Muchas veces me he quejado de lo horrible que era volar en clase turista y que la persona que estaba delante de ti echase su asiento hacia atrás. Creo recordar que en este blog he hablado de un vuelo, con Vueling, de corta duración, menos de una hora y media, en el que —como tengo el fémur largo— logré acomodarme a medias en el asiento. Cuando, las luces permitieron reclinar el asiento, el «ciudadano» de delante se echó para atrás y casi me rompe la rodilla. Estuve con fuertes dolores durante dos meses. Prometí no volver a volar con Vueling. Ni que decir tiene, que el «ciudadano» al echar su asiento hacia atrás no miró, ni pidió permiso ni nada por el estilo. Lo echó y punto.
Recuerdo que en un vuelo similar, de otra compañía aérea, en Estados Unidos, el «ciudadano» de delante, antes de reclinar el asiento, miró hacia atrás y me pidió permiso. Así se puede permitir el reclinar los asientos, pero con nuestros «ciudadanos» es aberrante.
Por razones largas de contar, decidí que, a pesar de mi promesa de no volver a volar en Vueling, lo hice. Mi sorpresa fue grande, cuando al subir al avión, un moderno Airbus A220, los asientos no eran reclinables.
Me acomodé y todo el vuelo transcurrió sin problemas. Un vuelo excelente. Y me di cuenta de que al no ser reclinables, los asientos eran muchos más finos, por lo que me quedaba mucho más espacio para mis piernas.
Fue un vuelo magnífico.
¡¡¡¡Vueling: gracias por haber quitado la posibilidad de reclinar los asientos en vuelos de corta duración!!!!
Entiendo que en vuelos de largo duración, los asientos deban ser reclinables —con matices—, pero no lo entiendo en los vuelos de corta duración.
En 1772, José Cadalso, bajo el pseudónimo de Joseph Vázquez publicó el libro «Los eruditos a la violeta», que lleva el subtítulo de «Curso completo de todas las ciencias dividido en siete lecciones para los siete días de la semana. Compuesto por Don Joseph Vázquez, quien lo publica en obsequio de los que pretenden saber mucho estudiando poco».
Hoy estaba viendo un vídeo de YouTube sobre coches, en castellano, y el «youtuber» me ha sorprendido diciendo que los «coches dísel»… ¿Dísel? ¿La Real Academia no tiene diésel en su diccionario? Pues sí, sí que lo tiene, ¿y dice algo de pronunciarlo de un modo raro? Pues no, no dice nada, por lo tanto, hay que pronunciarlo «diésel». Si diesel era alemán, ¿por qué pronunciarlo en inglés? (en alemán la pronunciación sería algo similar a díse).
Este no es nada que un pequeño detalle de la moda de los nuevos eruditos a la violeta que, para demostrarnos que saben inglés, nos dicen «yiga» en lugar de Giga, que es una palabra del Sistema Internacional de Unidades perfectamente asumido por el español. Es decir que se debe pronunciar Giga. Ahora parece que para ser culto hay que pronunciar en inglés. En ese mismo vídeo que estoy comentado al hablar del coche Tesla Y, el youtuber dijo «Tesla uay». ¡Qué guai, el chico sabe inglés!
Pero el problema vino después, habló de un teléfono de la marca Xiaomi, y él, que también sabe chino mandarín pronunció algo parecido a «Chiomi».
Así que ahora para dar sensación de culto, no solo hay que pronunciar en inglés, también en chino, y en japonés, y en coreano, … y qué me dicen la «pizza», también hay que saber italiano, y claro, a nadie se le ocurre decir Reanault, sino Renó, hay que demostrar que uno es culto y sabe francés, … y si habla del Hitler tienen que decir el «Fiurer» para demostrar que dominan el alemán. Y si hay que hablar del «smörgåsbord» sueco lo dirás en sueco, sinceramente, soy absolutamente incapaz de escribir en castellano una pronunciación parecida.
Ante la imposibilidad de saber todos los idiomas el mundo, parece lógico que, por economía del idioma, pronunciemos tal como lo vemos escrito. Me explico, iPhone, yo lo pronunciaré ifone. Xiaomi lo pronunciaré xiaomi.
Y ya no digamos lo absurdo de pronunciar en inglés palabras que existen en español desde hace siglos. Por ejemplo Armagedon. Señores, la g con e, GE. Por lo tanto no se pronuncia Armaguedon sino Armagedon. No se trata de una palabra inglesa, es una palabra bíblica.
Jasón es un personaje del griego clásico y, por lo tanto, se pronuncia Jasón, nada de «Yeison». Júpiter es un dios romano y se pronuncia Júpiter, nada de Yupiter… etc. etc.
En fin, tendremos que seguir soportando a los múltiples eruditos a la violeta que pululan por las redes sociales.
Las golondrinas son aves migratorias y, como tales, vuelven cada año a sus lugares de origen, pero en contra de lo que dice el refrán español, no lo hacen en verano sino en primavera.
Mi columna del Diario Vasco del día 5 de febrero de 2021 decía lo siguiente:
Hay un refrán español que dice que «una golondrina no hace verano», con lo que se quiere decir que a partir de un hecho aislado no se puede hacer una afirmación general. Pero en este refrán hay algo que sorprende, algo que no encaja con nuestras nociones de las migraciones de las golondrinas. Seguro que todos hemos visto bandadas de dichas aves en la primavera. Las golondrinas son un buen indicador de la llegada del buen tiempo y fin del frío invierno. Por lo tanto, parece ser que el refrán debería decir que «una golondrina no hace primavera».
El motivo de esa discrepancia debemos verla en el dicho latín original, que decía: «Una hirundo non facit ver» (Una golondrina no hace «ver»). En el Imperio romano no se consideraban cuatro estaciones sino cinco: la primera era la «prima veris» ha pasado al castellano como primavera, pero su significado es «primer verano», tras el que venía el «veranum» (verano), «aestivium» (estío), «autumnus» (otoño) e «hibernum» (invierno).
Es al primer verano, es decir a la primavera, a la que se refiere el refrán latino y su traducción al español.
Pasar de cinco estaciones a cuatro se lo debemos a Copérnico. En vez de cinco con límites no bien estandarizados, el astrónomo propuso nuestras cuatro estaciones, cuyo principio estaba señalado por puntos de la órbita terrestre muy bien definidos: solsticios y equinoccios. En España se estuvieron usando cinco hasta el siglo XVIII.
Diario Vasco 5 de febrero de 2021, última página
En mi blog, ya libre de las limitaciones de espacio que implica mi columna en el periódico, puede extenderme un poco más y explicar algo más, algún pequeño detalle.
