jueves 18 de agosto de 2014
Llegamos a Bujará cuando el sol estaba ya muy bajo en el horizonte, no obstante nos daba tiempo de hacer una visita rápida a la zona monumental de la ciudad ante de la hora de la cena.
Bujará es una ciudad muy interesante, aunque hoy en día pertenece a Uzbekistan, la mayor parte de sus habitantes no es de habla uzbeka sino tayika –es decir, persa–. Y en la ciudad tenemos muy buneos ejemplos de la arquitectura persa.
Wikipedia dice: «Bujará es, junto con Samarcanda, una de las dos ciudades históricas de la cultura tayiko–persa en Uzbekistán. La mayor parte de su población es cultural y lingüísticamente tayika, a pesar de que la ciudad, como Samarcanda, fue incorporada a la República Socialista Soviética de Uzbekistán durante el período soviético. Bujará también es hogar de una antigua comunidad judía, que se remonta 2.500 años atrás, aunque en la actualidad sólo 3.000 judíos residen en la ciudad.2 El término de judío de Bujará es habitualmente usado para describir a todos los judíos provenientes de Asia Central».
Lo primero que vemos es esta madraza. Ya vemos que el sol se está poniendo y que ls luces están encendidas.
La madraza Hoand Aelekietn fue construida en 1622, su exterior es de ladrillo adornado con cerámica. Hoy en día es un museo.
Todavía con algo de luz pasamos por uno de los edificios emblemáticos de Bujará, la madraza Nadir Deun Begi que fue construida en 1622. Lo más destacable son sus mosaicos de color azul en los que ven dos aves y un sol, lo que nos demuestra que hay partes del Islam que permiten la representación de animales.
En muy poco tiempo casi se hace de noche. Pasamos muy cerca de una de las puertas de la ciudad. Concretamente la de Togu Sarrafon del siglo XVI.
La noche va cayendo y el skyline de la ciudad se hace muy interesante.
Tuvimos que regresar rápidamente pues había llegado la hora en la que habíamos quedado para cenar. Fuimos al restaurante Minzifa.
Este era el aspecto de nuestra mesa:
Como de costumbre, para empezar pedimos una cerveza y en esta ocasión nos trajeron una Рижскос, también de la empresa MG.
Primero nos pusieron una brocheta de verduras asadas y después cordero.
Tras cenar decidimos volver a dar una vuelta por la parte monumental. La habíamos visto al atardecer, pero la visión nocturna es distinta.
En mitad de la zona monumental hay un estanque donde la gente se sienta, toma algo, come algo, oye música,…
Con la iluminación nocturna, las aves y el sol de la madraza Nadir Deun Beg adquieren unos siniestros tintes verdosos.
En los muros de la madraza aparecen figuras gigantescas:
Muchos establecimientos siguen abiertos hasta bien entrada la noche:
Paseando, empezamos el camino de regreso:
Y así, llegamos a nuestro hotel.
Pero estaba muy cansado y me acosté.
Había sido un día intenso. Amanecimos en Samarcanda y fuimos a Shakhrisabz y de allí a Bujará. Era hora de descansar.
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Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
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