31 de marzo de 2013
La mezquita en su interior está lleno de detalles artísticos interesantes. Desde motivos vegetales hechos con madreperla y concha de abulón, hasta lámpara araña de cristal Swarovsky y fibras ópticas, pasando por rosetones de cristal emplomado o alfombras persas.
El interior de la mezquita está lleno de símbolos vegetales.
En el centro de la mezquita está la lámpara araña más grande del mundo que pesa más de ocho toneladas.
En las paredes hay rosetones con colores suaves, siempre con sus negros, blancos grises y azules, que a mi me dan sensación de placidez. os rosetones de las catedrales europeas tienen colores chillones, que invitan al dinamismo. Estos –al menos a mi– me invitan a meditar.
Todo el suelo está recubierto de una enorme alfombra, según dicen la mayor del mundo. Su superficie es de 5 627 m². Pesa 47 toneladas. Tiene más de dos millones y medio de nudos y fue hecha a mano por 1 200 mujeres iraníes.
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OTROS DETALLES
Y ya nos disponemos a salir al patio, a ponernos los zapatos, ver otra vez el exterior de la mezquita e ir al centro de la ciudad para coger el autobús que nos llevará a la isla Yas.
En el hall de entrada hay más lámparas, menos llamativas que las tres del interior, más pequeñas, pero también muy bellas.
En el suelo también hay motivos florales hechos con ónice, amatista, ónice rojo,…
Las puertas que nos conducen a los patios exteriores son de cristal tallado.
Atravesamos las puertas del hall y nos encontramos en el gran patio de la mezquita.
De repente oímos un ruido de helicóptero. ¡Ahí está, al lado del minarete!
En el patio interior hay decenas de bóvedas.
Un detalle de la puerta que lleva al interior cubierto y de las estanterias para zapatos.
Nos volvemos a montar en nuestro autobús rojo y decimos adiós a la mezquita. Pero es un adiós provisional, dentro de unas horas volveremos.