Las fábulas de Ésopo
La primera referencia que he encontrado a este refrán se remonta a Ésopo,
La famosa y famosa frase: «una golondrina no trae primavera» proviene de un mito del novelista griego antiguo Ésopo. Es su fábula 169, que habla de un joven había derrochado todo su dinero. Tan solo le queda una capa para protegerse del frío. Ve una golondrina volando y llega a la conclusión de que el invierno ha acabado y vende su capa. Poco después encuentra a la golondrina muerta por el frío. Al verla, el libertino le dice a la golondrina: «Nos has perdido a ti y a mí». (Puede verse aqui).
Aristóteles, Ética nicomáquea.
Aristóteles menciona a Esopo. En su Ética nicomáquea nos dice:
“Pues así como una golondrina no hace primavera, ni tampoco un día de sol; de la propia suerte, ni un día, ni un corto tiempo, hacen a nadie bienaventurado y feliz” (traducción de Antonio Gómez Robledo)
Esta cita es de Origen práctico de la filosofía, cuyo autor es Gabriel Zaid, que fue publicado en la revista Letras libres en septiembre de 2016 y que puede consultarse aquí.
Aquí vemos que Aristóteles habla de primavera, no de verano.
En otros idiomas
Refranes casi idénticos los hay en muchos idiomas, pero, curiosamente, en unos dicen verano y en otros primavera.
Rumano: Cu o rândunică nu se face primăvară. (Siempre me ha sorprendido que sin saber rumano, pueda entender lo que quieren decir. Randunica se parece a la palabra italiana rondine y primavara no necesita traducción. En mi trabajo de fin de carrera tuve que usar dos libros en rumano, los leí sin demasiada dificultad).
Primavera y verano
En alemán ocurre algo muy curioso, hay dos refranes, en uno se habla de primavera y en el otro de verano.
Alemán, primavera: eine Schwalbe macht noch keinen Frühling (El alemán es muy preciso, pues dice: Una golondrina AÚN no hace verano. Yo no sé alemán, pero sí uso el traductor de Google)
En español, hay una referencia muy interesante en El Quijote, donde es muy preciso y nos dice que Una golondrina sola no hace verano (El Quijote I 13).
Algunas creencias antiguas curiosas sobre la desaparición de las golondrinas en invierno
Como los antiguos no eran capaces de concebir que un animalito tan pequeño viajasen miles de kilómetros, buscaron explicaciones peregrinas. Por ejemplo, en un libro anónimo
La dificultad en concebir viajes muy prolongados y }a incertidumbre que reinaba antiguamente acerca del lugar de destinación, había inducido a los antiguos a negar la emigración de las golondrinas.
Aristóteles y Plinio dicen que las golondrinas van a pasar el invierno en climas más suaves, cuando estos no están muy alejados; pero si ellas están muy distantes de esas regiones templadas, permanecen durante el invierno en su país nativo y se limitan a ocultarse en algunas cuevas de montaña bien expuestas. Aristóteles agrega seriamente que se han encontrado muchas que estaban en el fondo de las cavernas y las que no tenían una sola pluma sobre el cuerpo.
Esta opinión encontró todavía otros defensores y vemos a Alberto, Agustín Nyphus, Gaspar Heldelin y algunos más asegurar que habían encontrado varias veces durante el invierno, en Alemania, golondrinas entumecidas en árboles huecos y hasta en sus nidos.
Anónimo 1922. De la revista El Hornero. Este trabajo puede verse aqui.
El famoso filósofo sueco Olaus Magnus también cree lo mismo:
El sueco Olaus Magnus anotó en el siglo XVI que las golondrinas se sumergían en las aguas de los canales europeos. Ahí, bajo el agua, sobrellevaban el invierno apelotonadas en grandes grupos. Incluso llegó a aconsejar a los pescadores, que si al echar las redes sacaban golondrinas, las liberasen y devolvieran al agua.
Blog CREAF. http://blog.creaf.cat/es/noticias/sabias-que-golondrinas/
En el siglo XVI fue el ornitólogo francés
Pierre Belon, comentó que al tiempo que las golondrinas desaparecían en Francia aparecían en el norte de África, sugiriendo que los animales migraban. Una hipótesis que recibió muchas críticas en su tiempo. Seguía prevaleciendo la idea aristotélica de la hibernación. El mismo Linneo, siglos más tarde, aún continuaba asegurando que las golondrinas que habitaban las casas europeas se sumergían en algún lugar durante el invierno para volver a emerger en primavera.
Hoy nos cuesta darnos cuenta de que contradecir a Aristóteles era casi un acto de heroísmo. Contradecir a Aristóteles fue uno de los elementos (hay más) que dieron origen a la ciencia moderna. Copérnico demostró que era la Tierra la que giraba en torno al Sol, en contra de lo que decía Aristóteles. Kepler demostró que las órbitas no eran círculos sino elipses, en contra de lo que decía Aristóteles. Galileo encontró montañas y valles en la Luna. Los cuerpos celestes no eran esferas perfectas como decía Aristóteles. Una vez que se abrió la veda de cazar los errores de los antiguos (y de la Biblia) y de someter los hallazgos al escrutinio de los experimentos y de los pares dio origen a la ciencia moderna.
En contra de una creencia muy extendida, los humanos sí que podemos tener más de 150 amigos.
Mi columna del Diario Vasco del día 7 de mayo decía lo siguiente:
Una idea muy extendida es que una persona no puede tener más de 150 amigos. Ese número recibe un nombre: número de Dunbar. En 1990, el antropólogo Dunbar, calculó ese límite basándose en los primates no humanos. Descubrió que el tamaño de una parte del cerebro (el neocórtex) estaba interrelacionado con el tamaño de los grupos sociales. Más tamaño equivalía a mayor número de individuos en el grupo. Extrapoló esos resultados al ser humano y apareció el número 150.
En un reciente trabajo, dirigido por Lindenfors P., en la revista «Biology Letters» echa por tierra ese número. Las razones son varias. Una de ellas es que el tamaño del grupo de primates está condicionado por cuestiones diferentes al tamaño del neocórtex, tales como su tipo de comida, qué predadores tiene y cómo se comportan antes ellos, etc. Dunbar no tuvo en cuenta que los humanos somos seres culturales. Es la cultura y no el tamaño del neocórtex el que determina el número de amigos que podemos tener. La cultura modifica ese límite. ¿Cuántos de nosotros tenemos más de 150 amigos en redes sociales?
El mayor problema del número de Dunbar surge cuando se repite su trabajo usando nuevas herramientas estadísticas, no disponibles en su tiempo. El resultado es demoledor. Sí que aparece un número parecido a 150, pero con un margen de error tan grande que el abanico para el que los resultados pueden considerarse correctos va desde 2 amigos hasta 520.
