12 de febrero de 2013
A las nueve de la mañana nuestra limusina nos esperaba para llevarnos hasta el norte de la isla, hacer algunas paradas intermedias y después volver a Honolulú tocando algunos de los lugares pintorescos que nos faltaban por ver.
Si miran el mapa de Hawái verán que desde Honolú hasta El Centro Cultural Polinesio que iba a ser nuestro punto más al norte, hay un plantación que se llama Dole. Se trata de una plantación de piñas tropicales que puede visitrase. De hecho en la recepción hay una tiena de productos que tienen que ver con la platación, hay un tour en «tren» turístico donde explicación todo el procesos, está el mayor laberinto del mundo –según el libro Guinnes de los récords, y hay un tour pra ver la platación.
Para cada uno de estos sitios hay que pagar una entrada, pero por casualidad vi que en uno de los lirbitos, pequeño, sobre O’ahu que dan en la misma plantación hay un ticket para entrar gratis al laberinto.
A la entrada de la recepción hay ostras perlíferas que te venden por 15 US$. Mejor dicho por 15 US$ menos un descuento que depende de la suerte que tengas al elegir en el juego de un papel doblado que se pone en los dedos y dependiendo de por donde lo abras obtienes un descuento. Después sacan la ostra de un frasco, la abren y la perla que tenga es tuya, lo mismo da que se de buena calidad como si lo es de mala calidad. Si lo deseas te la engarzan en plata, pagando por ello, naturalmente.
En la tienda venden piñas frescas, cuchillos para cortalas, equipos para vaciar el corazon de la piña que siempre es muy leñoso, polvos para añadir sabor a la piña antes de comerla. También hay demostraciones de cómo cortarla.
Después se parte la piña de arriba abajo en cuatro cachos. La parte central está muy dura, se quita cortando esa parte. Después cada trozo se pone horizontal y se separa la piel. Mejor dicho no solo la piel sino unos dos centímetros más arriba. Con ello queda una especie de «barca» de piel sobre la que está un gajo de piña. Se corta en trocitos y se le echan unos polvos rojos –Li Hing — y después se come. Al ser una piña recién cortada resulta sumamente agradables.
LA recepción de Dole, que hace de tienda es así:
Y una de las cosas que me sorprendieron, primero en Dole y después en otras muchas parte de la isla fue ver grupitos de gallos y gallinas sueltos.
En nuestro viaje llegamos a las playas, las vimos desde el coche pero no nos paramos. Sin embargo en la que les presento abajo paramos pues la gran atracción son las tortugas. Las están cuidando. Me dijeron que el día anterior había cinco, pero hoy solo quedaba una.
Seguimos pasando por bellos paisajes
TEMPLO MORMÓN DE HAWAI
Llegamos al tempo Mormón de Hawái. Su arquitectura es espléndida, aunque a mi me dio un poco de «repelús», me recordó las grandes construcciones nazis. Pero de lo que no hay duda es de que es un precioso edificio enmarcado en un bello entorno: fuentes, paseos florales, grandes avenidas de palmeras… todo muy bien conseguido.
Hay un centro de visitantes en el que te informan de lo que es la religión mormona y te invitan a aprender más. Te reciben en castellano si quieres.
CENTRO CULTURAL POLINESIO
Muy cerca del templo mormón está en Centro Cultural Polinésicos que es un lugar para disfrutar de la cultura polinésica, incluyendo bailes, teatro, comidas típicas, elementos de las distintas islas, etc. El problema es que para verlo bien se necesita todo el día, y el tiempo es lo que nos faltaba; así que dimos una mirada, vimos las tiendas, sacamos unas fotos y nos fuimos.
VUELTA A HONOLULÚ
ya de vuelta a Honolulú vimos otros cuantos paisajes impresionate, que yo no pongo pues serían muy repetitivos. Entramos a Peral Harbor y dimos una mirada rápida pero no nos daba tiempo a entrar al museo.
* * *