Sábado 20 de agosto de 2014
Jiva es una joyita. El barrio Ichan kala está dentro de una muralla que la rodea casi totalmente, por desgracia algunos trozos están deteriorados. Este barrio se considera Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1990. La muralla de doce metros de altura tiene cuatro puertas y su interior que parece un museo: mezquitas, madrazas y palacios.
Lo primero que hicimos, tras ver una de las puertas de la muralla fue ir al hotel que está a unos pocos metros de esa puerta.
Los hoteles de la cadena Asia suelen estar muy bien.
El hotel tiene varios edificios de ladrillo rojo y en el medio hay una piscina. A un lado de la piscina hay un bar muy agradable con precios muy razonables.
Entre los distintos edificios hay jardines muy bien cuidados con hermosas flores.
La vista de Jiva desde el hotel es esta:
Seguimos avanzando y nos vamos adentrando en esa maravilla que es la Jiva.
En el camino nos encontramos con esto, que no sabemos como clasificarlo: ¿pollo desplumado?, ¿pavo?
Ahora ya estamos más cerca de la mezquita del viernes.
En nuestro paseo al atardecer nos encontramos con edificios interesantes, pero que nunca supe cómo se llamaban. Por ejemplo:
No sé lo que es pero tiene un cierto encanto, un edificio solitario con su puerta monumental y su cúpula… Mañana, si pasamos por aquí le preguntaré al guía qué es. Pero, ahora, me gusta, sin conocer su nombre.
A veces un muro encalado y una puerta estrecha, nos dan una sensación que no sé cómo describir. Una sensación «de pueblo», aunque les ruego que no me pidan que defina qué es tal sensación.
Si nos fijamos en la pared, veremos que es de adobe:
Nuestro paseo ha sido guiado por el minarete de la mezquita Zhuma. Por fin llegamos a él:
En los alrededores de las mezquitas y de las madrazas hay vendedores de artesanía, a
veces uzbeka y otras muchas de artesanía fabricada en China o la India.
Seguimos caminando al azar, y nuestros pasos nos llevaron aquí:
El poco tráfico hace que todas las plazas se conviertan en posible lugar para poner una terraza donde comer, cenar, o lo que se.
Nosotros fuimos a un hotel fuera de las murallas, aunque muy cerca de ellas. Pero en el interior hay hoteles, incluso con Wifi.
Seguimos nuestro paseo al azar por la ciudad y volvemos a los sitios po los que ya habíamos pasado, pero la hora es distinta; ahora todo es más oscuro.ç
Las estrechas calles:
Seguimos nuestro paseo y pasamos por la madraza Muhammad Amin Khan:
Se trta de una madraza construida durante el reinado de Muhammad Amin (1817-1855). La construcción comenzó en su cuarto año de reinado (1821) y tardó tres años en construirse.
Como ya hemos visto en más de una ocasión las madrazas se han convertido en escuelas de formación y en algunos casos en centros de actividades. En el caso de la Madrza Allah Kulikan, se ha convertido en un restaurante:
Desde la puerta de la madraza convertida en restaurante tenemos esta interesante vista de Jiva:
Esta madraza se ha convertido en un museo de arte.
Arriba están las consabidas estalactitas del arte islámico.
Desde la madraza Outlug’Murod Inoo se ve esto:
Nuestro paseo continuó. Llegamos a la»Ak Mosque«, la «Mexquita Blanca»:
Se construyó en 1657 y está cerca de la puerta del este.
Volvemos a pasar por la madraza Islom Xo’ja, cunado ya el sol se ha puesto:
Nos encontramos con una curiosa torre, de la que sobresalen palos. Es muy similar a las construcciones que vimos en Dubai y Abu Dabi.
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