Diario vasco 7 de mayo. Última página.
En el Diario Vasco tengo un problema que es inherente a todos los columnistas, el espacio que nos dan es muy reducido, por lo que hay que ir al meollo de la cuestión y no nos podemos permitir el lujo ni de dar bibliografía ni de hacer ninguna digresión. Pero en mi blog puedo hacer lo que me dé la gana, así que voy a ampliar la noticia.
De estos artículos se deducen dos cosas, en mi opinión sumamente importantes. La primera es que el número de Dunbar se obtuvo como una extrapolación. Dunbar descubrió (y es un descubrimiento importante) que el número de individuos en un grupo de primates se correlacionaba con el tamaño de su cerebro. Consideró que con los humanos iba a pasar lo mismo. No en vano somos primates.
Dunbar no tuvo en cuenta que nosotros sí que somos primates, pero también somos culturales, y nuestra cultura tiene mucho peso en todo. En muchos casos la cultura es capaz de desintegrar (o de superar) la biología. Somos un primate cultural.
El segundo error tiene que ver con las herramientas estadísticas. En las últimas décadas la estadística se ha perfeccionado enormemente. La gran potencia de cálculo de los ordenadores (o de los teléfonos) permite hacer cosas que cuando Dunbar escribió su artículo eran impensables. ¿Estaba equivocado Dunbar? La respuesta depende del momento. En su tiempo, usó las herramientas disponibles y le dio un resultado, que era correcto con ellas, pero al aplicar los conocimientos actuales la cosa cambia.
Con las herramientas de hoy en día, vemos que el margen de error de Dunbar era tan grande que ese 150, que él obtuvo, también permitía decir que el grupo de amigos era de 2 personas o de 520.
Por favor, no me entiendan mal. Lo que digo no es una crítica a Dunbar. Simplemente es una constatación de que la ciencia evoluciona. En la ciencia no hay verdades absolutas. Todos sus hallazgos están sometidos a la crítica.
Por otro lado, quisiera señalar, que no es lo mismo el número de amigos que puedes tener en un grupo de primates que se desplazan juntos en busca de alimentos, y nosotros, que, a través de esa maquinita que es el ordenador (el móvil es un ordenador) nos permite mantener relaciones muy diferentes. Poco de lo que éramos como primates recolectores permanece en la época de abundancia de alimentos y de internet.
En contra de lo que dice la sabiduría popular, la Luna también se ve de día.
He vuelto a ver en un programa educativo infantil que dice que cuando se acuesta el Sol aparece la Luna. El Sol reina el día, la Luna la noche.
Esta idea tan simplista ha llegado a molestarme. Basta con que uno sea normal y mire al cielo para ver que Luna muchas veces se ve de día. Por ejemplo, cuando hay Luna Llena, se ve la mayor parte del día. Pero a lo largo del mes, hay momentos en los que la Luna se ve de noche (Luna Llena) y momentos en los se ve de día (por ejemplo, muy cerca de la Luna Nueva).
Por poner otro ejemplo. Aquí hay una foto en la que el Sol todavía no ha salido, y la Luna ya está visible. Después, a lo largo del día, Sol y Luna mantendrán su distancia. La Luna se verá durante casi todo el día:
También es cierto que la Luna se verá muy débilmente. Pero se verá. La Luna y el Sol comparten el cielo. La Luna se ve por la noche y por el día. Lo que si es cierto es que es mucho más notable por la noche que por el día.
¿De dónde surge el mito de Luna de noche y Sol de día?
Muchas veces, en el cielo se ven nubes que parecen platillos volantes. Esas nubes se llaman lenticulares, debido a que su forma es la de una lente.
Al amanecer, o atardecer, cuando el sol está bajo en el horizonte adquieren tonos rojizos que las hacen muy llamativas. Y si todavía no amanecido o ya se ha puesto el sol, a veces esas nubes adquieren una bellísima luminosidad. Las que yo les presento hoy, están obtenidas cuando el sol todavía estaba alto y, por ello, su color es blanco.
Como se puede ver, había bastantes nubes. Parecía una cuadrilla de ovnis. Voy a acercarme más al ovni de la derecha.
El elemento monumental más representativo de Daroca es su muralla, que empezó a construirse en el siglo IX y sufrió muchas modificaciones a lo largo de los siglos. Entre los siglos XIV y XV las modificaciones fueron muy importantes. Daroca tiene fama por los sagrados corporales, donde quedan las marcas de seis hostias que aparecieron empapadas en sangre, en plena reconquista cristiana de Al-Ándalus, en 1239. Se conserva una piedra de molino, llamada «el ruejo», que según la leyenda, evitó que la población quedara totalmente inundada por el desbordamiento del río. Otro punto interesante es la fuente de los veinte caños, construida en 1639.
Nuestra siguiente parada en Daroca. Fue una parada breve, pues teníamos el hotel reservado muy lejos.
Daroca
Según algunos historiadores, donde hoy está Daroca había una aldea celtibérica de nombre Darek. La primera mención documental es del año 837. En aquellos momentos era una ciudad de cierta importancia que pertenecía al norte de Al-Ándalus. Los árabes le pusieron el nombre de Calat-Darawca en el año 862. Calat o Qualat, en árabe, significa ciudad fortificada o ciudadela, y Darawca, parece hacer referencia al Darek celtíbero. Los árabes la tuvieron en su posesión hasta cuatrocientos años después, cuando Alfonso I de Aragón la conquistó en 1120, pasando a ser cristiana.
Ni que decir tiene, que tras ser conquistada por los cristianos, siguió habiendo luchas, ahora contra otros reinos cristianos. Por ejemplo, entre 1356 y 1369, de modo intermitente, hubo una importante guerra librada entre Castilla y Aragón. El rey de Castilla era Pedro I y el de Aragón Pedro IV. Por eso, esta guerra se llamó de los dos Pedros. Para defenderse, sus murallas tuvieron que ser ampliadas. Pueden verse muchos datos históricos interesantes en la entrada Daroca de Wikipedia.
A pesar de que se convirtiera en cristiana la influencia de la cultura árabe fue muy importante. Por ello, podemos considerar que Daroca es una ciudad donde abundan tanto el románico como el mudéjar. Hay cuatro iglesias que son total o parcialmente románicas: Santa María de los Corporales, San Miguel, Santo Domingo y San Juan de la Cuesta. Estas dos últimas, en el siglo XIII fueron modificadas al estilo mudéjar.
En una pared de la calle Mayor, exactamente en el número 147, nos encontramos con una placa conmemorativa donde se nos dice que allí vivió la famosa Dolores de Calatayud.
