios templos camboyanos, se me habían borrado y no logré recuperarlos ni con el recuperador más potente.
Por suerte, algunos amigos de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Fuengirola, se han apiadado de mí y me ahn enviado sus fotos. Sin duda, el templo más impresionante para mi gusto, es el de Ta Prohm. Recuerden: ese templo en el que las higueras se han adueñado del espacio y han invadido paredes, ventana, muros, etc.
Ramón Ramón, vicepresidente de la Asociación, me ha enviado las fotos que sacaron en aquel templo su hija Lidia Ramón y su marido Roger, que acaba de ser padres de una preciosa niño. ¡Enhorabuena a los padres y a los abuelos.
El templo Ta Prohm es jemer y es del siglo XII. En el siglo XIX se descubrieron muchos de los templos de la zona, en la que la selva se había manifestado con toda su fuerza y, casi literalmente, se había comido los templos. Las raíces de las higueras crecían por todas parte, por las enormes cabezas de antiguos reyes, se metían en las ventanas, y puertas y las reventaban, se metían por los suelos y los levantaban… Casi era imposible ver nada más que selva.
Todos los templos, menos este, fueron restaurados de algún modo y surgieron de la selva, donde estaban escondidos, los maravillosos templos de Angkor Wat o de Bayon, pero, en mi opinión con muy buen criterio, dejaron este sin «rescatar» para que fuera testigo de lo que es capaz de hacer una selva tropical, en muy pocos años, con las obras humanas.
Algunas raíces adquieren formas tremendamente sugerentes. Por ejemplo, está, debajo de la cual está Lidia, ¿no recuerda una trompa de elefante?:
Las raíces rodeando la puerta del templo, le da un aire de cuanto de hadas y de misterio. Me recuerda a Indiana Jones o a «El Fantasma».
Las raíces crecen y parecen querer cogernos en sus extremidades que parecen manos.
El tamaño de las raíces es gigantesco:
A veces, las raíces han tapado totalmente una escultura, de la que apenas se vislumbra un pequeño trozo:
Hacemos un primer plano a la cara que surge entre las raíces:
Es sorprenderte ver como ls raíces se entretejen como si fuera una red de pescador. Un extraño pescador cuyas capturas son templos de piedra.
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