1 de febrero de 2013
Llegamos a San Diego a las 6:00 de la mañana pero tardamos en salir pues los inspectores de aduanas de Estados Unidos comprobaron el pasaporte persona a persona y todo ello hizo que la salida fuera muy lenta y molesta, como en casi todos los puertos y aeropuertos de Estados Unidos.
Salimos y teníamos que estar a a bordo a las 18:300 por lo que no teníamos ni siquiera nueve horas para ver una ciudad que ha resultado ser preciosa y una de las sorpresas del viaje hasta ahora. La primera gran sorpresa fue Cartagena de Indias, la segunda ha sido San Diego.
San Diego está al sur de California, tan al sur que tan solo a 17 km está Juárez en la frontera mexicana.
Al llegar al puerto se ve el skayline de una ciudad portuaria moderna.
Desde nuestro barco podíamos ver varios barcos de la flota del Pacífico de Estados Unidos. San Diego alberga la mayor flota de Estados Unidos y ni que decir tiene que ese hecho tienje mucha importancia en su vida. Es una fuente de ingresos y de puestos de trabajo y muchos «marines» y sus familias viven en la zona. Incluso cuando se retiran muchos han elegido un lugar tranquilo y privilegiado al que vamos a acercarnos: Coronado.
ALQUILER DE TAXI
Decidimos alquilar un taxi y que nos llevara a hacer un tour; tras un pequeño regateo logramos un tour de 4 horas por 200 US$. Y empezamos a rodar por la ciudad.
Todavía dentro del puerto se ven los navíos de guerra de Estados Unidos:
BARRIO HISTÓRICO
Una de ls atracciones de San Diego es pasear por su barrio histórico. Se llama «Gaslamp Quarter» pues fue una parte de la ciudad que se iluminó con lámparas de gas. Hoy muchas de lámparas susisten, pero no son de gas sino eléctricas. Tan sólo hay una que funciona con gas de verdad y que la han dejado como recuerdo.