En el número 100 de la calle Mayor está la sede del partido Cha, en una casa antigua de estilo aragonesista. A la izquierda hay un pasadizo que pasa por debajo del edificio.
Si entramos en el pasadizo y miramos hacia la calle Mayor, lo que vemos en la foto siguiente.
Justo enfrente del edificio del Cha hay una cafetería que se llama Imperio y a su izquierda también hay un pasadizo que pasa por debajo de un edificio. Hay varios pasadizos de este tipo en Daroca.
El porrero medieval es un personaje de comics creado por el dibujante de Daroca llamado Moratha.
Vista desde cafetería Imperio
Vista más cercana
Vistas de la Puerta Baja, desde la calle Mayor.
La muralla
La muralla de Daroca no está completa como la Ávila o Lugo pero está muy bien. Tiene una longitud de cuatro kilómetros. Disponía de 116 torreones, de los cuales catorce eran muy grandes. Muchos de los torreones son bastante impresionantes.
Nosotros llegamos por la llamada Puerta Alta. Su nombre es bastante obvio: está en la parte alta del pueblo. Desde esta puerta la calle Mayor desciende hasta la Puerta Baja.
Puerta Alta, a la derecha está la llamada Torre de los Huevos. o de los Escolapios
Al lado de la puerta Alta se encuentra la torre de los huevos o torre de los escolapios. El nombre de torre de los escolapios es debido a que en sus cercanías había un colegio regentado por frailes de dicha orden. Por más que buscado no he logrado encontrar la razón del nombre de torre o torreón de los huevos.
Detalle de la Puerta Alta, vista desde fuera de la muralla..
La Torre de los Huevos.
Es curioso cómo cambia el aspecto de estas puertas cuando se las ve desde dentro o desde fuera. La puerta vista desde el interior de las murallas luce muy distinta:
Puerta Alta vista desde dentro de las murallas. A la derecha se ve la muralla.
Al lado de la Puerta Alta hay varias torres que se ven muy bien:
Torres y parte de la muralla, cerca de la Puerta Alta.
Para mi gusto creo que no hay duda de que los torreones de la Puerta Baja son los mejores.
Puerta Baja, vista desde fuera del recinto amurallado.
Las torres actuales son el resultado de una modificación que se hizo en 1451 a las antiguas que databan del siglo XIII (Más datos en el apartado «Puerta Baja» de Wikipedia).
En las torres destacan los matacanes con almenas que le dan un aspecto muy estético. En el arco, en la parte superior, apenas se distinguen las aspilleras desde las que podían lanzar flechas u otras armas ofensivas a los enemigos. En el siglo XVI se rebajo el arco y se puso el escudo imperial de Carlos V.
Aspilleras
La zona del arco rebajada y el escudo de Carlos V
Detalles del arco de la Puerta Baja
Detalles de los matacanes.
Voy a sacar una foto enfocando la izquierda de estas imágenes. La foto no es buena, pero en ella se puede ver parte de la muralla.
Puerta Baja y un trozo de muralla.
Torreón de la Sisa, que forma parte de la muralla.
Los sagrados corporales
Corría el año 1239. La lucha por la Reconquista cristiana había llegado al sur de Valencia, al castillo de Xio en la población de Luchente. Los musulmanes ocupaban el castillo. El ejército cristiano celebró una misa, momento en el que los musulmanes aprovecharon para realizar un ataque.
El sacerdote que oficiaba la misa -padre Mateo Martínez- dobló los corporales que contenían las formas consagradas y las guardó debajo de una piedra. Después de ser rechazado el ataque, se decidió continuar la celebración de la eucaristía, pero al recuperar el sacerdote los corporales descubrió que las formas estaban ensanguinadas.
El corporal, o corporales, es el paño que se pone sobre el altar, para situar sobre él el cáliz y la patena con la hostia durante la celebración de la misa católica. Al descubrir que los corporales estaban ensangrentados, consideraron que había ocurrido un milagro. Los soldados presentes en el acto quisieron quedarse con aquella milagrosa reliquia, pero había un problema: entre los soldados los había de Daroca, Calatayud y Teruel, por lo que decidir quién se quedaría con ella era un tema difícil. Y, naturalmente, los habitantes de Luchente querían que se quedase en su pueblo, donde había ocurrido el milagro.
La solución en la que pensaron fue acudir a la sabiduría de Dios y dejar que él decidiera. Para ello cogieron una burra sarracena y sobre ella pusieron los corporales y la dejaron deambular a su antojo (ver nota 1). La burra inició un largo camino de 50 leguas (ver nota 2), sin pararse para comer, beber o descansar, llegó a Daroca, exactamente al Convento de los Trinitarios y allí cayó muerta. La suerte estaba echada: Daroca sería la depositaria de los santos corporales, con todo lo que ello significaba de peregrinaciones, donativos, etc.
En 1239, el 7 de marzo, la burra murió en la puerta de la iglesia del hospital de San Marcos.
Puerta de la iglesia del antiguo hospital de San Marcos, donde murió la burra que transportaba los corporales. Hoy es el convento de las hermanas de Santa Ana.
Al lado de la puerta hay una placa conmemorativa del hecho.
Placa conmemorativa de la llegada a Daroca de los Santos Corporales.
No pudimos entrar en la iglesia. Su entrada tiene una arquería gótica bastante interesante:
Vista general
Techo del convento de la Santísima Trinidad, donde la burra que llevaba los Santos Corporales murió.
Como consecuencia de tener una reliquia tan importante, Daroca se convirtió en un lugar de peregrinaje y la población adquirió gran importancia. recuerden que si quieren ver los santos corporales, hoy no están en el convento de los Trinitarios sino en Santa María de los Sagrados Corporales.
El ruejo
Según el diccionario de a RAE, ruejo es una piedra de molino.
Cuenta la leyenda que en 1575, veinte años después del gran terremoto de Lisboa, en Daroca hubo unas enormes precipitaciones. El agua que entraba por la parte alta (puerta Alta) descendía a toda velocidad, por la calle Mayor, hacia la puerta Baja. Con la llegada del agua, la puerta Baja se cerró y el agua empezó a subir de nivel, peligrando la vida de los habitantes de Daroca.
Cuando los vecinos estaban al borde de la desesperación, un ruejo que estaba en casa de Don José Garcés, bajo desde la puerta alta a la puerta baja a gran velocidad, y descargó un fuerte golpe sobre la puerta, abriéndose de golpe, por lo que el agua comenzó a salir de la ciudad. Se dice que este milagro fue obrado por los Santos Corporales guardados en la localidad. Todavía se conserva este elemento dispuesto en un pedestal en la localidad.
