Jueves 17 de julio de 2014
Salimos de la isla de la catedral por el puente Piaskowy y nos encontramos en una calle cuyo nombre nos ha resultado simpático:
Debe querer decir algo así como Espíritu Santo. Aquí, enfrente de esta parada, hay un mercado donde venden un poco de todo. Allí mismo, en la puerta, hay un sistema de alquiler de bicicletas:
Nos sorprendió que había una tienda donde reparaban maletas. No está mal. Ahora que las líneas aéreas tratan tan mal las maletas y que no responden de nada, un sitio donde arreglen las averías me parece muy interesante.
Enfrente del mercado está el Instituto de Filología Polaca que forma parte de la Universidad de Wrocław, que dispone de muchos edificios.
y de gnomos en los sitios más inesperados:
Y yendo hacia el hotel nos encontramos con un gnomo gigante (una cierta contradicción, ¿no?) Gnomo que llaman «El Papa»:
En nuestro paseo nos encontramos con la Iglesia del nombre de Jesús (Kościół Imienia Jezus), que es una iglesia barroca de 1698.
Universidad de Wrocław
Llegamos al edificio central de la universidad de Wrocław. La universidad fue creada hace tres siglos por Leopoldo I Hasburgo. Inicialmente era una modesta escuela de jesuitas, pero poco a poco se fue transformando en una gran universidad. En el siglo XIX contaba con cinco facultades: filosofía, teología católica, teología evangélica, leyes y medicina. Creció y se añadieron numerosos laboratorios y museos, muchos de los cuales existen hasta hoy.
Trs la Segunda Guerra Muindial, profesores procedentes de Lvov volvieron a poner en marcha la universidad. Recuerden que era una ciudad alemana y que, tras la guerra, se convirtió en polaca y que los habitantes fueron traidos del este. En el caso de los profesores que pusieron en marcha la universidad, de Lvov.
Desde principios del siglo XX esta universidad ha tenido nada menos que nueve premios Nobel: Theodor Mommsen –literatura–, Philipp Lenard –Física, investigó sobre rayos catódicos–, Eduard Buchner –química, fermentación no celular, Paul Ehrlich –medicina, barrera hematoencefálica–, Fritz Haber –química, síntesis del amoniaco–, Friedrich Bergius –química, gases a alta presión–, Erwin Schrödinger –física, ecuación de Schrödinger–, Otto Stern –física, por los haces moleculares y propiedades magnéticas de los átomos– and Max Born –física, mecánica cuántica.
De todos ellos, de Fritz Haber ya hemos hablado. Nació en esta ciudad, aunque en aquel momento era parte de Prusia y se llamaba Breslau. Fue el creador de la síntesis del amoniaco y del Zyklon A.
Hoy el núcleo principal de la universidad es la investigación científica. Tiene 40000 alumnos.
La plaza está presidia por esta estatua se llama «La fuente del espadachín«. Como pueden ver claramente se trata de un hombre desnudo con una espada en la mano. Es una fuente de 1904, que fue diseñada por Hugo Lederer y es una advertencia a los estudiantes de los peligros de la frivolidad. La guia nos dijo que algunas proporciones no eran las adecuadas. Y señaló…
Las bocas de la fuente son de los profesores, y según los alumnos representa que siempre están soltando un chorro de palabras. Debajo, el pedestal son mujeres desnudas.
Y en una esquina de la plaza donde está la fuente tenemos a nuestros amigos los gnomos:
Antigua cárcel
Y miren ustedes quien está en la ventana, con su cadena y bola:
Calle Jatki
Muy cerca, tenemos un pasadizo (Calle Jatki) en el que había carniceros, y tenemos a los compañeros de los gnomos:
Efectivamente es el carnicero, pueden verlo aquí.
Stare Miasto (Barrio antiguo)
Seguimos paseando por el barrio antiguo y nos encontramos cosas como estas:
Estos gnomos están en una placita a la que se entra por un arco que une dos casas, y que algunos dicen que son las casa de Hansel y Gretel:
Plaza del mercado
El antiguo ayuntamiento es un edificio precioso, lleno de detalles sutiles.
En los sótanos del ayuntamiento está la Piwnica Swidnicka, cervecería, mas antigua de Europa. Al menos eso dicen ellos. Hoy es un restaurante.
El famoso reloj astronómico:
El reloj astornómico, observen el Sol y la Luna, es del siglo XVI
Nos tenemos que ir
En nuestra agenda ahora toca ir a comer a un viejo palacio que está camino de Poznan. La verdad es que Wrocław nos ha sabido a poco. Nos quedan ganas de volver. Nos gustaría seguir la ruta de los gnomos, ver sus plazas, sus calles, su edificios que nos recuerdan a Curaçao,…
Pero la agenda manda: nos vamos a Poznan
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