12 de abril de 2013
El día 12 de abril lo pasamos navegando por el Mediterráneo. Estar en este mar es casi como estar en casa. Me pasé largos ratos mirando las olas, el horizonte, los distintos colores del mar,…
A veces es un mar muy pacífico, tan en calma que parece un lago sin oleaje:
Pero basta recordar «La Odisea» para saber que es un mar violento, que cuando Poseidón se enfada es terrible. Recuerdo que hace muchos años –unos 25– navegando en las proximidades de Creta empezó una tormenta y me mareé, devolví y pasé doce hora fatales. Por suerte, en esta ocasión el mar ha sido muy benévolo.
Por la mañana creí percibir una isla a lo lejos.
Gaudos es la isla más al sur de Grecia.
Al ver mis dificultades para definir si es una isla o nubes más oscuras, volví a maravillarme de los navegantes antiguos que eran capaces de llegar a islas minúsculas.
Estamos en aguas que un día muy lejano fueron dominadas por las naves de Creta. La civilización minoica. Y no pude menos que imaginar preciosos frescos que nada tienen que envidiar a los actuales:
Y me pregunté por el fin trágico de la civilización minoica. ¿Fue barrida por la explosión de la isla de Santorini? ¿Los movimientos geológicos que produjo cortaron las fuentes de agua?…
Me imaginé a Ulises, al Laberinto, a su toro, a Ariadna,…
Al imaginarme las islas griegas veo barcos, velas, guerreros,… turistas, bañadores, sol y playa. Pero me resulta muy difícil imaginarme nieve… ¿Nieve en la isla grande más sur de Grecia?
Aquello del fondo tiene que ser Creta.
A lo lejos vemos un monte con nieve. Nieve en el sur de Grecia. Probablemente se trate del monte Ida.
El día transcurrió con toda normalidad. Más mar, más olas, más extraños dibujos en los colores de las aguas,… y más puestas de Sol.
Después tuvimos una cena de gala con el capitán. La última, pues nuestro crucero de la vuelta al mundo está tocando a su fin. Y «radio macuto» dice que el Civitaveccia nuestro capitán se irá y que subir a bordo uno nuevo.
La cena estuvo bien, pero con excesivo calor y demasiado tiempo en servir. Tardaron más que en las cenas normales.
Hubo lo típico en estos casos: Champán, perdón, que las normas de la UE no dejan llamar llamar champán nada más que a los vinos espumosos de la región francesa de Champagne. Repito: Cook’s un vino espumoso de California que no estaba mal:
Pero, entre nosotros, prefiero el «Viuda de Clicquot», tal vez porque el método Champenoise de fabricar vinos espumosos se los debemos enteramente al abad Dom Pierre Pérignon y a la Veuve de Clicquot.
Antes del postre –una deliciosa tarta– los camareros hicieron el típico desfile con luces.
En esta ocasión no he difuminado su cara, pues todo el mundo sacaba fotos y se supone que en su sueldo está la obligación de permitir que los viajeros les fotografien.
La verdad es que a mí estas cosas me aburren bastante, así que me dedique a esperar la tarde haciendo fotos a las cosas más tontas; por ejemplo esta vela que se refleja en la columna de metal.
Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
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