Probablemente la leyenda tenga algo de verdad. Aunque no lo sé. Pero, lo que sí quiero mostrarles es el ruejo que evitó que, según la leyenda, evitó Daroca fuera anegada. El ayuntamiento ha rendido homenaje al ruejo y podemos verlo, con paneles contando su historia en una placita, con juegos infantiles, que hay enfrente de la puerta Baja, donde la calle Mayor se bifurca en dos: avenida de Madrid y paseo de la Constitución. Al lado mismo del convento de los Trinitarios.
En el punto donde comienza la bifurcación entre avenida de Madrid y paseo de la Constitución está el ruejo. Mapa de Google Maps.
El ruejo. La piedra de molino que, según la leyenda, bajó desde la puerta Alta hasta la Baja y al chocar con esta última el agua que estaba inundando Daroca, se escapó por la puerta rota.
La fuente de los veinte caños
La fuente de los veinte caños, se construyó entre 1639 y 1642 por el maestro cantero Pedro de Aguilera. Está dividida en diez tramos mediante pilastras, en cuyos capiteles se representan atlantes agachados. Entre las pilastras hay bajorrelieves. Si se cuentan los caños, efectivamente, la fuente hace honor a su nombre y hay veinte.
Atlante
Atlante
Fuente de los veinte caños. Daroca
Fin de la visita
Tras esta breve visita, empezamos a subir desde la puerta Baja hacia la Alta.
Sin duda quedan muchísimas cosas por visitar. Esa es una buena disculpa para volver.
Notas
(1) Cuando yo estudiaba, era habitual que nos contasen un mal chiste sobre la labor de los ingenieros. El chiste decía más o menos que en un pueblo contratan a un ingeniero para que les diseñe el camino para ir a la ciudad importante. El ingeniero, lo hace, y les pregunta que por que le han contratado. La respuesta de los del pueblo es, más o menos, que normalmente sueltan a un burro para que decida el camino.
—¿Y cuándo no tienen un burro a mano?
—Entonces contratamos un ingeniero.
(2) La legua no es una medida única. Se dice que una legua es lo que una persona recorre andando en una hora; pero, obviamente, no es lo mismo una persona alta, con piernas muy largas, que un niño con piernas pequeñas. Y no es lo mismo ir a un ritmo que a otro. Así que, si lo ponemos en medidas actuales, hay leguas de 4 km y leguas de 7 km. Y muchos valores intermedios. La legua castellana era de 4190 m. En la provincia de Zaragoza se usaba una legua equivalente a 5,572699 kilómetros.
Si, en la leyenda usaban leguas de Zaragoza, 50 leguas equivale a 278 km. Usando Google maps, encuentro que la distancia entre Lucente y Daroca es de 359 km. Por lo que no me queda más remedio que concluir que no usaban la legua Zaragozana. La legua de Valencia era de 6,04 km. Con esas medidas 50 leguas serían 301 km, lo que todavía es corto. No sé qué legua usaron. Tendría que ser una legua superior a los 7 km.
Los mallos son estructuras naturales que se dan en la zona conocida como Hoya de Huesca. Se trata de peñas, o paredes, verticales, algunas de las cuales alcanzan casi los trescientos metros de altura. Se trata de conglomerados que han sido erosionados por el agua y el viento.
Aumentando mi nivel de ignorancia
Nuestros pasos nos encaminaban hacia Huesca. De repente, en la carretera, vimos unas estructuras que nos llamaron la atención. Se trataba de los mallos de Riglos. Había oído hablar de ellos (de los mallos), pero hacía mucho tiempo y ya casi se me había olvidado. Al verlos me recordaron a las Médulas, de León; pero realmente es un recuerdo falso, pues en el caso leonés se trata de la obra del ser humano, es una mina de oro, y en los mallos son obras esculpidas por la erosión.
Incluso la palabra «mallo» es extraña. Es como si alguien hubiera escrito el nombre del mes con «ll» en vez de con «y». En varias partes de Europa, incluyendo España, existe la tradición del árbol de mayo. ¿Se parecen los mallos a un árbol? Sinceramente, parece que no. ¿Entonces, de dónde demonios viene el nombre de mallo?
Nada más ver los mallos me surgieron mil preguntas, para las que no tenía respuestas. Antes de verlos lo que ignoraba era menor. Verlos aumentó mi nivel de ignorancia. ¿Qué son? ¿Cómo se formaron? ¿Por qué se llaman mallos? …
A la izquierda los mallos de Riglos; a la derecha, las Médulas de León. La imagen de las médulas es obra de Nieves Caridad Gómez – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0 es, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=35519074. Gracias a Nieves por la foto.
Encontrando alguna respuesta
El nombre
Hace ya unos cuantos años que me interesé por la inquisición y las cazas de brujas. Y quedé maravillado de lo inofensiva que fue la Inquisición Española frente a la de otras naciones. ¡Eso no era lo que me habían enseñado! No tuve más remedio que encontrarme con el «Malleus Maleficarum» del inquisidor Heinrich Kramer. Fíjense ustedes que el autor no es Torquemada u otro español sino un alemán. Sí, señores: ¡alemán! Estoy un poco harto de que se atribuya a la Inquisición española atrocidades que no fueron nada comparadas con las que hicieron alemanes, franceses o ingleses.
La traducción de «Malleus Maleficarum» es «Martillo de las brujas». MARTILLO. ¿Malleus = mallo?
La palabra latina para martillo es malleus. Y los mallos, hasta cierto punto, pueden parecerse a algunos de los matillos más simples romanos. ¿Los martillos de Riglos?
Mallo es una palabra aragonesa que no está en el diccionario de la Real Academia Española, no obstante su uso es habitual en castellano.
Su formación
Para entender la formación de los mallos debemos empezar por saber lo que son los conglomerados y las areniscas y la diferencia entre unos y otras.
Tanto los conglomerados como las areniscas son el resultado el arrastre de restos de rocas –detritos– por los ríos y su deposición en algún lugar. En el caso que nos ocupa se trata de los arrastres del río Gállego y sus afluentes. Los conglomerados o ruditas están formados mayoritariamente por lo que en geología se llaman gravas, que son piedras de tamaño superior a los 2 mm e inferiores a los 64. Hay otras rocas muy similares que se llaman brechas, cuya diferencia es que en los conglomerados, la grava es redondeada y en las brechas es angulosa. En los intersticios de la grava, hay otras partículas más finas, como son arena, cuyo tamaño es inferior a los 2 mm, limo o arcilla y pueden estar cementados por carbonato cálcico, óxido de hierro o sílice. Todas estas partículas más finas se llaman matriz.
