Miércoles 16 de julio de 2014
Habría que hablar largo y tendido sobre la barbaridad nazi… pero prefiero que veamos una imágenes de la barbarie. Nada más.
Quizá el letrero más escalofriante de Auschwitz sea el sarcasmo que hay a la entrada, y que estaba en todos los campos de exterminio:
Doble valla electrificada, vigiladas por tiradores en las garitas.
La lástima es que todo lo tenemos que fotografiar a través de cristales de los que no soy capaz de quitar el brillo. Pero para mí una de las imágenes que mejor demuestras la dimensión del desastre son estas vitrinas –son muchas– donde se exhiben los zapatos de las víctimas. Zapatos que querían vender en el mercado de segunda mano.
Zapatos, utensilios de cocina, gafas, … y pelo humano
Pelo humano
Hay una sal dedicada al pelo que encontraron los rusos cuando liberaron Auschwitz, pero no dejan sacar fotografías en su interior. Dicen que «por respeto». Sinceramente no sé qué tiene que ver el respeto con sacar unas fotos para que todo el mundo se entere de la barbarie de los regímenes totalitarios, pero como lo pedían de buenas maneras y la entrada era gratis no saqué ninguna foto. Trataré de describirlo, cuatro vitrinas que ocupan cada una una pared de una sala, están llenas de pelo femenino. Muchas toneladas. Los nazis las usaban para hacer tejidos con ellos, unas mantas que se usaban en los coches caros.
El pelo era vendido a la empresa «Alex Zink» que hacía fieltros de automóviles de lujo. También era usado por el ejército alemán como relleno de los camastros y como juntas estancas de los submarinos.
Aquí tenéis una foto del pelo, que yo no he sacado.
El paredón de fusilamiento
En Auschwitz I, existía un paredón de fusilamiento, usado para acabar con la vida de los que se portaban mal. Se hacía a la vista para que sirviera como escarmiento.
¿Y por qué en Auschwitz?
Una pregunta que nos podemos hacer es ¿por qué eligieron los terrenos de Auschwitz (pueblo de Oświecim en polaco) para construir estos campos de exterminio?
La respuesta podemos verla en este mapa que está en la exposición:
Lecciones
Todo los referente a Auschwitz es tremendamente deprimente; sin embargo creo que tuvo algo bueno. Se trata de que en 1948 las Naciones Unidas aprobaron la «Carta Internacional de los derechos del hombre» que, desde entonces, ha servido como el código de valores aceptado por la humanidad. Y, desde luego, Auschwitz no es una de las cosas aceptables.
Poco a poco la carta de la ONU se ha ido integrando en todas las constituciones y ello me hace pensar que el mayor logro de la humanidad en el siglo XX fue esa carta y Auschwitz tuvo mucho que ver en su gestación.
Con posterioridad se proclamó la «Carta de los Derechos del Niño». Las dos cartas son grande hitos en la «civilización» de la humanidad. Es curioso pensar que uno de los grandes pensadores de los procesos de civilización humana y que era optimista sobre el futuro, Norbert Elias, vivió esta barbarie y parte de su familia murió gaseada en Auschwitz. Elias nació en Wrocław, donde estaremos mañana. Tal vez, si tengo ocasión, hablaré de él y de cómo sus ideas han cambiado radicalmente el modo de pensar sobre la evolución de la violencia en la humanidad y ha arrinconado la idea infantil del «buen salvaje» de Russeau.
Después, varios de los miserables culpables de esta barbarie fueron juzgados en Nuremberg. La verdad es que la legislación internacional no contemplaba muchos de aquellos delitos. Y la defensa de la mayoría de los subordinados fue que a ellos se lo mandaron. De aquel juicio salieron muchas normas jurídicas internacionales de la ONU. Hay gente que duda que fueran justas en el momento del juicio, pues no había legislación al respecto, pero de lo que no cabe duda es que hoy la hay gracias a aquel juicio. Entre otras cosas, el juicio estableció los precedentes «para las actuales jurisprudencia específica internacional en materia de guerra de agresión, crímenes de guerra y crímenes en contra de la humanidad, así como para la constitución, a partir de 1998, del Tribunal Penal Internacional permanente» [Wikipedia].
NOS VAMOS
A lo lejos queda Birkenau, navegando en un mar de trigo:
Nos vamos de Auschwitz con la idea de que fue tan atroz que cuando la humanidad se dio cuenta de lo que realmente ocurrió allí funcionó como un revulsivo: «Esto no debe ocurrir nunca más». Y hoy por hoy parece que, con excepciones, va funcionando. Las cartas de los derechos humanos y de los niños e incluso la Unión Europea tienen su germen ese ese «esto no debe ocurrir nunca más». Quizá, estos días, con la prepotencia de la Sra. Merkel, los ingleses que se quieren ir, los países del sur en la ruina o impotentes… se nos olvide de que una de las razones para fundar la UE fue que Auschwitz no volviera a suceder. Tal vez tanto los alemanes como los ingleses deberían pararse a pensarlo.
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Nota fotos y texto. Salvo las fotos que tienen un agradecimiento específico, como por ejemplo Wikipedia, son nuestras y las licenciamos con
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