Los mallos de Riglos están formados por conglomerados.
En las areniscas, el tamaño de los granos es inferior a los 2 mm; es decir, son arena. También tienen una matriz y pueden estar cementados con sílice a carbonato cálcico.
Conglomerados y arenisca tienen el mismo origen. Son los sedimentos dejados por los ríos, por eso se llaman rocas sedimentarias y, además, como su origen está en otras rocas que se han erosionado, se llaman detríticas. Esos sedimentos, con el tiempo y ciertas reacciones químicas, se van endureciendo, hasta formar rocas. Recuerdo que un buen amigo, profesor de geología, al empezar el curso ponía en clase un recipiente, parecido a una pecera, con arena húmeda, al acabar el curso demostraba a los alumnos que se había consolidado mucho.
Para el tema que nos ocupa, la mayor diferencia entre los conglomerados y la arenisca es su dureza, o dicho de otro modo, su resistencia a la erosión. Las areniscas se erosiona más fácilmente que los conglomerados.
La era mesozoica, comenzó hace 260 millones de años (Ma) y terminó hace 66 Ma. Está formado por los periodos: Triásico (260 a 205 Ma), Jurásico (206 a 135 Ma) y el Cretácico (136 a 66 Ma). Se trata de la era de los dinosaurios, que aparecieron en el Triásico y desaparecieron en el Cretácico, salvo las aves, si es que a estas últimas las consideramos de la misma familia.
En el Triásico, todos los continentes estaban unidos y formaban uno solo que recibe el nombre Pangea II. El nombre está muy bien elegido puesto que en griego pan significa todo y gea es la tierra. Por tanto: el continente en el que estaba toda la tierra. El que sea el II se debe a que hubo un Pangea anterior. Durante el Mesozoico, el continente se rompe y aparecen los océanos entre sus partes. El movimiento de los continentes (mejor dicho, de las placas tectónicas) hace que en el Cretácico surjan montañas por todo el mundo, es lo que se conoce como Orogenia Alpina. A pesar de que se llame alpina, y haga pensar solo en los Alpes, realmente la Orogenia Alpina produjo montes en todo el mundo, En Europa se producen los Alpes, los Apeninos y, para el caso de los Mallos de Riglos, los Pirineos. En Asía, la cordillera del Himalaya; en América la gran cordillera pacífica que va desde Alaska hasta la Patagonia.
Este nacimiento de cadenas montañosas, que se inicia en el Cretácico, cobra fuerza (los montes se hacen mucho más altos) en los años siguientes; en lo que se llama Cenozoico, que va desde hace 66 Ma hasta nuestros días. La formación de los Pirineos duró 50 Ma.
Los Pirineos, obviamente, estaban altos, por el contrario el Valle del Ebro era una zona baja. Lógicamente las aguas que se originaban en los Pirineos, en la vertiente española, iban hacia la parte baja, hacia el Ebro. El viento y el agua erosionaban las montañas y sus desechos (detritos) eran arrastrados por los ríos hacia la parte baja. El río Gállego y sus afluentes, fueron dejando sedimentos en lo que hoy es Riglos y sus alrededores Los sedimentos de conglomerados eran enormes, superaron los 250 m. Los sedimentos eran tanto conglomerados como areniscas. Posteriormente hubo una elevación y esos sedimentos empezaron a ser erosionados por agua y viento. Como las areniscas son más erosionables, fueron las primeras que desaparecieron y nos dejaron los conglomerados. Esos conglomerados son los mallos.
El río Gállego, desde cerca de Riglos.
El de la izquierda es el llamado mallo Firé. A su derecha, el grande es el mallo Pisón y en la mitad del Pisón surge una pequeña estructura que se parece a un puro. Así se llama: mallo el puro.
En mi foto, el puro apenas se vé, pero he descubierto una en Wikimedia, cuya autora es M. Dolores Paderna, que me ha gustado mucho. En la punta de arriba el puro se ve a dos personas; que sean tan pequeñas nos dice mucho sobre la dimensión del los mallos.
El puro. Foto que la autora llamó «vértigo». Autora de esta foto: M. Dolores Paderna. Tiene licencia Creative CommonsAttribution-Share Alike 3.0 Unported license. You are free: to share – to copy, distribute and transmit the work to remix – to adapt the work Under the following conditions: attribution – You must give appropriate credit, provide a link to the license, and indicate if changes were made. You may do so in any reasonable manner, but not in any way that suggests the licensor endorses you or your use. share alike – If you remix, transform, or build upon the material, you must distribute your contributions under the same or compatible license as the original. This image, which was originally posted to Panoramio, was automatically reviewed on 20 December 2016 by Panoramio upload bot, who confirmed that it was available on Panoramio under the above license on that date.
Muchas gracias a M. Dolores por permitirnos usar su magnífica foto.
Cada mallo recibe un nombre, debido a la casa donde están situados o en honor a algún escalador. En el caso del mallo Firé se debe a que está en el patrimonio de la casa Firé. Antes se llamaba de las diez, pue era la posición en la que estaba el sol, visto desde el pueblo, a esa hora. ¿Qué quieren que les diga? A mí me gusta más la denominación antigua.
El pueblo de Peñas de Riglos está al pie de los mallos. A la derecha se ve la iglesia. El pueblo está debajo del mallo Pisón y del Macizo y del Volaos.
Detalle de la iglesia parroquial Santa Maria del Mallo, del siglo XVII.
Algunos de los nombres de los mallos. 1=Firé (o de las diez), 2= el puro (en la mitad del 3). 3=Pisón; 4=Visera; 5=Colorado; y el más grande de 6 es Magdalena.
Además de los mallos de Riglos, también están los de Murillo de Gállego, los de Agüero, Peña Rueba y alguno más. En 2016, los mallos han sido declarados por el Gobierno de Aragón Monumento Natural de los Mallos de Riglos, Agüero y Peña Rueba. El decreto, en pdf puede descargarse aquí.
Los mallos de Agüero. Foto de Sergio – originally posted to Flickr as Agüero, CC BY 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4661391
Gracias a Sergio por permitirnos usar esta fotografía.
Los mallos se han convertido es un lugar habitual para escaladores y observadores de aves. En el pueblo hay dos lugares para observar aves. Uno es Centro de interpretación de aves carroñeras ARCAZ, que está en el mismo pueblo, y el otro, el mirador de los buitres, al que hay que llegar tras un largo paseo andando, o puede irse en coche a través de una pista forestal.
Mallos de riglos. El vídeo tan solo dura un poco más de 3 minutos.
EL REINO DE LOS MALLOS:
Como curiosidad está que entre 1097 y 1111 esta zona era un reino independiente (Reino de los Mallos) y fue gobernado por una reina llamada Berta, de la que sabemos muy poco.
En el año 1020 comenzó la construcción del castillo de Loarre, durante el reinado de Sancho III de Pamplona (nota 1), para servir de avanzadilla fronteriza con los musulmanes. En 1071 Sancho Ramírez (rey de Aragón y de Pamplona) realizó una ampliación que le dio la forma actual. En esa época se construye la iglesia. En el año 1287 se construyó la muralla exterior. Desde 1906 es Bien de Interés Cultural.
El castillo se construyó en una zona fronteriza entre católicos y musulmanes, por lo que era una zona peligrosa. Por ello los habitantes vivían dentro del castillo, aunque trabajasen los campos fuera. En el siglo XVI los habitantes del castillo se trasladaron al pueblo, que se construyó, en parte, con piedras de la muralla. El castillo fue abandonado. Ese abandono ha sido una suerte para su conservación de su estilo románico, pues no se hicieron remodelaciones y el castillo mantuvo su aspecto; por eso es el castillo románico mejor conservado de Europa.
Una sencilla búsqueda nos da muchos resultados de artículos en los que se dice que es el castillo románico mejor conservado de Europa.
Al acercarnos al castillo, hay momentos en que se confunde con las rocas.
Rocas tras las que está el castillo de Loarre
En la foto de la izquierda apenas se ve la torre albarrana, que está en el centro de las rocas. En la foto de a derecha se vislumbra dicha torre. Aunque el nombre que ha recibido tradicionalmente es el de albarrana, que lo fuera realmente no está totalmente claro. También se la llama torre vigía.
Castillo de Loarre.
A lo lejos, entre las rocas, se levanta imponente el castillo de Loarre.
Castillo de Loarre
Vista general del castillo e iglesia. Murallas, iglesias, torre del homenaje, etc.
Cabe destacar que hoy se ve muy nuevo, pero que esto es consecuencia de las restuaraciones. En 1905 tenía este aspecto:
Castillo de Loarre en 1905. Dibujo de Isidro Gil. REcuperado de Wikimedia. El castillo de Loarre y el Alcázar de Segovia : capítulos de un libro inédito, Burgos: Imp. y Lib. de los Hijos de Santiago RodríguezBiblioteca Digital de Castilla y León (CC0), Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=79378366
Entrada a las murallas. Castillo de Loarre.
La puerta está coronada por el típico arco de medio punto de la arquitectura románica.
Nada más pasar la puerta, podemos ver, a la izquierda, la torre vigía y a la derecha, parte del castillo, concretamente, se ve un ábside muy esbelto. De hecho son dos ábsides de dos iglesias diferentes, la de arriba es la de San Pedro y la de abajo, a veces llamada cripta, es la de Santa Quiteria .
Torre vigía y ábsides de las iglesias de San Pedro y de la cripta de Santa Quiteria, castillo de Loarre.
Cripta de Santa Quiteria
Entramos por la iglesia de abajo; es decir, por la cripta de Santa Quiteria.
Campanario, cripta de Santa Quiteria.
Ventana de alabastro.
Cripta de Santa Quiteria
Iglesia de San Pedro
Una escalera nos lleva a la parte superior. Si vamos hacia la derecha entramos en la iglesia superior (San Pedro) y si vamos hacia la izquierda entramos en otras zonas del castillo.
Escalera para subir al castillo y a la iglesia de San Pedro (izquierda) y entrada a la iglesia de San Pedro a la derecha.
Interior iglesia de San Pedro
Capiteles de la cripta de San Pedro .En el centro el ábside nos encontramos con una virgen tallada en arenisca. Su fecha no es segura, pero se sitúa en torno al siglo XIII.
Virgen en arenisca en la iglesia de San Pedro, Loarre. A la izquierda con el color normal. Como se confunde con el fondo, a la derecha es la misma foto, pero forzando los colores para que se vea mejor la virgen. Se estima que es del siglo XIII (aquí la referencia de fecha).
El tejado de la iglesia de San Pedro. La parte más alta, hexagonal, es la torre de la cúpula.
Monasterio de canónigos agustinianos
Salimos de la iglesia de San Pedro y un pasillo interior nos conduce a otras partes del castillo.
Pasillo interior que nos lleva a otras parte del castillo
Nos encontramos con los restos de lo que fue el monasterio de canónigos (es decir, sacerdotes) agustinianos, que fue construido tras la ampliación del castillo en 1071.
Restos del monasterio de canónigos agustinianos. Castillo de Loarre
Otras partes del castillo
Murallas vistas desde el interior del castillo. Castillo de Loarre
Vista desde el interior del castillo. Castillo de Loarre.
Esta es la llamada torre de la Reina, aunque en ningún momento fuera la residencia de ninguna reina.
Torre de la Reina. Castillo de Loarre.
La tore tiene tres pisos, como se ve en las tres filas de ventanas. Cada piso tiene las ventanas distintas debido a los problemas de defensa. Las de la planta baja son a las que más fácilmente pueden llegar los enemigos por lo que son aspilleras, muy estrechas, por las que no puede pasar una persona, pero desde las que se pueden lanzar flechas. El segundo piso ya está bastante lejos de los enemigos, por lo que las ventanas son un poco más grandes. Tienen forma de bocina y la parte superior es un arco. El aspecto más distintivo de esta torre es la fila de ventanas de arriba. Puede verse que cada una de ellas es doble (geminadas). Sorprende ver una galería de ventanas tan abiertas en una torre defensiva, por eso, probablemente, se terminó dándole en nombre de torre de la reina.
Torre del homenaje. Castillo de Loarre.
Por la pasarela que ve a la izquierda de la fotografía se accede al interior de la torre del homenaje. Tiene 31 m de altura y es el edificio más alto del castillo.
Puerta donde se ve perfectamente el típico arco del románico. Castillo de Loarre.
Hay una parte del castillo que está en ruinas. Castillo de Loarre
Destaca ese arco solitario.
En esta parte del castillo hay otra iglesia. Una pequeñita y acogedora. Es la capilla primitiva de la parte el castillo construida por Sancho el Mayor.
Iglesia de Santa María. Castillo de Loarre.
Interior de la iglesia de Santa María del castillo de Loarre.
En algunas partes todavía pueden verse cómo se disponían las maderas, para sujetar los pisos superiores.
Restos de maderas que se usaron en la construcción.
Tras a que duró varias horas, tuvimos que abandonar el castillo. Antes de irnos dimos una última mirada al mismo.
Como el título de la página indica, se trata de los primeros dibujos que se conservan sobre el castillo. Muestro uno de ellos como ejemplo:
Dibujo del siglo XVII. Del libro «El Beato del abad Banzo del monasterio de San Andrés de Fanlo, un Apocalipsis aragonés recuperado. Facsímil y estudios» CAI-Zaragoza 2005 , trabajo coordinado por Fernando Galtier. Mencionado por García Omedes, A. en la página citada.
El pantano de San Juan de la Peña, o simplemente de la Peña, se construyó en 1913 e inundó la carretera, por lo que hubo que hacer un túnel y un puente metálico que todavía está en uso. En la carretera hay un pequeño mirador, con un panel donde nos dan noticia de los aspectos geológicos de lo que estamos viendo. El panel forma parte de la Ruta Geológica Transpirenaica, que nos cuenta la geología de los pirineos tanto en la vertiente francesa como en la española.
Embalse de San Juan de la Peña, en el municipio de Las Peñas de Riglos (Huesca)
El pantano embalsa las aguas el río Gállego. El nombre del río siempre me había intrigado, pues parece que tiene que ver con Galicia, con el acento mal puesto, pero resulta que no. El nombre proviene del latín, Gallicus, que viene de la Galia. Efectivamente, así es, nace en los Pirineos, en el Col d’Aneu, a 2 200 metros de altura.
Para atravesar el pantano, hay que pasar por un túnel y luego por un puente metálico. Un poco antes de llegar al túnel hay un desvío, en la foto, hacia la derecha, y allí nos encontramos con un mirador, para ver el pantano y su geología y un panel explicativo, del proyecto Ruta Geológica Transpirenaica.
Embalse de la Peña, túnel excavado en roca caliza y detrás del mismo el puente metálico.
Carteles explicativos de la geología de la zona
El poner paneles explicando la geología de la zona me parece una iniciativa magnífica. Muchas veces he echado de menos ir con un geólogo, o con un libro de geología, para poder leer la historia que nos cuenta el terreno; pero esa, como otras muchas, es una materia que tengo pendiente. Así que el que unos geólogos me den en un panel una pinceladas de la geología de la zona me parece excelente.
Al empezar a leer el cartel, me quedé un poco épaté. Me explico: el título dice: «El mar eoceno: una sopa de alveolinas». Recuerdo vagamente, de las clases de ciencias naturales, que el eoceno es una época geológica, pero soy incapaz de situarla en un tiempo concreto. Entonces me dí cuenta, de que soy bastante burro: abajo del cartel hay una línea de tiempo y en ella podemos ver que el eoceno va desde hace 49 millones de años (ma) a 39 ma. Bien, ahora ya me aclaro un poco. Los dinosaurios desaparecieron hace 65 ma, por lo tanto esto es más moderno.
Toda esta zona, durante el eoceno era un mar de escasa profundidad, en el que vivían las alveolinas.
Pero, ¿qué demonios son las alveolinas? A la derecha, el cartel nos dice:
«Las rocas que se observan aquí son calizas (formación Guara) formadas por la acumulación de caparazones calcáreos de foraminíferos (nummulites y alveolinas) que vivían en el mar. Aunque parezca mentira por el tamaño de sus restos fósiles, eran organismos unicelulares».
(Obtenido el cartel en la carretera)
Ya estaba mucho más claro, las alveolinas son un tipo de foraminíferos. Y eso lo tengo mucha más fresco; he tenido muchos de ellos en la mano. Son seres unicelulares, pero de un tamaño considerable y que tienen una concha calcárea. Y resulta que la acumulación de conchas es la que formó las rocas calizas que podemos ver a nuestro alrededor.
Todo lo que se ve son calizas que proceden de las alveolinas.
Ahora todo estaba mucho más claro. Pero en el texto sigue habiendo algo que no comprendo del todo: «formación Guara»; menos mal que llevo el teléfono móvil y puedo consultar. La sierra de Guara, es una sierra de Huesca y el embalse forma parte de la formación geológica de dicha sierra.
A la izquierda del cartel podemos leer:
Un mar superplobado
El registro fósil y sedimentario nos permite reconstruir el ambiente en que se depositaron estos materiales. Vista la concentración y variedad de fósiles podemos imaginar un fondo marino eoceno de escasa profundidad, frente a la cuenca turbidítica que observaremos más al norte. Este mar tendrá características similares a una zona tropical actual, como por ejemplo, el Caribe.
Casi todo claro. Y digo casi todo porque lo de «cuenca turbidítica» me resulta un poco extraño. Investigando un poco, resulta que, si no he entendido mal, lo de turbidítica más al norte, se refiere a facies sedimentaria. Cuando estas facies tienen un estrato de roca dura, seguido de uno de algo más blando, como arcilla, y luego otro estrato duro,… y así sucesivamente: duro-blando-duro-blando-duro-blando… se llaman los Flysch.
Flysch. Foto de: mroszewski, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=53044148
Siempre me ha fascinado el Flysch del Cantábrico oriental. Las costas de Vizcaya, Guipúzcoa y las Landas son impresionantes. Los Flysch llaman la atención.
El Flysch proporciona láminas planas de piedra con distintos grosores. Unos cortes sencillos y tenemos láminas de piedra que pueden tener infinidad de usos: tejados, separadores de lindes, etc.
Gracias Ángel M. Felicísimo y a Andrei Stroe por publicar estas fotos con licencia Creative Commons.
En la página 49 de la guía, que describimos a continuación hay varios ejemplos de utilización del flysch en las construcciones tradicionales pirenaicas.
Todos los paneles que se pueden ver en la Ruta Geológica Transpirenaica, más una introducción, preguntas para ver si se ha entendido lo que se ha visto y al final un glosario de términos geológicos se ha publicado como un libro, que puede descargarse aquí: http://rgtp.geolval.fr/img/geolog_rec.pdf
Es una obra excelente, pero para mi vista tiene un problema, la maquetación parece pensada para ser impresa, y verlo en la pantalla del ordenador cuesta un poco. Por lo menos con los recursos habituales. En algunas páginas si se trata de ver entera, la letra es muy pequeña; así que hay que ir a ver zonas concretas de las mismas, lo que hace que la lectura sea muy molesta. Por suerte, eso ocurre solo con algunas páginas.
Todo el libro está lleno de datos que me parecen muy interesantes. Por poner un solo ejemplo, en la página 45 hay un panel donde se dice que en Villanúa esté «El karst más alto de Europa».
Continuamos nuestro viaje hacia el castillo de Loarre. Pasamos el túnel y cruzamos el puente de hierro.
Túnel de caliza y puente de hierro al fondo.
Puente de hierro de 1913 sobre el pantano de la Peña.
Puente metálico de 1913, sobre el embalse de la Peña.